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miércoles, 30 de marzo de 2011

La pelirroja de los colmillos

Salta su boca a través del tiempo directamente desde el pasado con la sed teñida de sangre y de pasión rebosando sus venas. Ella lleva las pupilas como dos puñales clavados en ámbar. Él a penas puede reaccionar antes que le rodee trepando por su espalda y aferrándose por debajo de los hombros le de un mordisco, al primer contacto duro y afilado como el metal, y cuando las primeras gotas se mezclan con la saliva, calma el daño suavizándolo con su lengua calida.

Ella sorbe su fuerza pegada como una lapa, succionando hasta sacar a la superficie uno de sus músculos más largos, el esternocleidomastoideo… y atraparlo entre sus dientes. Con la suficiente maestría para no soltarlo junto el cuidado para no arrancarlo. Lame con el cariño del que acaricia una joya… su lengua presiona fibra a fibra recorriéndolo de abajo hacia arriba sin prisa porque su victima ya esta en otro lugar. Lo tiene delirando en su pasado. Buscando hace algo más de cinco años la ultima vez que sus colmillos se vieron las caras en un parque.

Somete al desafortunado, al primero de los males que acaecerán haciéndole temblar las piernas hasta que la primera rodilla echa raíces en la tierra, la derecha aun se mantiene con fuerza sujetando el peso de dos cuerpos y una sola voluntad. Pero sigue resistiendo a pesar de que no tiene forma de salvarse. Él ya le enseño en su primera lección a no soltar la presa una vez mordida y ella ha sabido mantener vivo ese talento, y se lo agradece morbosamente mientras pronuncia su nombre en Morse justo donde se unen los suspiros y los alientos.

Él la reconoce al instante, recuerda con una sonrisa irónica porque la última vez las cosas sucedían justo al revés... Ella sigue chupando… ahora presiona su lengua con más fuerza, hundiéndola como una vara de hierro que orada la roca hasta moldearla. Sus cuatro colmillos siguen estando tan afilados como siempre y sujetan con firmeza sin dejar que se escape.

Con la derecha tras de su espalda la ase por la cintura inútilmente mientras ella sigue prendida de su pecho y cuello. Entonces él pronuncia su nombre, al que ella reacciona dando un leve respiro, en lo que hábilmente con el brazo izquierdo de la misma manera y tras apoyarse sobre su otra pierna escurre su mano hasta agarrar la entrepierna sujetando la unión de los muslos con firmeza pero sin violencia alguna.

Mantiene uno de los brazos de ella aprisionado mientras que con el pulgar palpa el calor, (tan ardiente como recordaba) y hace que se mantenga quieta de su intento de escurrirse. El mordisco pierde eficiencia en lo que trata de zafarse de la tenaza de abajo, en lo que él aprovecha y lanzándose hacia atrás la aprisiona debajo de su espalda arqueada y alzada por sus piernas. En la eterna caída hasta llegar al suelo sujeta como una mochila ella ha sonreído satisfecha de haberle puesto en un apuro.

Casi lo consigue y es cuando impacta con el suelo y el dolor le recorre la espalda longitudinalmente desde el cuello hacia el maldito pulgar hasta que él a un segundo del final logra pararlo con un giro de muñeca en el momento apropiado mezclando placer y electricidad en un mismo plano y después disiparlo con otro toque de firmeza. Podía haber sido peor si la alfombra del parquet no la hubiese amortiguado algo.

Pero de alguna forma rara, ella sabía que él la protegería de todo daño… a pesar de todo sigue amarrándole con fuerza por debajo de los hombros. Aun no ha terminado se resigna contenta, pero su boca esta lejos de donde debería estar y para más complicación es ahora su cuello quien aprisiona el pecho de ella contra el suelo.

Él mira sobre su torax el contorno de su barbilla y sonríe como un niño ilusionado por tan buena fortuna de haberse encontrado ese regalo tan preciado. Observa como se forman los distintos movimientos mientras sigue luchando y como un león espera a lanzar el tiento. Ella contrarresta clavando sus piernas en el suelo de la misma manera para al levantarse un poco alejar la cabeza de su alcance… y la intención es buena.

Pero llegar tarde porque su lengua ha salido y acaricia su suave clavícula sellando el encuentro a lo que ella se desmorona derrotada con una izquierda que ha hecho mella en su defensa tras contener su rabia en su último intento. Afloja la intensidad acariciándola como un ciego reconoce a una cara… con una pasada tan lenta que la lengua parece borrar el tiempo mientras tanto y toda aquella adrenalina se transforma en calor para que su cuerpo arda por dentro. Ella suelta finalmente a la presa, quien a la vez suelta un poco a su atacante recostándose sobre ella bocabajo.

Y aunque la mano ha terminado la exploración gira y vuelve atrás sus pasos para volver a recrearse con los detalles que encierran y la reconoce con los ojos cerrados sobre su pecho que late desbocado y sus alientos suenan debajo de su boca susurrándole las direcciones a tomar. Recordando sus viejos encuentros y dibuja sobre su vientre serpientes con sus dedos hasta caer entre sus piernas por el acantilado de los suicidas.

Ella se estremece… y antes de perder la cabeza, desaparece volviéndose humo entre risas y advertencias… y él se desploma sin fuerza, sonriente por no haber perdido y sabiendo que el combate se acerca y tiene que estar prevenido, porque ninguno de los dos cesará hasta tener al otro rendido. No es cuestión de fuerza… es cosa de colmillos.

lunes, 28 de marzo de 2011

La locura de los genios.

Lala tiene música sonando hasta dentro de su nombre.

La frescura de un oasis en mitad del infierno yermo.

Magia salpicando constantemente como rocío su forma de ser.

La cordura que les resta a los locos al verla pasar.

Belleza rezan los cuatro puntos cardenales de su cuerpo.

Dos islas vírgenes habitan en sus ojos llenos de pura vida.

El paraíso perdido sin mapas ni coordenadas.

Unos labios perlados por la misma ambrosía visten su boca.

La condena de los besos que nunca se dieron.

La ternura de una amante rebosante de amor rellena el resto.

La alegría de los niños sin lágrimas en los ojos.

La sonrisa de la musa que no tuvieron los grandes maestros.

El talento es un vestido transparente que viste todo el año.

Como piel el más suave terciopelo digno del hielo.

Su cabeza es un castillo de ensueño en lo alto de una nube del cielo.

Con una defensa férrea de colmillos y garras de acero.

El tacto de la seda con la dureza del famoso mármol de Carrara.

La calida brisa del caribe suspirando los lugares por donde ella pasa.

La obra maestra de un arquitecto cabalgando la locura.

De crear una belleza tan inmortal como la tinta y la literatura.

