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jueves, 28 de agosto de 2014

Lugares prohibidos.

Bailando hasta el amanecer espero a que la noche se muera
de sus cenizas nazca el día para dormir tendido en telarañas
junto al fresco que sopla el viento y las sombras de la mañana
y seguir viviendo sin vivir con una cadena atada a las vértebras.

Siguen habiendo un sinfín de lugares a los que no volver nunca,
allí donde habita el silencio y las horas son como puré de patata
tampoco irás de donde te echaron, no por orgullo sino por delicadeza
no guardes venganza enfriándola por décadas pero no olvides nada.
Porque aunque el pasado no vuelve jamás el futuro solo guarda
sorpresas a los que no estuvieron atentos al partido ni a la historia.

Huye siempre que puedas sin miedo ni temor si puedes causar daño
guardando el dolor el formol y conservándolo por si hiciera falta luego
pues no hay cosa más siniestro que lo que uno se produce a si mismo.

Ríe, canta y silba… no pares aunque otros te lo digan, tampoco me hagas caso
y ve donde tu quieras pues el camino del destino es el que se anda y no el soñado.

Y mientras duermes descansa para cuando no puedas y necesites un alivio

O dos… o los que sean necesarios para que aunque sin cumplir un objetivo
valga la pena haber salido al mundo, para comérselo, follárselo o observarlo
porque por muchas veces que fusilen al sol, siempre amanecerá tarde o temprano
y es la libertad que nos queda haciendo pelotillas en los bolsillos la que seguro
usamos para dar al termino de libre albedrío lustre al nombre y más o menos brillo.

miércoles, 27 de agosto de 2014

Contrarreloj.

El tiempo es la única cosa que la humanidad desea pero no puede conseguir, puedes intentar almacenarlo inútilmente, luchar por su poseerlo sin llegar a alcanzarlo o como hice en su día robarlo sin poder emplearlo en su totalidad.

El tiempo transcurre como el agua sin que nadie pueda detenerlo, es como mear contra corriente, siendo el objeto a análisis algo parecido a un huracán mezclado con tifón. Si quieres nadie puede obligarte a no intentarlo, pero la mayoría se apartará hacia algún lugar seguro mientras tu curiosidad se ve recompensada.

Hace años robe a cada noche algo de tiempo, poco a poco hasta que deje de soñar y después involuntariamente me olvide de dormir. En el fondo todo aquello me alegraba porque conseguía de alguna manera sacar un par de horas del fondo del armario y poder dedicar ese tiempo improductivo tirado en la cama por algo extra con lo que poder escapar de la realidad.

La alquimia siempre ha consistido en permutar dos materiales mediante el uso de la energía. Así que me conformaba con perder el confort de los dulces sueños por un poco más de tiempo personal para disfrutarlo de la manera que más conviniera a su debido momento. Libros, películas, visionado de temporadas enteras de una serie o incluso discografías enteras en lo que duraba una noche, que para algunos tiene una duración similar de sus días.

Erradique todas mis siestas porque el turno partido necesitaba alimentarse con algo que no fuera descanso. Si mi obligación era trabajar, entre jornadas escogía darme la libertad de cumplir lo que a otras horas no se podía y repetirlo al ocaso del día en vez de peregrinar directamente al sobre.

He ganado mucho tiempo, pero sigo siendo pobre… he leído muchísimo y escrito otro tanto más. Mi cabeza hace años que viaja fuera de mi cuerpo la mayoría del día y la otra parte le gusta jugar al encendido y apagado con mi cuerpo. Recuerdo las cosas que veo despierto y lo que ocurre dormido debe de conocerlo otro tío distinto. A veces se despierta en mitad de una cocina y acaba gritando a todos hasta que vuelve a dormirse cuando a él le apetece.

Recuerdo que tengo un zoológico dentro de mi cada mañana al mirarme al espejo, después camino al trabajo mientras pienso si son ellos los que se protegen de todo esto. En su jaula no hay mucha más libertad de la que queda fuera… salvo que allí dentro son los reyes y fuera sólo resta el público.

Pasa el tiempo y las libranzas se agotan como una vela que lucha sutilmente en no apagarse cuando la mecha es tan corta que baila sobre la cera. Todo final es inevitable porque los inmortales son cada vez más escasos y hasta los duendes han dejado de jugar con los niños debajo de sus camas. La magia se escurre por los sumideros de las casas el domingo de madrugada y en la calle sólo impera la ley de la selva tanto con luz como en penumbra.

Para mañana más calor en la ciudad y menos tiempo para disfrutar siquiera. En lo que unos concluyen sus vacaciones la mitad de las crías del mundo entero se preparan para abandonar sus nidos e iniciar su emigración, su viaje o simplemente su vida. Otros siguen en las trincheras rezando por salvarse o quizás por que se termine la guerra.

Siguen silbando las balas bajo el sol del infierno. Todos vienen y se van al contrario que el tiempo que permanece constante e inmutable. Una vez soñé que volaba… años más tardes sigo pegado al suelo… pero ya no gasto el tiempo en fabricar con sueños porque es más eficiente usar lo real con la ayuda de la imaginación que esperar que los deseos se cumplan sin ponerse manos a la obra.

viernes, 22 de agosto de 2014

La receta errónea.




