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jueves, 30 de septiembre de 2010

Pingüinos de incognito.


Dame algo o prometo que te arranco la mano de un picotazo…

Chaval… tú no sabes en que parque te has metido. Aquí desayunamos Beefeaters de la Reina de Inglaterra por la mañana si andan despistados y hooligans los días de partido.

Así que abre esa mano, mientras aún te queden dedos para hacerlo… Porque no pienso largarme de aquí sin mi parte del botín. Estoy harto de que creáis que estoy aquí por que vosotros tiráis comida. Yo no tengo esa necesidad… estáis aquí turistas de mierda, porque en vuestro viaje, no tenéis nada más interesante que pasear por San James´s Park.

En el fondo es porque yo os he atraído hasta aquí para reírme en vuestras caras sin que os deis cuenta, no veis que en el pico la sonrisa no se nota… Chico dámelo todo… o no volverás a tener una Navidad que celebrar.

Ok… Ok, ya basta… Suficiente comida. Cuack.

Por cierto… los reyes magos son los padres… ahora deja de flipar, los patos también podemos hablar… Pero prefiero nadar en las lágrimas que empiezan a caer por tu cara… Corre ve con tu mama… Me he cansado de tanto gilipolllas demasiado temprano, como otro día cualquiera.

martes, 28 de septiembre de 2010

Lotería al azar.

Lo tiene todo, pero le queda elegir un camino… su vida o sus historias.

Tan sólo es una elección, pero lo significa todo… brillar en una cosa ó en la otra, pero imposible de compaginar ambas a la vez. Es jodido esta en medio de todo sin saber a dónde se quiere ir a continuación. El pasado es una losa con su nombre y apellidos y el presente un espejismo sobre un estanque. El futuro depende exclusivamente de ese paso.

Pero es difícil andar sobre un espejo sin llegar a comprender cuál de todas esas imágenes es la consciente. Así que sigue caminando por una espiral que no lleva a ninguna parte mientras decide donde y en qué momento bajarse para dar el siguiente paso. Domina eso del presente. Alguien que conoce su final, es un escritor que solo rellena los huecos que han quedado vacios durante el relato.

Escoge como… porque o cuando… Todo eso no se puede demostrar sin vivirlo en primera persona así que sonríe afortunado porque su cuerpo es un palacio de propiedad propia. Pero no sabe en qué posición esta. Es curioso saber mucho de casi todo y nada de demasiado. La verdad es que le gusta aprender, porque sigue su viaje de forma automática.

Los días caen como cruces en el cementerio. Cada una te acerca un poco más a cierre por saturación. Pero de qué demonios sirve saber bailar si no vas a utilizar los pies porque te da vergüenza. Así que sigue y lo hace sonriendo. Porque no hay mal que no haya experimentado, vaya a hacerlo ó vuelva a repetir. El presente es un dibujo de tinta en una mañana lluviosa. Todo está ahí, sólo hace falta encontrarlo.

Y es alguien realmente bueno buscando, porque tiene una serpiente dentro de él que lo lleva zigzagueando por todos los rincones donde alguna vez hubo algo que brillase. No es un cuervo… es una historia liquida que se filtra por todas las rendijas. Para desaparecer por abajo y volver caído del cielo. Una quimera sin leones pero repletas de humo.

Las ideas que florecen en su cabeza son como un mar de maíz sometido a un sol del mismísimo infierno. Todo explota sin parar para quemarse después sin dejar rastro alguno. Su cabeza es un libro que se escribe conforme transcurre la secuencia y se borra con la facilidad que tiene una mano dibujando en la arena.

La magia es presenciarlo… el recuerdo es una imagen que tarde o temprano irá cambiando hasta convertirse en otra cosa… en cualquier otro lugar. Nadie conserva nada por mucho tiempo.

La nostalgia es un recuerdo astringente que dicen que no vale nada. Pero a él no le importa porque mientras que cae por la escalera de caracol… no tiene miedo de llegar hasta abajo. Disfruta de todo, porque nadie sabe cuando se acabará lo conocido…

El tiene el final escrito en una servilleta para que nunca se le olvide guardar algo tan insignificante como un maldito trozo de papel garabateado. Un pedazo insustancial y temporal aunque con todo el significado concentrado en un punto final.