Que ofrece el manantial de sus palabras sin fin.

Emanando poemas al aire a través de su salvaje melena oscura.

Tantos como el miedo de los niños a quedarse solos.

La calma del marinero en medio de una tormenta eléctrica en el mar.

La salvación de todos los suicidas que no encuentran sentido a vivir.

El duro castigo de los que creen brillar sin ser estrellas.

La fantasía de todos los hombres que se cruzaron una vez con ella.

El único recuerdo que esconder debajo de la almohada.

El secreto de las sirenas con piel y piernas de esas que te dejan sin aliento.

Sin pulso, ni voluntad que no sea quedarse allí plantado para volver a verla.

El sentido de todo lo que sin lógica sucede de forma espontánea.

Su química es un abanico de sensaciones dibujadas con un dedo en la espalda

La dueña del silencio de los que tragan saliva en medio del fuego.

La solución de todo mal capaz de partir un corazón en cientos de fragmentos.

Y volverlo a componer pegándolo con besos y susurros calidos.

Para así ser la cura y la causa de toda enfermedad que empiece y termine con ella.

Lala es un piano blanco de cola. Uno tan hermoso que ni el canon perfecto pudiera estar a la altura de un monumento tan sorprendente y complejo como lo es su persona.

jueves, 24 de marzo de 2011

La lastima del artista


Esquiva todo lo que le lanzan. Se escurre entre los cuchillos y se contonea cual serpiente con las balas. Matarle es tan difícil como si tratase de una Hidra. Aunque él directamente no pierde una cabeza, básicamente por el temor de que las leyendas no sean más que un cuento. Por lo que nunca deja de ser bueno en cualquier elemento.

Sin cesiones no hay derrota, sonríe aunque sabe que no es cierto… Cara al público no puede recular ni un solo momento. Pero fue en ese instante en el que se jugaba más de lo que podía en que el inmortal e imbatible no fue capaz de lograr que ella se fuera.

La vio escaparse por la puerta principal sin poder dejar de esquivar todo lo que le estaba lloviendo… y es que su debilidad era algo tan sencilla y a la vez desastrosa que como no saber parar a tiempo.

Y es que ya desde pequeño le gustó eso de la velocidad de las cosas y la verdad es que concentración tenía pero a su defecto es que tenía poco cuidado con el resto de cosas que ocurrían a la vez. Su tacto se reducía a una mera lija y arisco como un gato repelía todo lo que no fuese con él o requiriese un esfuerzo no vinculado a lo que estuviese sucediendo.

Era capaz de hazañas que dejaban helado hasta los hombres de acero… sus proezas llegaban incluso a los rincones más ocultos del globo, incluso los peces le tenían un extraño aprecio a ese extraño chico maravilla. Y es que podía brillar en lo que hiciese, pero no era capaz de hacer dos cosas al mismo tiempo. Tenía suerte en la vida…

Pero no supo mantener lo que si era una estrella… ella brillaba por donde fuera que fuese… era toda una promesa. Él lo sabía, pero no nada se aprecia cuando esta cerca y disponible… y cuando se aleja, ya es demasiado tarde para parar, dejarlo todo e ir detrás de lo importante.

Ahora se lamenta el pobre tonto de la suerte que tuvo mientras la mantuvo a su vera. Recuerda como centelleaba como un sol de verano en las plateas… mientras ejecutaba los espectáculos, o como se sonrojaba con sus ocurrencias inundando de rojo las noches de primavera en tierras persas. Recuerda su pasado y la echa de menos… sobre todo cuando sonreía porque llenaba de alegría sus días y noches, condenando a la pena al ostracismo.

La echaba tanto de menos que fue perdiendo el interés por la realidad… tenía menos cuidado en el trabajo, bebía mucho y dormía poco, sencillamente porque las pesadillas por aquel entonces eran demasiadas y prefería mantenerse en vela a sucumbir entre colmillos, garras y demás cosas afiladas que le rajaban por dentro. Si cerraba los ojos la veían a ella y entonces se volvía desquiciado y tomaba absenta.

Y por un segundo todo se volvía violeta y respiraba aliviado hasta que de pronto ella volvía a escena y daba a todo la vuelta. Revolvía su memoria y tiraba las fotos que guardaba como sus mejores recuerdos. Cada mañana era una nueva batalla recogiendo platos rotos y sueños destrozados contra el suelo.

Pegaba lo que podía y recogía el resto. En esa época sus funciones habían bajado tanto que otras promesas aparecieron y dieron al traste con su leyenda. Las jóvenes revelaciones estaban llenas de ilusiones y aspiraciones y al pobre idiota ya no le restaba nada de eso que le animaba realizar espectáculos.

Ella se fue y se llevo todo, y no tardo ni cinco minutos en descubrir la mayor de sus torpezas que fue dejar que se marchara por su mala cabeza. Y se lamenta el chico mientras el cuchillo vuela silbando y le roza el pelo… Lo que queda del público se sobrecoge, pero piensan que no caerá la leyenda.

Y el lanzador traga saliva y tira a conciencia mientras que el pobre diablo se gira a mirar como ella sale por la puerta cayendo el sol tras el horizonte y con él… el telón de toda existencia.

Su cuerpo se desploma sin vida, porque sin musa no hay artista… porque sin luz, no hay nada que sobreviva a la oscuridad de la ausencia de las noches vacías donde el silencio reina como única compañía. La música ya había cesado en el momento que ella cerró la puerta y sesgó su alegría.

martes, 22 de marzo de 2011

Johny camina descalzo.

Las fichas queman en las manos aunque no tienen prisa por ir a ninguna parte y en el césped pastan las grandes presas placidamente sin percatarse de mi presencia. Un viejo de pelo blanco reparte la suerte, podría tratarse de Dios en persona, si en su brillante plaquita no pusiese Alejandro Navas. Aunque no importa mucho, el señor sabe repartir como merece lanzando la suerte a partes iguales.

Pasan las horas deshaciendo los hielos que repican sobre el cristal sin verter gota ninguna sobre el tapete. Las vacas engordan y en la mesa un par de lobos han tomado prestada la piel de algunos corderos, si que nadie se haya dado cuenta.

La mano prosigue, mientras la gente sigue cayendo asombrada, la rotura de sueños sólo dura unos breves momentos entre profesionales… Mientras el cabrón de enfrente parece la muerte segando desde lo alto de sus infranqueables ojos de hielo. De cuanto en cuanto parece sonreírme desde el otro lado del mundo.

Yo mientras ando titubeando. Perdiendo de poco en poco mis oportunidades, desangrándome sin demasiados lamentos. Aguanto estoicamente mientras los que están a mi lado perecen sin remedio. De los nueve, solo quedan cinco. Y siempre se me ha dado mejor contar con una sola mano.