Ya esta llegando mi hermano pequeño desde la gran manzana… ahora mismo se encuentra suspendido sobre el atlántico por un hilo de seda que cuelga de cada estrella por la que pasa. En unas horas habrá llegado a la siguiente metrópoli y estará dispuesto a darle un buen bocado.

A pesar de que no sea de mi sangre, mi hermano mayor me enseño a cuidar y proteger a los que se quiere. Por lo cual es mi deber velar por mi hermanito cuando vuelve a mi ciudad. El tiene un gemelo en el norte, pero aquí sólo nos tiene al dúo dinámico para formar el trío calavera. Me siento orgulloso de él, porque no he tenido que enseñarle demasiado y salvo rara ocasión casi ni me he preocupado.

Puede que se equivocarán en la elaboración de su receta, porque entre el y su hermano hay un mundo a pesar de que son calcados en lo físico. Supongo que su madre cogió bien las cantidades pero cocino ambas recetas por separado. En todas puso las porciones adecuadas mezclándolas con mimo y esmero. Todos los procesos fueron fabricados con amor y paciencia. Pero a la hora de hornear supongo que se quedo sin los utensilios apropiados.

A uno lo horneo con un molde de silicona y al otro con metal… puso la mantequilla en el fondo y la esparció distribuyéndola a partes iguales pero no sopeso que la corteza de uno sería diferente a la del otro.

B… fue un bizcocho de esos mullidos por dentro y blanditos por fuera… lo mismo que M, salvo que su corteza era la más áspera y contundente porque el molde había tostado más su superficie. Con el tiempo aprendes de los errores, a rectificarlos y a subsanar los que persisten. A veces las cosas salen mal aunque así no lo quieras, pero levantarse después de caer sigue siendo gratuito.

La memoria se encarga del resto. Recordar el pasado no sirve de gran cosa salvo para proteger el presente. Las cosas que sucedieron no se pueden cambiar y la mayoría de ellas tampoco lo haría porque entonces guardaría algo que nunca habría pasado. Pero aunque las recetas fallen hasta que se logra la perfecta, a veces la piratería es ese otro arte de modificar la realidad hasta volverla adecuada.

M… esta llegando. Será un día muy largo… pero seguro que lleno de sorpresas.

domingo, 10 de agosto de 2014

En el ojo del huracán.



Agosto seguía quemándole las plantas de los pies y no le quedaba tiempo ni posibilidades de huir a ningún lugar a resguardarse entre las sombras. Llevaba dos años sin sentir más aliento que el del sol sobre su cogote y aunque lo tenía moreno en esa época. No había tenido oportunidad de sentarse a colocar unas ideas que andaban dispersadas por su alborotada cabeza.

Las historias se arremolinaban entre mezclándose. Confundiendo sus argumentos y cruzando a sus personajes en lugares y sitios que no les correspondía conocer. La luna llena brillaba en el cielo como un faro en el horizonte, pero ni en una noche tan iluminada como esa, lograba capturar todos esos fragmentos que andaban flotando en el cielo o pegados a su piel. Encontraba unos cuantos, pero era incapaz de rellenar los huecos que existían entre ellos.

El ocho era para él, como las arenas movedizas en medio del infinito. Ya no quedaban leones que le diesen miedo, ni respeto, ni pavor. Donde fuera que estuviesen estaban quizás más entretenidos, pero eso ya no le importaba ni tampoco le quitaba el sueño. Hacia tiempo que sus caminos se habían alejado en direcciones opuestas… irreconciliables pero a su vez había encontrado la paz suficiente para el hallar el sueño de los justos en medio de aquello.

Su vida no había cambiado, pero los decorados era distintos. Madrid se había vuelto a quedar vacía sin sus atrezos y el escenario era un lugar muy amplio donde ejecutar sus ensayos sin miradas ajenas o furtivas de desconocidos. La tormenta sonaba fuera… pero no allí dentro no caía todavía ni gota… en medio de un huracán, respiraba tranquilo hasta la siguiente prueba.

Coge la lima y empieza a dar pasadas en ese maldito trozo de metal, tallándolo hasta volverse la llave correcta, rebaja cada borde y cada arista haciéndolo casar con el resto del problema. Se entretiene meticulosamente con los detalles mientras a cada pasada encuentra imperfecciones que pulir. Sigue buscando la excelencia como los viejos alquimistas buscaban en secreto la formula perfecta.

Tenían las herramientas y sus teorías, las cantidades exactas, los mecanismos correctos y los materiales precisos, pero sin un infierno de energía inagotable nada podían conseguir. Sigue en su cocina… aguantando cada servicio como una batalla, el fin esta cerca y todo un sinfín de posibilidades se alinean a la salida del agujero de gusano. Cuando pierda las cadenas de sus muñecas volverá a correr para no detenerse jamás. Ya ha perdido mucho, pero si las cosas marchan bien no lo necesitará más.

Con suerte y algo de magia se puede sobrevivir a un agosto en Madrid, es sencillo cuando no hay leones en la ciudad porque andan jugando en la arena de la playa junto al mar. La libertad seguirá oliendo a salitre pero cuando se parezca a la de un niño enterrará el odio, se vestirá de perdón y enterrará por fin sus cuchillos de guerra.

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