Saborea los aplausos porque cuando suceda. No estará allí para presenciarlo. Le divierte la idea porque aún desconociendo el camino. Sabe que le encantara el trayecto. Cualquiera de sus reflejos podría hacerlo mejor. Pero por suerte o por desgracia. Es el único capitán de todos sus barcos. El nombre del buque no importa, sino que de él depende el hilo de plata que dejara como rastro.

Un inofensivo pequeño grano de arena que en mitad de un desierto infinito puede llegar a comerse a alguien, tragándoselo entre las arenas movedizas. Toda acción tiene una reacción. El paso dado es el desencadenante de todo suceso porque la causalidad ha hecho mella en ello. Acaricia su dólar de plata… mientras que arroja la moneda al cielo ingrávido de todas sus burbujas para ver lo que pasa.

No espera nada… siempre le ha dado por vivir el momento, y a última hora hacerlo todo bien al final. Sabe apurar las cosas porque conoce los tiempos… Dentro de la cabeza tiene un archivo lleno de datos para poder lograr sus objetivos. No quiere la gloria, su religión a diferencia de la asimilada por muchos siempre fue a la inversa de todos los demás, no es que le haya ido mal. Simplemente diferente.

Al final todos mueren, la única diferencia es como haber empleado el tiempo. Las buenas partidas se ganan sabiendo desde el principio como terminara el juego. Poder visualizarlo y conseguirlo, manipular el mundo para que todo funcione como tendría que ser y sin dejar de ser un suspiro pronunciado por el silencio. Algo que está sin estar… como barro en un día mojado.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Plata o plomo.


Dicen que las verdades caen por su propio peso, pero no ha visto llover nada parecido del cielo. Mira al firmamento pero no hay ni rastro alguno de borrasca. El otoño esta a la vuelta de la esquina y duda por unos segundos que entre tanta hoja muerta, pueda encontrar alguna cosa aún medio mordisqueada.

No pierde la fe… piensa que pierde directamente el tiempo, quizás ese sea uno de esos postulados que suceden en un horizonte temporal a largo plazo, pero se mira la muñeca y en ausencia de reloj se desespera sin llegar a frustrarse. Quiere que las cosas ocurran ya, sonríe irónicamente porque eso es de las pocas cosas que podría tener el común con cualquiera, pero no más allá.

Puede que dejase de creer demasiado pronto, que no hubiese llegado a recibir la inspiración divina, pero según sus cálculos, era una probabilidad tan reducida la de ser un iluminado que descartándola, siguió adelante saltándose los demás casos. No necesitaba que nadie bajase a contarle las cosas ni a dialogar sobre lo que escondía receloso dentro de su cabeza.

A M. no le gustaban esas mierdas. Bastante tenía con tener que usar sus zapatos y esa estúpida cabeza que le buscaba el razonamiento a todo. Pensar no te ha hecho ningún bien nunca… Lo malo, es que incluso en ese absurdo pensamiento… no dejaba de darle a la mente. Y ya estaba realmente cansado.

Cansado de entenderlo todo, menos a ella, de intentar hacerlo bien, para después ver la caída en primera persona y sin medidas de seguridad. Odiaba ese momento en que todo iba bien y a continuación el infierno se abría debajo de sus pies y le tragaba de un mordisco. Le repulsaba ese instante porque aunque siempre estuviese preparado.

Realmente nadie podría escaparse de ahí… Quería las respuestas, y las quería ya, si hubiese podido las habría pedido para ayer. Pero el servicio está fatal últimamente. Echaba de menos tantas cosas que mezcladas entre ellas formaban un conjunto similar al pasado sin llegar a serlo.

Pretendía de alguna manera dejar de estar inseguro, de conocer las respuestas antes de llegar a formularlas… conocer por fin la verdad de todo este tiempo que ha naufragado entre dudas hasta hacer irreconocible la realidad. Saber qué es lo que piensa la otra parte, no tener que ir jamás con los ojos vendados, olvidarse de las trampas, de los lastres, de las mentiras.

Vivir libre… como lo hacía antes, prefiere cambiar al mundo entero por ella, lo hace porque sin ella no tiene sentido. Una razón… un porque, ninguna necesidad, solo la voluntad de seguir sus instintos. No le queda nada más… una chaqueta de cuero y su estilo personal.

Si mañana fuese su último baile, estaría preparado, porque lleva tanto tiempo ensayando que sería capaz de encontrarla con los ojos cerrados. Sintiendo los escalofríos guiarle en la piel, hasta ponerse delante de ella. ¿Después?