Dos lobos… dos vacas y yo… Parece una partida divertida para los que van perdiendo. Lanzas embistes que algunos aciertan y otros no. Hasta los lobos han empezado a mordisquearse entre ellos. Yo sigo con mi suerte negra brillando dorada desde el fondo del vaso. El tintineo de los cubitos me relaja bastante mientras dilapido mi fortuna sin ningún resentimiento.

¿De que sirven los torneos, si no es para eso?

El de los ojos azules sonríe… el otro lobo mete un buen tiento seguro de si, mientras que una de las vacas sale corriendo con el rabo entre las patas. La otra bufa y entra embistiendo.

La partida esta servida cuando todos ponen lo mismo en ese preciso momento. La vaca muge herida de muerte, mientras que el pequeño lobo cordero se queda asombrado por un full ligado en el último momento. Desde mi lado veo como somos tres los que quedamos dentro.

Las siguientes manos son un tormento equilibrado entre lo que asamos al ternero. El lobo cabrón las tiene todas consigo, pero yo me sigo manteniendo. Pierdo lo que gano y gano lo que pierdo… Parece divertido pero a él no se lo parece demasiado porque ando retirándome en los últimos momentos.

Un par de mordiscos de los buenos me ponen a la par demostrando mi talento. Y es cuando sin ternera… se juega a comprobar el valor… Pido un Black doble que aparece en la mesa en un suspiro. Informo a la mesa que en la siguiente va todo dentro antes de repartir las cartas.

El viejo sonríe y el lobo se frota las manos, cansado de tanto luchar contra un hueso. Las cartas caen al césped y el las recoge sin demorarse demasiado. Las mías se mantienen en su sitio por descontado. Menuda sorpresa tendrá el lobo cuando sepa el talento oculto de un zapeador experto.

Cae la basura seguida de las tres gracias. Un nueve de picas, gobernado por un rey de tréboles al que sigue una reina de corazones. Azul sonríe acariciando sus cartas como quien guarda un tesoro. No me preocupa demasiado, al recoger mi copazo he dejado un oscuro cepo escondo en el sitio donde el viejo tira las cartas. Sin que nadie notase lo pasado.

Llamo a la puerta y el viejo deja entrar un As de picas degenerado que hace que el lobo aullé a la luna sonriente que corona el cielo y guarda la partida. Su doble pareja se descubre por descontado. Antes de que salga la reina de picas a mostrar su pícaro desparpajo.

Sobre la mes a una escalera a falta de diez jotas. Pero con su doble pareja, ríe el lobo todo contento mientras espera que mi desgracia se descubra. Bramando expectante mientras que yo doy un trago largo, tras el cual levanto la primera de las dos incógnitas que quedan en el reservado. Un diez aparece mientras que el cazador se siente cazado tragando saliva.

No puede tener una jota… el chico no puede tener tanta suerte grita desquiciado. Mientras que yo sonrió y le digo que seguro que no se trata de una carta como esa… Me mira sorprendido y me pregunta que cual es… si ni siquiera la he levantado.

Y le digo que es negra, pero que esta vez no se trata de ningún número bajo.

Doy un pequeño sorbo y llamo a ella… que viene a mi vera sin pestañear, frente al sombro de una mesa que se convierte en un agujero negro para los que no esperaban tocar fondo. La dama de tréboles trae mi suerte por ser escocesa y porque a ella le gusta el whisky, pero sólo el primer trago. En ese en que el oro sigue brillando y los dados suenan a cascabeles sobre el escenario.

Pido al viejo que me cambie las fichas y le doy un agradable 13% por descontado. Acepta con una sonrisa que si no es divina, roza el firmamento. La luna se parte de risa mientras cientos de estrellas centellean mientras que me marcho contento con mi trío de reinas y un buen copazo.

viernes, 18 de marzo de 2011

Toc, toc.

Ella era su debilidad y a la vez su mayor fortaleza. Digamos que para ese pobre diablo, era su marca de heroína favorita, una pura y sin adulterar. Capaz de llevar a un purasangre al podium de una carrera por el millón de dólares, o directamente al tanatorio sin pasar por la casilla de salida. Y es que era una mezcla inestable en la cual no tenia termino medio.

A pesar de todo… funcionaba la química y con eso sólo se puede vivir mas de una vida, quizás llegase a incluso alcanzar una de esas eternidades fabricadas a base de sustituir vidas de gato en serie. De esas porciones individuales de abrir y usar. La verdad es que el chico sabía sobrevivir. Lo que sorprendía era curiosamente el como.

Por ella era capaz de tocar la luna, secuestrar un cometa o incluso apagar el sol bajándose la cremallera. Su historia estaba escrita por un guionista que vivía en algún lugar entre el cielo y la tierra. Controlando las dos vidas como un espejo dentro de una misma moneda. El truco es que ninguno de los gatos se viese de frente reflejado en la mirada del otro.

Lo malo es que una vez ocurrió y desde entonces viene sucediendo de tiempo en tiempo. Recurrente como los monzones o la gota fría. Era inevitable viviendo en la misma ciudad. Una manzana no es muy grande si conviven en ella dos gusanos iguales. Y es que se pueden tomar cien direcciones distintas, pero todo sistema al menos se cruza en un punto. Sólo hay que esperar el momento.

Y eso era algo que podía pasar. Leían en todas partes mensajes optimistas de que puede caer una estrella, o los de te puede pasar a ti… El clásico de a veces ocurre y otros más comerciales como el solo hazlo. La publicidad era un engaño para hacer llevadera la coexistencia en la misma burbuja sin pensar demasiado.

El gran guionista se escudaba con Heisenberg, incluso tomaba cervezas con él. Pero sus experimentos tomaban conciencia conforme los granos fermentaban… y cuando la levadura empezó a hacer efecto con el aumento de la temperatura. Debió zanjar el asunto, pero de todos es sabido que un creador es incapaz de culminar su obra ó ponerle fin debido a la curiosidad… Quedan tantas opciones, tantas vueltas de campana. Puede que lo consigan.

Pero los sabios también se equivocan. Quizás si hubiese parado a tiempo, si ella no hubiese descubierto la verdadera historia que tenía lugar en su propia vida. No se hubiese cruzado con el otro gusano de la manzana. Eran idénticos en todo menos en la estructura y la forma. Pero los dos eran agua, misma composición. Simplificándolo al máximo la fórmula hubiese funcionado.

Como en todo ensayo, no tuvo en cuenta la fuerza de las variables. No balanceo las compensaciones como era necesario, ni compuso ecuaciones personalizadas. Como un inteligente chapuzas fusiló los tratados, ajustó las doctrinas… Hizó trizas los postulados y quemó los colorarios. Realizo su sistema con las prisas de un novato cruzando los dedos al obtener los resultados.