Simplemente se olvidaría de pensar para concentrarse en el único anhelo que tuvo nadie y logro conseguir. Esa tarea pendiente que torturaría a un esposado a cadena perpetúa. Una razón de existencia con nombre y apellidos. Su otra mitad esperando a ese momento en que la misma música suene a la vez para los dos en ese preciso momento.

martes, 21 de septiembre de 2010

M. D.


M.D. no es ningún doctor… A él nunca le gusto eso de estudiar demasiado, no es que fuese vago… sino que sus intereses giraban en otros asuntos quizás más interesantes desde su punto de vista. Su padre me enseño a bailar… o al menos a seguir el ritmo. Su hijo en cambio me enseñó algo que puede que fuese más importante… a mover los pies según los deseos de cada momento.

Parecen la misma cosa… pero no es tan fácil como se lee… Uno… era una imposición que finalmente sería practica, lo otro al contrario fue una elección. De esas que puedes hacer o no, sólo queda en tu mano, ese algo que puede hacer que todo cambie o que nada varíe. La opción de vivir a la manera de cada uno. M. D. vive así, fuera de la sociedad, a su forma, hace feliz a la gente… además de que es una gran persona.

Puede que todos debiésemos ser mas como él y menos como nosotros mismos. Llegar a saber lo que te mueve en la vida… quizás sea una lección a la que yo no atendí cuando estaba creciendo. Él la escuchó muy clara y se puso manos a la obra. No tardó mucho tiempo de rodearse de las mejores personas que nadie podría querer conocer.

Una cosa lleva a la otra y consigue realizar los deseos de otros como si fuera un genio encerrado… o una trabajadora araña que deje sus hilos hasta controlar su propio mundo sacado de la nada. Me gusta ese chico, porque me sigue viendo como si no hubiese pasado el tiempo. Parece que fue ayer cuando yo le visitaba en la clase de mi hermano mayor. Lo recuerdo porque entonces no le conocía.

Ahora tampoco, pero es alguien a quien si vas a verle a su casa puede que te vayas más feliz de lo que llegaste. Sabe ser un buen anfitrión… y por supuesto el gusto reside en que siempre podrás contar con él, puede que deje de hacer lo que hace… pero a pesar de todo. Siempre será un gran tipo. No se pueden olvidar tantos recuerdos alegres porque tenga que cambiar su forma de vida. Un amigo lo es… hasta cuando tiene los bolsillos vacios y nada que darte.

Una sonrisa suya seguro que trae alguna historia en el reverso. Que cambie de costumbres no significa que deje de ser como es… Un fenómeno así no tiene explicación, pero una vez te enseñan a volar… el maestro de vuelo, se convierte en el señor del cielo, y M. D. se merece ese puesto. Sin lugar a dudas.

Es un guía competente para todos los mundos burbujas en los que me he sentido inmerso, aparecía de la nada y te daba un consejo de esos que solo alguien que los conoce puede explicártelos con la facilidad de quien da la receta de un sencillo plato. Un maestro de otras asignaturas que no vienen en los libros.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Erizos de mar


Viste sus púas como si fueran una armadura impenetrable, nunca se quita su coraza porque desconfía del mundo entero. Las cosas eran mejor antes… ahora todo es un descontrol completamente. No se fía ni de su sombra, porque en una ciudad llena de luces, lo importante es saber cuál es la verdadera que te pertenece.

Vive deprisa porque nunca le gustaron las tramas llenas de paja, sencillamente adora los momentos de oro que se pueden recordar durante mucho tiempo, en el fondo no es más que un caza tesoros de la belleza, y ningún arte le resulta superior al otro. Observa todo con el mismo interés que podría tener un estudioso.

Sobre gustos colores y en la asignatura de la búsqueda del conocimiento ya es casi un experto. Pero todo lo que sabe hasta el momento le parece poco con lo que podrá llegar a aprender. Así que gasta los días como si fueran cerillas. La muerte no le asusta en absoluto porque sabe que está en la línea de llegada y hasta ese momento muchas cosas pueden pasar… Mientras le queden vueltas en el contador… disfruta del recorrido.

Olvida lo malo conforme sucede, piensa que lo desagradable sucedido es mejor suprimirlo que recordarlo y que vuelva a pasar… Por lo que se deshace de los problemas en cuanto aparecen para que no se le acumule nada en el tintero. La solución sólo depende del empeño puesto en realizarla.