Sin saber que había creado una bomba… Una de esas de dos fases, que sin combinarlas no funcionan. Y se cruzo de brazos a ver como evolucionaba el proyecto. Su solución era tan fácil como colocarles en ciudades diferentes. Ni muy lejos, ni demasiado cerca donde pudieran sentir atracción. Equidistantes fueron los 200 km dibujados con una línea recta. Distancia suficiente como para que no se realizasen oportunidades que pudieran vincularles.

La cosa dio resultados esperanzadores en las primeras décadas. Todo iba a la perfección hasta que el caos movió sus alas de libélula y trastocó todo. Ella le encontró de la manera más ridícula en la que tenga que ver algo tan insignificante como la curiosidad de los gatos. Y él perdió la cabeza. No mucho mas de lo que ya la tenía… sencillamente, de forma diferente.

Especial siempre se le ve pronunciar en sus labios sonrientes. Él era un caballo, uno de esos españoles cruzados con algo de árabe y ella una leona de la gran ciudad. Por aquel entonces ya se contaban a decenas sus victimas que forjaban su leyenda negra. A su vez… él ya quemaba el asfalto debajo de sus pezuñas. Así que era cosa de probar y adquirió en sus viajes el alma de un gato.

En parte era un ser solitario… que andaba todo el día corriendo por otros mundos de esos que no le venían prefijados. Se saltó todas las normas y siguió volando. Libre decía el viento, culpable condenaba el estado. Y eso fue lo que le restó la primera vida.

Y aquello lo que sencillamente le llevó a ir a la gran ciudad, ya había ido antes… de vez en cuando, pero aquello era distinto y ahora le tocaba sobrevivir por sus medios. Por suerte ya se había cruzado con su espejo y quedando embelesado tomo robada el mejor de sus talentos que no era otro que el de robar almas a mordiscos.

El caballo murió y resurgió el centauro y sembró las ciudades a su paso de victimas sin memoria en previo pago a otra la de las condenas… la de no volver sentirse completo ni relajado. Aprendió muchas maneras, practicó otras cuantas más, a pesar de todo… sus actos eran insuficientes y carentes de valor necesario. Y el invierno llego… como la guerra fría que no es como el real que dura uno por año. No este se trataba de un basto hastío de hielo como si Sibería se hubiese instalado a lo largo y ancho de la castellana.

A cada lado facciones opuestas. Lideres enfrentados por redencillas dignas de Capuletos y Montescos… pero tan esperpénticos que sólo una ciudad con un ángel caído presidiendo los sucesos desde las alturas puede ser la cuna para esta vida. Y se armó la gorda. En verdad… lo que el Sabio no calculaba era que pudiese ocurrir esa casualidad.

Y es que la causalidad, no es cosa del destino… él ya la había visto en sueños y escrito sobre ella, y todo fue a peor cuando dejo de tener esa opción. Insomne perdido, decía la carta del Juzgado… a pesar de ni siquiera tener juicio.

Por un cruce de correspondencia se había originado el desafortunado incidente.

Válgale Dios a aquel pobre demonio que pensó que podría salvar el mundo alejándolos un poco.

Un caballo que hubiese podido correr libre por la meseta como incitaban los indicios acabo como un centauro en la ciudad de los sueños perdidos. Y es que la ironía se llenó de valor y puso el grito en el cielo. Nadie hubiese apostado ni un mísero céntimo por una pareja así, pero las cartas tampoco entienden de directrices y azarosas caen como lluvia del cielo. Y ocurrió… Un día van y se cruzan los espejos en mitad de la manzana. Y como todo el mundo sabe… el reflejo de un espejo en otro espejo, es como el reflejo prolongado de un orgasmo perfecto.

Una sucesión de nada que se prolonga hasta el infinito y cansa se mirarlo. Embelesa robándote el sentido, permutándote la percepción de la realidad… dejándote sin palabras, sin aliento. Como el nacimiento en primera fila de un agujero negro. Que eran ellos cayendo por las pupilas del otro, leyéndose por dentro. Y así fue el inicio que comenzó el proceso.

El dejó de ser estable y se volvió un caballo con el talento de un cazador… y al equino le brotó un hombre capaz de lidiar con un león legendario. Vistiose así mismo de tinta y cogió su arco y tantas palabras afiladas que pudieran causar un buen daño. Y empezó con su propia cacería de los reflejos en los espejos encantados.

El viejo erudito presentó la dimisión y actualmente anda contando cráteres en un de las lunas de saturno, para no se que postulado. Pero su experimento disparatado sigue corriendo como una bomba sin mecha, con el detonador activado. Fue la suerte que nunca se hayan llegado a combinar demasiado tiempo, o en el mismo estado.

El mundo sigue suspirando aliviado mientras que él siga perdiendo mano a mano lo que según su justicia le venia otorgado. Se siente estúpidamente ilusionado porque ahora con otra vida recién estrenada va cumpliendo las tareas que tenía pendientes desde tiempo pasado.

Al final de la lista esta ella, quizás aguardando aunque no se lo espera demasiado. A lo largo de 7 ó 8 años han pasado desde tacharse hasta volver a enroscarse en un ciclo sin fin al estilo de Moebius. Son de diferentes especies, pero la química sigue funcionando y eso ya es algo. A día de hoy tampoco nadie apostaría ni una sola moneda. La crisis ahoga todo los bolsillos por igual, tan sólo le importa la plata y el oro. Pero el chico sigue apostando por el mismo todas las noches en los mejores casinos.

La suerte brilla a su lado y algún día puede que logre cumplir lo que para el reza como sino. Rozar el cielo y sentirse completo mientras que todo lo que le rodea se va a la mierda. Porque ya no le importaría abrir otra de sus vidas de pega, como salvavidas brillantes con bonitas cuerdas donde agarrarse. Si no, pues nada…

Quizás entonces, pudiese comprender lo que significaría ser feliz completamente, sin necesitad de ayuda… o entender eso de la normalidad, de absolutamente no tener ningún miedo. Porque ella esta allí en ese momento. Y su reflejo es más profundo que una balsa de agua en mitad del vacío del espacio. Algo que te transporta… a cualquier lado. La energía capaz de mover el mundo o destruirlo en un instante.

Ellos son la bomba de relojería mas precisa construida hasta el momento. Por separado letales cazadores de colmillos afilados detrás de formidables sonrisas, un rosario de victimas a ambos lados. Sin repeticiones ni piedad… sin remordimientos ni supervivientes, el placer de arrancar algo a sus victimas.

Aunque juntos… quizás se acabaría el mundo… digo quizás, porque puede que el viejo necio errase los cálculos y fuesen la nueva fuente de energía renovable. Porque su pasión es tan destructiva como una bomba atómica y a la vez tan concentrada como la fisión de un átomo completo. O todo o nada… una moneda macabra que gira en el espacio sin miedo a iniciar la cuenta atrás.

La muerte para el mundo… o la leyenda de la fama del amor en los tiempos del cólera escrito por Pío Baroja. Nadie sabe el futuro y se sabe que cuando acabe con las victimas del otro lado, tendrá que pasar la barrera y entonces ya puede ocurrir demasiado.

Él no es de hielo aunque viva en la estepa… sigue siendo fuego… una combustión constante en movimiento, sin miedo a nada que no sea ella y sin juicio alguno que le detenga a ser sincero y decirle que prefiere vivir en un cuento… que explotar en silencio.

Te falta una victima a este lado… ¿Vienes?

Llevo una vida esperándote.

No se ser normal, esperar con paciencia o usar eso del autocontrol, ni tampoco se como muchas otras cosas que desconozco hacerte una canción o tocar algún instrumento interesante. Pero se coger un sentimiento, y sintetizarlo hasta desarrollar un argumento. Vistiendo con palabras la sensual figura que un esqueleto tan perfecto como lo es el su personaje de tinta y hueso. Tan inmortal como el tiempo.

Mareas sin luna ni deriva


Preparo su mundo con el esmero que exclusivamente puede hacerlo unas manos que poseen cinco dedos. Reformo la estancia ampliándola para que el espacio vuelva a producirse donde antes se había colmado. Transformo el escenario de sus historias cada pocos meses para que no se harten de nadar en la rutina. Mismas piezas nuevos vegetales… ese es el contrato estipulado desde el principio de los días.

Nadan entre las ramas que una a una voy colocando hasta formar sus bosques encantados y desconocidos donde husmear comida entre la grava. O donde esconderse de los otros peces que conviven en la pecera. Las normas las ponen ellos, yo simplemente disfruto de sus relatos. Cuentan boqueando como se encuentran y bailan como poseídos cuando el juglar esta cerca.

Dando ruido agudo con sus cascabeles y sus panderetas. Todos reaccionan a la música cuando por el agua navega ella. Burbujas con sueños para los que nunca duermen flotando en la ingravidez hasta explotar en la superficie. En sus ojos el amor de Estocolmo cuando recuerdan quien les alimenta. A ras del cielo no se teme ninguna tormenta y el agua es tan calida como la caricia de la primavera.

Carreras, piruetas, cabriolas y un sinfín de artificios que alegran la vida del capitán sin su navío deseando romper las fronteras y anegarlo todo con la libertad prometida. Hijos de padres cautivos viviendo dentro de su condena. Al menos en mi casa, sus deseos son colores y narraciones inconexas, que únicamente entendemos cuando la noche cambia por día y los relojes comienzan su ciclo de nuevo.

En ese momento en que el cero pone precio sin firma a todos los sueños donde otros descansan. Quedan el amo y sus invitados flotando sin más destino que un océano en calma salpicado por el brillo de las estrellas. Un dulce castigo para los que siguen dejando mensajes dentro de botellas de oporto olvidadas a la deriva.

miércoles, 16 de marzo de 2011

El soneto de un proscrito

Amor cautivo en su absurdo sentido

comportándose cual niña malcriada

que sin cariño acaba desquiciada

en cualquier lugar que quede perdido


Entre paredes de cuartos sin ruido

donde duerme placida y velada

los restos candentes de la morada

del placer que pensaban extinguido


Sigue vigente la eterna condena

del amante que ha sido castigado

porque nadie controla con cadena


A la pureza de un caballo alado

que no entiende sobre ni mal ni pena

sólo sobrevive estando a tu lado

lunes, 14 de marzo de 2011

Gulliver


Cada día se suman más cicatrices a su historia, se incluyen sin parar señales de guerra sobre su formado pecho, marca a marca va cubriendo su piel de manchas oscuras como un leopardo. Aunque desde pequeño siempre quiso ser un tigre, pero el periodo de crisis los deseos que se cumplen lo hacen equivocados y no hay nadie que pida cuentas ni al rey, ni a un funcionario del estado. Suceden los días como un desfile de soldados. A cada paso un destino se aleja y otro queda por el contrario más cerca.

Se encuentra detenido en mitad de un cruce de caminos y el hito que contiene las indicaciones esta tendido, desplomado en el suelo. Husmea las marcas que el tiempo ha ocasionado en el monolito y busca el musgo para determinar el norte y contrastarlo así con la dirección del sol que ya ha empezado a caer. Gira la piedra hasta que casa por completo en el socavón que ha quedado en el suelo.

Y vuelve al camino sin mas demora que la satisfacción por el trabajo bien hecho. Pero antes de continuar. Hace una pausa y por una vez hace memoria. Desde el principio… sin coger atajos, ni saltarse las partes duras y difíciles. Acaricia su piel mientras cuenta las hendiduras y boquetes… recuerda los malos momentos, tratando de encontrar los buenos que al no producir daño no aparecen por ninguna parte. Sube desde los pies hacia la cabeza. Contando los escalones de piedra y metal a lo largo de las distintas alturas reflejadas en sus espinillas.

Prosigue con sus rodillas y las marcas de abrasión que muestran las caídas y el tiempo que se paso arrastrándose, pidiendo clemencia por cosas que nunca sucedieron y que por desgracia no ocurrirán, porque a destiempo ya carecen de sentido. El pasado esta bien en su sitio, porque una vez que cicatriza ya no duelen esos recuerdos como el primer día.

Así que sigue subiendo trepando por su vida y cuenta las marcas de las estrías y de los arañazos… de los golpes y del cuero blandido. De sus errores de la infancia bandeando su espalda y sus mejillas. Sus posaderas y cualquier sitio que quedase sin la protección de sus brazos encogidos.

Cuando dejo de doler el dolor. Ya no quedaban más que sonrisas para el resto de la existencia. Y decidió ser feliz y los puntos siguieron cayendo con un siniestro amor reposado… como copos de nieve que calmaban las gotas de sangre cosiendo la piel. Las agujas ya no parecían tan punzantes y el hilo surcando los bordes dejó de ser como una serpiente entrando al revés por un agujero, para volverse agua cerrando las heridas. Y fueron muchas e incontables las que salpicaron sus aventuras…

Y muchas más las que sanaron solas con láminas de aloe vera, cortadas a bisturí hasta convertirse en papel mojado. Recuerda el olor cicatrizante y la paz gloriosa que albergaban cuando se usaban para las quemaduras.