Es afilado como un cuchillo y fino como una aguja… corta por todos los lados por igual. No sabe el significado de la palabra límite. Para el todo tiende a infinito de alguna manera. Busca la excelencia en todo lo que emprende. Ser cauto es una debilidad que se convierte en fortaleza a la luz de la luna llena.

Cuando llegue el final, no se olvidara de dibujar una gran sonrisa y despedirse de todo el mundo con una amplia reverencia. El espectáculo mueve sus zapatos cuando la música concuerda con las notas que marcan sus pasos. Aun le quedan muchos solos que tocar. Se quitará la coraza cuando llegue el momento… eso es algo que sabe. Se protege de todo, porque la última vez que se la quitó… le hicieron mucho daño.

Pretende olvidarlo… Pero con el frio le duelen las cicatrices. El dolor no entiende de amnesias voluntarias, es conocido y después de tanto tiempo, casi familiar. Pasa el año en un suspiro hasta que el invierno, le recuerda su nombre y su historia. No lo puede evitar. Se resigna y añade una nueva pieza de protección más. La tentación viene de arriba y ella sigue teniendo unas alas preciosas. Intenta esquivar cruzarse en su camino, pero de todos es conocido que no se obtienen todos los deseos, sonríe y silba una canción… sus días brillan en la espera de tener tan mala suerte para tener que olvidarla de nuevo.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Rainman


Y por fin se cumplen las macabras advertencias del viejo loco de los galos… El cielo se parte en dos dejando al descubierto su negro vientre. Entre el rugido atronador de los relámpagos aparece montado en un rayo el hijo del Dios del Trueno. No tiene miedo, ni siquiera duda, no pestañea. Lleva su vida atada a la espalda y no recuerda cuando empezó a surcar los cielos de esa manera, la única que conoce... la religión de los señores del cielo incluyendo a sus vecinos los pájaros.

Conoce todas los tipos de nubes desde arriba, no desde abajo como ocurre a los simples mortales. Cabalga entre ellas como sobre campos de algodón. No teme las caídas porque nació para volar y nunca ha perdido un rayo bajo su control. El ruido no le molesta, escucha con todo el cuerpo y se estremece por completo. Vibra con cada destello junto al flujo de la energía… flota sobre el sonido… la luz es un simple camino dibujada debajo de sus pies.

Lo que está por detrás de las nubes, no tiene interés alguno, porque quien piensa en pisar el suelo si puede recorrer el mundo tantas veces al día como voluntad tenga. Le gusta surcar la levedad del aire, la ausencia de todo. Sintiendo como rugen sus tripas estrepitosamente al compas de los estruendosos fogonazos.

Vuela, ríe y vive… sin ninguna ley que no sea natural. Como neutral devuelve lo que toma y eso podría extenderse en todo lo referente a su vida social… pero él ni siquiera usa de eso… Tan solo unos pocos pueden permitirse hacer sus tareas, dicen que eso es cosas de dioses… él las denomina trabajo de campo.

No conoce otra cosa que recorrer el cielo, no recuerda ni a sus padres, ni su nacimiento. Siempre han estado los rayos… el cielo y los rayos, por muy atrás que consiga intentar recordar… exclusivamente ha dedicado su vida a ello. Cuando le juzguen, tendrán que ser muy buenos en demostrar que no ha llegado a la excelencia en esa precisa área, no le importa que todo se reduzca a un destello porque el suspiro tardará una distancia en llegar.

No tiene prisas, domina la luz, como si fuese un mandamiento. Contrólalos a todos los truenos para reinar en el cielo y desde entonces, ha cumplido sus doctrinas. Afloja el ritmo para que su pelo deje de ser una estela plateada que flota en el vacío que deja a su paso. Raja el firmamento iluminándolo de lado a lado… el sonido viene después…

Ríe a carcajadas mientras la gente corre asustada a resguardarse… no hay melodía más dulce que la caída desde el cielo. Pánico mojado que le hace sentirse el amo del mundo. Ya no quedan Dioses… tan solo la ausencia de lo que se perdió entre las tantas guerras que asolaron su existencia. No más compañeros, ni hermanos, ni siquiera sangre que rescatar o tomar represalia alguna… los titanes se han escondido… y solamente él continua oteando desde el cielo la oportunidad de la venganza. La electricidad su pasión. Edison su mayor fan que siempre le observa desde el cielo embelesado de la belleza de su arte. Todos sueñan con él. En cambio no se casa con ninguno.