Rememora el espíritu de los felinos y observa sus brazos cruzados por un haz de líneas finas y gruesas. Palpa las marcas profundas causadas por el ácido que corroía las que permanecían abiertas. Pero ya entonces el dolor era una palabra casi al final de la 3ª letra del diccionario. Sabía invocarla, sosegarla y curarla.

En su primer cuarto de siglo había logrado acumular tantos puntos y marcas que podría viajar al fin del mundo sin hacer paradas ni escalas. Pero antes de continuar tiene que terminar la lectura de su historia. El pecho esconde una gran ausencia sangrante que un pecho fornido esconde oculto en sus entrañas mientras que subiendo el cuello encuentra todos los zafarranchos que se hizo en la cara.

Apesadumbrado prefiere comenzar por la parte posterior de la cabeza y pasan entre sus dedos en un segundo sus fracasos entre los 5 y los 10 años… después un alto en las hazañas significativo hasta volver a la batalla. Destrozándose la cara contra las murallas ó asaltando barrancos sin temer la violenta llegada contra el suelo. Volando y dando vueltas de campana. Hasta que el niño que quería ser tigre… se convirtió en leopardo.

Y de todos es sabido que todos los gatos son pardos por la noche… pero sus marcas se funden con las sombras como si fuera una pantera. El silencio es el movimiento de sus piernas que pisan sin hacer ruido para no despertar el sueño de los que pensándose justos duermen placidamente en sus camas hasta en las noches de luna llena.

Elige el destino… escoge la vida. Baja su dedo por el borde de su mandíbula hasta llegar a su boca. Roza con cariño su labio mientras que vuelve a sentir esos dientes afilados mordiendo su carne. Sujetándolo firmemente mientras tiraba de su parte inferior. Mordisqueándolo levemente mientras sustraía a tirones su alma. Sin prisas ni artificios, pausadamente disfrutando de la momentánea bajada de guardia.

Para después marcharse… y no dejarme juicio ni nada. Y el pequeño gran hombre empieza a llorar derrumbándose de rodillas. Echa de menos esa sonrisa afilada y el sentimiento que ella ejercía en su presencia, que era como ver florecer el jardín de sus alegrías, pero de ese momento ya no queda vestigio de haber sucedido entre tanta locura acontecida.

Seca sus lágrimas y lame el resultado en el envés de su palma. Tan salado como siempre comenta intentando con dignidad hacer brillar su desbordante simpatía… Ahora que lo ha recordado todo. Guarda lo que realmente le sobra en un saco y lo abandona allí a su suerte.

Puede que logre alcanzar su sueño, pero necesita soltar todo el lastre que le mantiene los pies en el suelo. Volará tarde o temprano. No tiene prisas… pone rumbo a su primer destino. Apagar el infierno en llamas. Sonríe porque se enfrenta con las llamas cara a cara.

El leopardo se vuelve centauro y de nuevo comienzan sus hazañas… las marcas acabarán transformándole en una montaña de carne bandeada. Desconoce si acabará convirtiéndose en un tigre como al principio deseaba.

Recuerda lo que era se un caballo. La libertad de trotar por las mañanas… y seguir haciéndolo con un sol del demonio abrasándole durante horas la espalda sin ni siquiera buscar una sombra donde cobijarse. Corriendo para librarse por fin… de la pesada carga que sus padres depositaban en forma de problemas cada madrugada. Acabará siendo algo, que cuando termine el camino, no será mas que el proyecto definitivo para lograr la piel de un autentico lagarto

domingo, 13 de marzo de 2011

20.

No des nada por sentado… podrías estar equivocarte sin darte cuenta y no aceptarlo.

Recibe siempre la ayuda con una sonrisa, dos cabezas piensan mejor que una si ambas lo intentan a la vez sin límites, ni fronteras.

viernes, 11 de marzo de 2011

Pobre

Perra la suerte del pobre que aguanta
a los ricos, las burlas y los juegos,
para poder resucitar de nuevo
y sigue el soportando las faltas.

Y al otro día cuando se levanta
piensa en liquidarlo todo, con fuego,
que el jefe se puede rascar los huevos,
y aunque también es pobre, se adelanta.

Y hace buen uso de esa desigualdad,
del gran poder, el miedo y el abuso.
Su disfunción eréctil no se cura.

Con los cuernos no puede tener bondad.
Pero da igual, ahí viene Rantifuso
pegando tiros, contra la amargura.


Para seguir con sus palabras, visite a Ratinfuso

19.

Olvídate de todo y empieza desde el principio. Borra todo lo que sabías y comienza a aprender de nuevo.

Nunca es demasiado tarde para otra oportunidad, si se tiene voluntad y confianza en uno mismo.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Encajando la realidad


Lo único que diferencia a un idiota de un genio.

Es que cuando de pequeño le dieron el típico juego de encastre de piezas geométricas. No tenía un martillo a mano.


Por lo que de la deducción obtenemos que un idiota es un genio sin ideas... o alguien sin los materiales necesarios para la consecución de un fin especifico en un momento determinado.

Pan de algas.

Hiñe las bolas de pan, presionándolas fuertemente contra el metal de la mesa. Dibuja círculos concéntricos queriéndolo aplastar las porciones para convertirlas en monedas mientras que el almidón va fabricando sus propias cadenas.

La temperatura sube y la levadura comienza su propia fiesta. Las manos del sol doran el trigo bajo su peso. Dan forma y caldean… siguen dando vueltas hasta que el tiempo se para encima de la mesa. La esfera dice que ya esta perfecta y el pirata da un par de cortes con su navaja sobre la masa fresca.

Dibuja una X para saber cuales son sus piezas…

El horno espera caliente con su puerta abierta… el infierno huele a acidez fermentada y a mar de algas verdes y moradas. La levadura flota en el ambiente y el pan crece como flores sobre la encimera gracias a la humedad de la sala. 25º de amor y cariño para hace que el resultado sea esponjoso como una nube.

Salta al horno y se esconde allí dentro hasta que este bien cocido y cruje su piel como una escalera con 100 años. Tostada como arcilla seca y cuarteada, con el interior de los mares de la india navegando en sus entrañas. Sabor a tierra de cereales y a agua salada.

La pasión de los peces dorados que vuelan como las águilas. Sol y arena, sal y agua. Pedazos de gloria almohadillada con la textura de los corales que visitamos buscando a la sirena que se quedo varada.

martes, 8 de marzo de 2011

La jota de Corazones


Francia y su republica siguen teniendo sus defectos. Entre tanta libertad siempre es terreno abonado para el libertinaje y Marsella es la cuna de los violentos de todo el país. Una ciudad bañada por el mar que durante décadas ha ido recogiendo todos los despojos en cada una de las mareas que besan sus costas.

Jack es un tipo solitario que sobrevive como puede en las duras calles de esa pintoresca ciudad. Su vida esta rota desde el principio, casi desde que salio de las rejas de la cuna de uno de los mas temibles orfelinatos del barrio antiguo. Creció sumido en la inmundicia del abandono forjándose como un mercenario carmesí, un soldado capaz de convertir la sangre que cubre sus manos en capital en la ventanilla de cobros de su organización.

Por lo que mantiene el número de sus amigos entre los dedos de una sola mano. Tener más implica demasiadas debilidades que el no se puede permitir. Pero se mueve entre sus iguales como pez en el agua. Durante sus andazas que han sido innumerables ha podido salvar a unas cuantas buenas personas de su mala fortuna, y aunque agradecidas no las ha mantenido mucho tiempo. En esa maldita urbe, tener muchos contactos sería además de necios y de tarados. Y con un trabajo como el suyo no hay que tentar a la suerte.

La gente le apoda JJ, por ser un jodido judío, a pesar de todo… nunca le ha gustado demasiado ese sobrenombre. Por lo que sólo los que han llegado a conocerle con el tiempo, saben como llamarle. Es resto es otra historia de esas que suceden de noche y no terminan durante el resto del día. En el infierno cuando no tienes el privilegio de estar muerto, aun quedan muchos problemas que solucionar, para mantenerse el equilibrio sobre el filo. Tiene a sus queridos cuchillos y lo demás no le importa, para él todo se reduce a una simple cuestión. Su regla de las 3 eses. Sacrificio, sudor y sangre.

Ajusta su chaleco ciñéndolo contra su figura hasta que queda blindado con un sonriente armadillo. Después comienza su otro ritual. Introduce el filo de sus cuchillos en las presillas que lleva repartidas por todo el cuerpo. Sus terribles cebolleros gemelos descansan a los lados de sus costillas debajo de sus brazos. En su pecho en cambio anidan decenas de afiladas puntillas de mango equilibrado que vuelan por el cielo cortando el viento detrás de un silbido inofensivo que cuando esta tan cerca que puede escucharse sea demasiado tarde para ponerse a salvo de sus destinos.

A su espalda sus queridas cimitarras duermen su letargo. La cosa tiene que ponerse muy feas para que salgan a la acción. Porque están condenadas en cientos de idiomas y sus hojas bañadas con la sangre de tantos muertos que podrían andan solas si así lo deseasen. Empuñarlas significa caer en el frenesí de la danza de la muerte. Una consecutiva e irrefrenable armonía de estocadas que se asemeja a las orbitas de los átomos.

Puedes detener sus hojas, no su camino. Tarde o temprano se acaba eso de esquivar, la desgracia es que nadie tiene ojos en la espalda y cuando alguien se topa con un obstáculo que detiene el recular en seco, se encuentra encerrado con el fin cortante de unas sonrisas que cruzadas cercenan como la mandíbula de una hormiga.

Es que él es la jota de los corazones. Y sus salarios en alza demuestran su talento en el arte de los sicarios. Algo perdido en el tiempo donde los arcadios eran los reyes del noble honor de quitar la vida a cambio de dinero. Así que en la edad moderna J sigue rindiendo pleitesía al antiguo código de la hermandad. Proteger el nombre de contratador y exterminar al objetivo sin fallos ni demoras.

Si realiza bien su trabajo y siempre lo ha conseguido. Sigue respirando y abultando sus cuentas. Sigue sin gastar mas de lo mínimo y ahorrando. Cuando llegue a las 8 cifras… huirá de esa maldita ciudad. Ya le quedan sólo dos para cumplir el total, sonríe aliviado y derriba la puerta de una patada en la cerradura.

El marco se astilla y la cerradura se abre de par en par golpeando al otro lado. Un salón queda a la vista con cuatro esbirros apostados. Las dagas vuelan hacia todos los lados y unos segundos después el ruido ha cesado. Recoge las cuchillas y las vuelve a colocar. Corta el índice de cada una de sus victimas y los mete en un bote herméticamente cerrado. Entorna la puerta al salir y asunto terminado. Se mezcla entre el bullicio de las calles atestadas sin que nadie se percate a su paso.

En Marsella mirar a los ojos a un desconocido te puede salir caro, a el nadie le mira cuando parece enfadado. Sigue siendo una tapadera que usa como armadura. Pocos saben que tiene una fabulosa sonrisa escondida en algún recoveco de su torcida alma. La usa pocas veces y la tiene casi sin gastar. Pero a veces cae una estrella y él esta cada día más cerca de la meta de salir del infierno por la puerta grande.

domingo, 6 de marzo de 2011

Vino y canela.

Vives en las palabras

y entre los aplausos

Musa de inspiración

sin medidas ni medias


Ríes, sonríes y lloras

como magia milenaria

la más pura energía

con la suerte a su vera


No corre si no vuela

27 años es sólo cifra

de lo que te queda

todavía por experimentar


En un año donde podrás

sentir lo que eres, eras y serás

sin limites ni fronteras

ese es el deseo que te queda


Ser tu y brillar como nunca

ni volverá a ser como los demás

reina de los teatros donde hasta

Shakespeare y Cervantes

hubiesen colocado tu cuna.

sábado, 5 de marzo de 2011

Entre la luz y la oscuridad.

Dame la oportunidad de sorprenderte de esa manera en que no te esperabas, quiero dejarte con la boca abierta y la respiración alterada como si llegara a emocionarte.

- ¿Tu estas loco?

Si, aunque eso ya lo sabías de sobra pero también estoy repleto de esa locura tan brillante, que si no te quedas ciego al mirarla fijamente puede que te guste.

- No soy ningún mosquito…

Sé que nunca has sabido encontrarme a la luz del día porque entre tanto sol andante no queda espacio libre para que se vean las estrellas… aunque a oscuras siempre has sabido buscar mi sangre caliente.

- No digas tonterías…

No se decir otra cosa, pero nunca te ha importado demasiado… en silencio sabemos entendernos a base de miradas. ¿No?

- … (Silencio)

miércoles, 2 de marzo de 2011

Miguel Ángel

El dolor forjó su alma

como hace el hierro caliente

partiendo en dos su esencia

tripas y razón, dos a uno,

y uno solo para siempre.


Las letras salaron heridas

lamidas por labios ardientes

de cien almas distintas,

historias de las mil lunas,

en una colección indecente.


Niño de los sueños de fuego,

corazón de páramo helado

y manos incandescentes,

demonio desangelado,

noble de una sola serpiente.


Seductor como perfume,

letal como el veneno,

tenaz cual legionario,

salvaje como sarraceno.