Vive libre… muere en paz… escucho una vez y así lo hará algún día precipitándose al suelo agarrado fervientemente a su muerte… un gran explosión junto al olor del azufre y tierra quemada. El fin de los finales… pospuesto siglo a siglo por el simple placer de reinar en su castillo, el cielo.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Ardillas voladoras.


Ya ni la muerte le quiere… Se ha olvidado de clavarle sus alfileres envenados de ponzoña por la mañana o restarle un día a lo que le queda para su condena eterna. Ni el tiempo se encarga de envejecerle, y en los últimos años no ha celebrado ningún cumpleaños.

Es una estatua viviente de lo que fue y será, apartado del flujo de la vida vive absorbido por sus propios fantasmas, que son muchos y muy dispares. Pero salvo eso ya nada puede preocuparle. Cruza sin mirar si quiera… ha abandonado esa costumbre absurda de afeitarse y ahora una poblada barba al estilo mago antiguo habita sobre su mandíbula.

Los rumores cuentan que hace magia, aunque unos pocos saben que la magia que él hace, es de la que no se ve, ni llena teatros ni locales, su magia es tan privada como la vida de un famoso. Descolgado hasta de su propio gremio realiza una vida tranquila y en paz que todo lo que le rodee.

Una de sus primeras lecciones fue una cura de humildad que le bajo de una patada a varios niveles por debajo del suelo. Descubriendo así el primer principio. La magia es la sublimación de la armonía del propio ser. Por lo cual tuvo que ponerse manos a la obra y trabajar sin prepotencia ni orgullo en busca del conocimiento. Leía mucho y practicaba poco. Cuando una decena de años cayó de sus manos… los que se habían iniciado en el arte al mismo tiempo… Progresaban excelentemente. Él en cambio conseguía con suerte crear el truco básico de las luces. Pero poco después se había quedado sin material que pudiera absorber y en una carrera excitante desarrollo todos los hechizos que había aprendido a lo largo de los años.

Era un genio transformando lo asimilado y memorizado en algo real. En todo ese tiempo había logrado la capacidad de concentrarse, cosa que necesitaba para digerir los enormes tomos de magia de la biblioteca. Por lo que sin ejercitar el cuerpo y sus poderes había ejercitado quizás sin saberlo, la más poderosa arma de un hechicero.

Cuando la mayoría de la clase rondaba el nivel 2 o 3… en una semana se presento en el 6º sin apenas un titubeo. Un par de accidentes sin apenas consecuencias y menos represalias de las debidas. El viejo consejero reía entre sus seseantes dientes. Veis!... si yo os lo decía, ese chico tiene potencial!!!

Y aunque no se equivocase en ese momento, la colección de insignes desastres que le seguían hacían que sus palabras la mayoría de la veces cayesen en saco roto o simplemente ignoradas, pero la verdad es que cuando acertaba, podías llegar a plantearte la verdadera cuestión.

¿Quién está más loco de los dos?

La respuesta era que ninguno, porque sencillamente solo alguien normal obviaría que ese chico tenía talento desde el primer momento. No era nada especial… ni un aura prodigiosa, ni siquiera sabía lo que era la magia antes de entrar en aquel sitio, pero la mayoría paso por alto algo que solo el lunático de las plantas se dio cuenta.

Ese chico cuando llego tenia chispas en la mirada, en el fondo de sus ojos ardía un fuego inexorable que le impulsaba con una fuerza inquebrantable. A pesar de todo, llego y desde el primer momento acepto todas las normas. No es que fuese alguien conformista, sino es que realmente quería aprender.

No quedarse en el principio de las cosas y no investigar hasta el final. No dejaba las cosas a medias y jamás empezaba algo que no pudiese terminar. Era un tipo tan sensato que el tiempo se olvido de tachar los días de su calendario aunque siguió manteniendo la traducción del cambio de sol por luna al caer la noche.

Para todos transcurría incluso para los profesores, pero el andaba desvinculado en otro mundo. Allí los años eran tan largos como las tardes de verano cuando eras pequeño y te llevaban a la playa. No se acaban jamás… pero en su otra esfera… no habían pasado ni siquiera un segundo.

Su cuerpo se acostumbró tanto a su lugar de meditación que la vuelta a la realidad le parecía unas vacaciones momentáneas y por ello ni siquiera daba cuerda a los relojes, ni seguía ningún tipo de seguimiento de las fechas. Sabia la época del año porque el viento se lo susurraba al odio y los animales le traían a su regazo frutos y vegetales de temporada.

La muerte dejo de visitarle, se olvido de sus facturas y sus cuentas pendientes con ella. No es que estuviese dando un trato privilegiado, no… simplemente comenzó a temer sus conocimientos. La frase de más sabe el diablo por viejo que por diablo se le estaba haciendo imposible de seguir manteniendo y al final acabo haciéndose amigo de él para que pudiera darle un nuevo cuerpo,

Era tan bueno que dejo que la muerte usase su cuerpo un par de días a la semana. Su piel entonces se marcaba con unas cicatrices oscuras que le daban la apariencia de un tigre humano. Sus ojos se volvían de un negro absoluto. Tan azabache como la noche de los tiempos y aunque bajo su albedrio consciente dejaba a la muerte rebuscar trucos y hechizos que en ningún caso pudieran hacer daño o causar mal alguno. La muerte disfrutaba de su amnistía y todo iba bien, incluso podría decirse que genial. Ella le conseguía material mágico y él le prestaba cuerpo y amistad. Incluso sobrevivió cuando la muerte propia muerte murió de anciana. Desayunaba ironías y cenaba sarcasmo a la luz de las velas.

Al viejo que fue capaz de mirarle a los ojos cuando empezó todo esto… le regalo una porción de eternidad. Ahora viajan por el mundo reforestando ciudades enteras. Trabajan de noche y de día desaparecen a la otra esfera, donde no hay ni hambre ni dolor que no sea para y por el conocimiento.

Viven tranquilos y respiren felices porque hasta la misma muerte falleció a destiempo y ahora su cadáver no es más que un esqueleto que visitar en navidad. No se olvida a los caídos, ni tampoco las historias, pero el pasado sólo es un mapa que mantener en el pensamiento. No hay más vida que no sea la regada por el presente, porque hasta la propia parca conocía el fin de su destino.

Porque nadie aprende a vivir sin saber morir primero.

Azrael sigue bailando sin parar dejando a la gente sin aliento, pero ellos respiran aliviados, porque en las suelas de sus zapatos están borradas las fechas de caducidad. El tiempo es un círculo escondido en algún rincón de sus cabezas. La muerte quiso conocer el secreto y murió en el intento. Nadie que no tenga la humildad de conocer sin más pretensión que ese simple gesto… puede usar un talento unido a la pérdida del juicio racional y la cordura normal.

Todos están locos… pero ellos sonríen porque al menos afirman sus respuestas desde el fondo de sus conciencias... Locura peor sería no estarlo… viven en una esfera alejados de la realidad que no es más que un castillo de espejos construidos por un arquitecto habilidoso que algún día tendrá que dejar libre la verdad. Toda torre que intente llegar al cielo caerá desplomada ante los ejércitos de las mil lenguas.

Quizás sea temprano para despertar… pero no hay prisa, o si… Nadie sabe las cartas que se tendrán a la mañana siguiente. Mientras mejor jugar que esperar… aprender cada cosa desde el principio. Sin que nadie que no sea la objetividad se digne a enseñar algo interesante.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Try


Perdona de una maldita vez al jodido mundo, perdónate a ti mismo y a los demás, porque tu vida aunque no ha sido un campo de margaritas… tampoco ha sido uno de ortigas, porque por ti solo has empeñado en aprender lo que eran y escocían.

Deja de pelearte por todo, guarda al demonio en el interior y deja que el tipo de la sonrisa trabaje para sí mismo. Relájate… no sufras por nada, ya que las cosas cambiaran por sí solo, todo necesita su tiempo… una elaboración precisa para que suceda, así que deja de preocuparte en sacar el razonamiento a las cosas y vive.

Saca lo mejor que tengas dentro y póntelo, no importa cómo te quede, es tu esencia… venia cosido a ras de piel cuando alguien te dio a luz y aunque eso forma parte del pasado, no deja de ser tu historia cosida a retales. Disfruta de las cosas conforme lleguen y acepta de una vez que no tienes el control sobre nada que no sea tu burbuja. No sufras… ni siquiera te cabrees, porque la experiencia de errores recurrentes te lo ha demostrado, por una sola vez, recuerda.