Si lo sueña todo es posible,

con ganas todo lo puede

incluso un pirata sin parche

leyendo la tabla de Wecker.


Su sonrisa detiene el mundo

en mitad de su jodido eje

cada vida dura un segundo

y sabe que no existe cura

una vez que te muerde.



Gracias Sara, me ha encantado...


martes, 1 de marzo de 2011

Exp 4.0

No Dispongo

de

Re Medio

alguno

Estando Tan Zumbado

como

Hacer Ca Be Za

y

Co Mer De Te Rgente

para

No Bailar Hasta Echar Z Umo

y poder

En Co Ntrar Visi Ón H D

Co N Fo Me Ojeo Hori Zon Tes Rotos




La tabla de Wecker.


La presencia del Pirata vuelve y de nuevo complica la vida de todo el barco y sus aspiraciones. Parece inofensivo y en absoluto violento, alguien sacado del pasado de un libro de texto, o de la mismísima isla Tortuga. Pero a pesar de las apariencias, no deja de ser eso. Y parece que dejo lo del pillaje de lo físico y paso directamente a por los sueños.

Aquí en esta nave… no se conoce depredador igual ni más temido. Y ha vuelto a hacer de las suyas como era de esperar. No le ha despistado el humo de todas las naves que teníamos bajo mando, para que le distrajeran de la realidad. Ese gran incendio enmascarando las verdaderas intenciones de ese camino, no le ha impedido darse cuenta de lo que estaba pasando y ahora estamos en mitad del océano sin que el vigía quiera ceder… y lo peor es que ha robado las cartas de navegación.

El maldito ha trepado al palo mayor con el único sextante bajo el brazo, ha puesto su bandera con la calavera y los cuchillos cruzados. Y dice que no piensa bajarse porque siempre ha sido el que dirigía ese navío y que sin su aprobación no se va a ningún lado. Y jode porque es cierto y nadie puede negárselo ni rebatírselo, no aprobaran para el trabajo a un guía tuerto. El destino puesto en sus manos y ojo… Menudo mundo este de ironía, donde el rey del bergantín es un tuerto.

Hemos subsistido a accidentes y acantilados. A tormentas eléctricas tan peligrosas como mear en un enchufe y salido de todos los infiernos circulares donde por desgracia se ha caído. Pero en el tema de lograr los sueños. Ese maldito lunático los ha estropeado todos. Dice que no puede encontrar lo que no existe y con su inmisericorde insomnio, nadie puede tratar.

Así que otra vez, empezamos perdiendo sin ni siquiera alcanzar el sueño. Tenemos el barco más rápido y fuerte que ningún loco del humo haya podido conseguir en su vida. Un barco echo a mano con el tronco de un árbol milenario de olivo. Puro tiempo concentrado en un casco tan perfecto que su creador se arranco uno de los ojos después de crearlo para no verlo envejecer y así conservar el mejor de los recuerdos.

Pero no le importa lo que le costo llegar hasta ahí… derribo a cañonazos esa ilusión que el niño tenia de pequeño de surcar el cielo siendo piloto… Porque pasaba los días mirando el cielo, contemplando el azul firmamento y atravesando las nubes por el medio. Tanto tiempo volando y disfrutando que hizo que el Pirata apareciera en escena y de con un par de disparos a puntando con un solo ojo acertó el muy bastardo a Ícaro en pleno vuelo.

Cayo prendido en fuego en mitad del océano y el niño dejo de soñar por lo que había visto. El tiempo pasó y siguió su curso. En lo de orientación y caminar mundo si que era bueno el tío. Se subía a su pirámide y ponía rumbo a sus destinos como quien sigue una línea de colores. Y ahora regresa a su antiguo motín armado con un buen par de cuchillos dice que no quiere trabajar contra el fuego. Que quemara todo si alguien pretende seguir con esa idea absurda de apagar incendios.

- Sabes que no aceptaran a un barco quemado – ríe macabro entre sus podridos dientes.

Y todos tragan salivas, porque en lo de jugar con a clavar el cuchillo con el ojo izquierdo no es lo suyo… pero en hundir los sueños, es todo un experto.

A pesar de todo esta vez… no va a lograrlo, hemos pasado tantos años en el infierno que nos merecemos una oportunidad. Si quiere guerra, la tendrá, la madera a estas altura ya sobradamente esta curada a base de un ahumado intenso y cobertura savia de planta, El conjunto cristalizado casi llega a ser ignífugo… cosas del ámbar. El tiempo siempre nos ha ayudado a desvelar el secreto y ahora sigue siendo el momento adecuado.

Si Pirata no quiere la libertad, es cosa suya… hace años que la obtuvo pero la locura le mantiene los grilletes y piensa que esta anclado al suelo. Así que toca levantarle el parche y enseñarle la realidad. Creíamos que habíamos pagado las deudas con la justicia, pero aun quedaban minas ocultas.

El Pirata se ha fortificado en el mástil mayor, puede estar meses sin bajar el condenado es una mala hierva, sabe aguantar sin demasiado. Aunque esta vez, no va a joderlo. El niño ha crecido y ya ha ejecutado sus soluciones por adelantado. Ha raptado a Wecker encerrándolo en una tabla e invocado el consejo y la energía de Pedro, volverá a contrato de San Judas y pagara con dolor, esfuerzo y superación lo que después tendrá que duplicar, porque lo tiene que hacer por el mismo y por el Pirata.. Sabemos que es una mala combinación de energías. El resultado va a estar en negativo y va a ser terrible. Como los viejos tiempos. Cosa que no le disgusta, porque al menos se sentirá como en casa.

Pero nada le impedirá cumplir su sino de conocer al fuego como a si mismo. Porque tanto uno como otro, son el mismo elemento en diferente estado. Y llevan demasiado tiempo llamándose. Ha podido eludirlo y esquivarlo, pero la hora de que el entuerto entrase en escena. Ahora que había vuelto a domar al caballo, se da cuenta de que el Pirata siempre ha sido el guía del camino.

Era de esperar tener que pagar a su tributo, pero no se ha dado cuenta, que este ya no es su sitio. Hay que anularlo… suprimirlo y quitarle el parche… de cualquiera de los medios. Existe una oportunidad… pero esto se merece el intento. Un imposible es cosa de lograr mediante el adeuado uso del secreto. Todo se consigue si esta escrito y si hay un sentimiento puro.

Y esta vez antes de lograrlo tengo que devolverle la vista al Pirata y agradecerle que haya conseguido llegar hasta aquí con un solo ojo y no poco esfuerzo. Porque para lo mal que pintaba la historia. Ha logrado salir indemne de demasiados accidentes. Así que toca aún poco más de voluntad y ánimo porque sin madera en las piernas aun se puede hacer algo.

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