Piensa en el pasado y cuenta las veces que has caído y levantado… Para que caerse, si es muchísimo mejor aprender funambulismo. Divertirte de por una vez en la cuerda floja, sin miedo a terminar abajo en el precipicio. Porque de que sirve una vida entera cuando hay un manual de cosas que temes.

Olvídate de ellos porque ningún mal por grave que sea no suele causar la muerte. Exceptuando claro los registrados como letales… que sinceramente no debes experimentar. Pues el resto… todo ese cumulo de temores escondidos debajo de unas losas que parecen más pequeños ataúdes que baldosas. No sirven para nada en absoluto.

Llevas tanto tiempo anclado que ya no sabes qué rumbo tomar… la balanza termino por inclinarse en el lado equivocado y esperas tan solo la citación con el juzgado de guardia. Pero confía en ti mismo… hay sin fin de puertos con nombres alegres y que sin relación con las circunstancias que te llevaron a la mar.

Sonríe porque en un barco los problemas que sobran se hunden en el fondo del mar. Las olas son gratuitas y están ahí para hacer la travesía mucho más agradable. Si querías paz, coge un avión… si quieres magia cambia al aire por la sal y disfruta del viaje. Te repiten sin parar que estas equivocado. Pero qué demonios sabrán ellos si ni siquiera saben donde acabaras amarrado. Nadie lo sabe… aunque tu momento ha llegado, se feliz…

Pinta tu mundo de colores alegres y añade cascabeles de arlequín. Colecciona sonrisas y aprende cada día el nombre de una flor nueva. Cuando acabes con todas habrá pasado un año entre pétalos y bellas palabras. Puede que el mundo se vaya a la mierda. Pero mientras queden flores, nada estará perdido.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Destino


Cruza los dedos y espera que suceda. No pone todas sus ilusiones en ello, pero si gran parte de la esperanza que le queda en los bolsillos. Sabe esperar y decide hacerlo. No tiene prisas porque desde pequeño aprendió que las cosas suceden a su debido momento. Así que se sienta cómodamente y comienza a soñar despierto.

Aguarda en silencio recorriendo el globo en forma de pensamientos. Salta de ciudad en ciudad en un breve lapso de tiempo. Cuando concluye su particular vuelta al mundo. Decide que la vida tiene que seguir girando, no por nada… sino por seguir la inercia. Pero antes de volver… guarda los mejores trozos de sus recuerdos dentro de la cartera.

Tiene una colección increíble que usa para equilibrar la balanza, tiene un cierto parecido a un equilibrista, pero no deja de ser un simple alquimista que busca la realidad sobre la felicidad. Tiene buenas formulas y montones de hojas repletas de cálculos que crecen hasta caerse por las márgenes. El caos inunda sus sistemas aunque de eso hay en todos lados.

Mantiene la paciencia y conserva lo que le hace ser capaz de llevar media vida expectante de un simple suceso, tan deseado quela carta más pura e increíble a los reyes magos, se transformaría en un instante en algo factible. Lo suyo no tiene la etiqueta de imposible, pero el improbable resuena a eco de pasado y se ríe en cara las frías mañanas de invierno.

A pesar de todo no cesa en su empeño. Sabe lo que quiere y eso sencillamente ya es mucho más de lo que llegará a conseguir medio mundo. Al menos en una cosa, porque para el resto de opciones, no tiene ni idea de cómo guiar sus pasos. Come lo que piensa en el momento dejando que su estomago decida por él y trabaja en lo va saliendo. Si hubiese tenido que estudiar algo no habría podido escoger donde. Porque le gustan tanto las cifras como las letras y en esta sociedad los estudios están delimitados por carreras.

Sonríe para dentro robándole el placer de ello al planeta, el conocimiento va mas allá de una simple pelota… para él es como una piscina de bolas. Le gusta sumergirse en ella porque a cada paso es una sorpresa como los documentales de la tarde… Vive, ríe y sueña despierto, porque alguien le hurtó la capacidad de dormir cuando era pequeño.

Pero no cambia su deseo por el de dormir… recuerda los veranos y sus interminables siestas como forma básica y fresca de escapar del infierno… esas jornadas intensivas en vacaciones donde podía pasar las 12 horas durmiendo plácidamente… y aunque esa sensación de tranquilidad era exquisita. No le importa que su descanso se reduzca a 4 horas al día, porque eso significa que tiene 20 para vivir su vida. Mantiene su único deseo porque la causalidad es un cartero retrasado. Pero por suerte, va dejando mensajes escritos en grande por todas las esquinas para que todo sea más fácil.

Piensa que si deja pistas, algún día logren entregar ese deseo a domicilio, su ciudad parece ahora un museo contemporáneo que deja que las palabras vistan de sentimientos las paredes de los inertes edificios. Escribe poemas y termina pintando una flecha como dirección a seguir. En la puerta de su casa hay un agujero negro con su piso marcado en el borde.

Recibe muchas llamadas pero en ninguna ella aparece al otro lado del micrófono. Pulsa el botón y la trampilla arroja al desconocido al agujero de gusano que le transportara gratuitamente hasta su casa. El chico no quiere nada más que no sea ella. Podría conquistar el mundo, ponerle fin a las guerras, dar todo el amor que lleva ahorrando una vida o simplemente solucionar cualquier enfermedad. Pero en el fondo, solo necesita que ella vuelva para ser feliz. De que el mundo siga su curso, lo deja para alguien más capacitado y ambicioso.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

El ojo que toido lo ve



Gira la vida como la noria que rige Londres actuando como el ojo que todo lo ve. Suceden las cosas y vuelven a suceder por si acaso algún rezagado no ha cogido su turno. Nada está asegurado, pero algunas cosas ya han sido escritas. Otras en cambio no y las que están a punto de ocurrir deciden informar y se han encargado de repartir octavillas con pistas para que todo sea más fácil.

Donde acaba la palabra amor, comienza el deseo… Lo que uno no sabe… lo conoce el otro y viceversa. A veces incluso van de la mano, aunque eso suele ser dentro de casos aún más extraños. Pasas la siguiente página, y el resto del libro está en blanco.

Quizás nunca lo terminasen, o puede que no haya llegado el momento oportuno. Pero también puede ser que tengas que coger la pluma y terminarlo. Por si acaso ves recogiendo las pistas, que hasta que la lluvia finalice limpiando las calles para la llegada del otoño.

Después, las hojas ocuparan las calles para tapar con su peso todo signo de esperanza ante la cercana llegada del frio, las investigaciones culminaran porque no será fácil encontrar pistas entre tanto papeleo y todo seguirá igual hasta la primavera siguiente. De año en año, el resto pasa en un suspiro entre los fuegos del infierno y el humo del limbo.

Debes de ser por lo menos demonio para poder vestir un cuerpo con pecado. El delito lo ponen los humanos, es cosa de sus estúpidas normas de sociedad. Todo porque no entienden que toda moneda tiene dos caras y sin una de ellas, no tendría sentido la palabra suerte. Viven de día y duermen de noche, pero en todo sistema, siempre hay un valor opuesto y aunque en menor número, actúan de forma diferente.

No todo lo que está escrito es cierto, ni tampoco lo que te cuenten los mayores. Sobre todo cuando la palabra senil se escucha a la vuelta de la esquina. No hay que dudar de lo que te digan, pero nadie se ha muerto por comprobar las cosas. Piensan que es una pérdida de tiempo innecesaria, aunque nunca se han planteado cuando hay de inútil en nuestras cabezas.

La rueda gira y sigue rotando, más segura que las ruecas llenas de agujas pero un poco más aburrida. Abre la puerta… Pregúntate si esta vez conseguirás volar sin estrellarte… Inténtalo, no dudes de ti otra vez como lo hiciste la última vez delante del espejo. Salta! Lo peor que puede pasarte es que caigas, pero en este caso hay agua debajo y aunque duela, puede que logres salvarte.

Sin mal por supuesto que no hay bien y si tachamos a los jueces y jurados… eliminásemos las envidias y orgullos… sustituyésemos la violencia por amor y las malas maneras por cortesía.

Puede que entonces… el mundo siguiese siendo como hasta ahora, porque el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. O puede que no… y que todo fuese de perlas.

Pero qué narices, prefiero seguir siendo un salvaje para al menos estar en medio de los dos sitios. En los mundos burbujas donde solo los que vuelan y ya no pueden soñar son capaces de estar. Un bloque de tiempo circular que para algunos dejó de ser lineal hace mucho, quizás demasiado. Aunque no importa, peor sería seguir con los ojos tapados a voluntad.
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