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jueves, 20 de agosto de 2015

Los puntos de la mano.



Se esta acabando el verano y todo sigue como al empezar, la película no avanza hacia ninguna parte, la escena sigue anclada, casi congelada hasta el fondo. Nada transcurre… tan sólo pasa el tiempo y continúa de la misma manera. Absurdamente indiferente.

Un embarazo después y las cosas no han mejorado, el que vive al otro lado del espejo continúa pareciéndose extrañamente a mí. Tiene calcadas hasta las expresiones pero seguro que hasta el llega a final de mes sin preocupaciones, al otro lado de la realidad los morteros siguen lloviendo sin parar. Por la mañana sonríes si alrededor de la cama ha florecido un bunker porque al menos a la noche siguiente, tendrás un techo donde guarecerte.

La batalla prosigue, pero ya han dejado de disparar balas porque la guerra en estos días es demasiado cara, ahora los contendientes lo basan todo en un enfrentamiento mediático y los opositores de ambos bandos siguen vomitando idioteces para el deleite de los tertulianos.

España sigue igual…

Como siempre.

Hace más de medio siglo que su rumbo no va a ninguna parte, al igual que el ciclo de las mareas el poder viene y va sin dejar más mella que la huella que hacen en las arcas del estado. A mayor sonrisa, más sinvergüenza. A los de este año ya les están dando estopa por adelantado. A veces poner la tele es como retroceder hacia el pasado, el único deporte realmente español sigue siendo el cotilleo por cualquier esquina, a los más barriobajeros les pagan más que a muchos ingenieros con carrera..

Así van las cosas… desde ese monigote llamado Aznar.

Al menos él ha terminado aprendiendo idiomas y ante el fin del mantenimiento… se ha montado una universidad donde impartir las clases de cómo robar sin perder la compostura ni dejar señales. Porque en verdad todo ex alto cargo que sigue limpio, es que era demasiado listo para que le pillasen con las manos en los bolsillos.

El cuento de Alibaba ya no se tiene en cuenta más que a los ladrones, que actualmente se podrían enumerar hasta casi rozar el infinito tanto por un lado como por el otro. Dicen que es una hipérbole… Pero tan solo es una mentira como un monumento. A los mejores tratos casi nadie esta invitado, pero sus consecuencias salpican a todos los que estuvieran mirando, o sin mirar… En fin, cada noche una historia para no acabar irremediablemente en la cama. Los mejores relatos están aún por llegar. Dicen que estamos saliendo de la crisis pero sin conocer lo que es el paro, todavía no he pasado de tener tres cifras en mi cuenta corriente.

Congelado en el presente, cuento los días que me quedan del futuro para de alguna manera celebrar cuando ya no me quede nada por lo que brindar. Antes todo terminaba con y fueron felices y comieron perdices. Ahora con un simple y fueron felices porque comieron, creo que sería colofón suficiente para demasiadas historias agridulces tirando a amargas.

jueves, 13 de agosto de 2015

13 negro impar.



Si sigues haciendo lo que siempre has hecho, seguirás siendo lo que siempre has sido. Nada cambia a no ser que tú hagas que cambie… a veces tardas más y otras menos en darte cuenta. Quizás son demasiados años para arreglar de golpe, puede que incluso sea tarde, pero no hay principio sin final.

Hay ocasiones que percibes una señal de alarma, algo que te dice que si sigues perderás todo lo que habías ganado con mayor o menor esfuerzo. Las cosas fáciles se cree que son sencillas de perder, las desechas porque no tienen ningún valor o ya carece de el. Pero a veces son las más difíciles de eliminar porque sucedieron por si solas sin que nadie intercediera y están más o menos relacionadas con tu persona.

Ayer fue un día trece con sus aciertos y sus percances, otro día cualquiera o uno que sin avisar lo cambia todo poniéndolo patas arriba. En fin esos días que ya no recuerdas, cuando sales a buscar un trozo del mundo, tú pedazo que bien sea grande o pequeño, valioso o nimio como un pensamiento sin plasmar. Pero al fin de cuentas algo que te pertenece a ti en exclusiva.

La suerte sigue brillando escondida en algún montón de la historia, justo ahí donde la perdí y puede que la vuelva a encontrar o es posible que nunca jamás vuelva a tenerla, pero cuando se ve lo que esconde el final del túnel, es simple adivinar las respuestas. No se que deparará el futuro… es algo que no puedo anticipar pero a veces hay que involucrarse en algo y dejar de luchar contracorriente, observar las debilidades concienciarse en superarlas y seguir hacia delante con la cabeza lo más firme que puedan dar las circunstancias.

Deje deliberadamente la puerta de mi cabeza abierta y huyeron todos mis demonios sembrando el caos por donde fueran, les siguieron las bestias que arrasaron el mundo a su paso sin piedad ni compasión y al final de todo escapo lo que poco que quedaba sin civilizar. De alguna forma se había desatado el infierno en la tierra, pero en verdad una ciudad como Madrid amansa hasta las fieras y cada una habrá sin esfuerzo encontrado su lugar de paz y sosiego.

Las letras que sin dueño andaban revueltas retornaron ocupando aquellos lugares donde sólo la sombra aventuraba a posarse. Con los adjetivos y  bellas palabras se fueron zurciendo todas aquellas grietas que amenazaban con demoler hasta los cimientos si soplaba tormenta. Sin rugidos ni llantos se escuchaba la silenciosa noche de nuevo y las chispas resurgían al igual que luciérnagas centelleantes bajando el cielo a la tierra. Ningún mensaje puede decir la pena que deja alguien al marchar o lo que causa las cosas sin hacer.

La luna sigue llena de mil historias sin terminar ni concluir, pero a pesar de todo nadie se olvida de soñar en volar hacia las estrellas. La eterna amante llora mareas y se ilumina al ver al sol… cada noche palidece en los ojos de quien la observa con el deseo puro, tanto como el de un niño mirando el mostrador de una pastelería colmada de tesoros. Toda historia tiene su momento, su contexto y su escenario, pero a veces sucede que hay que cambiar… hasta la tinta enmudece entre trago y trago de alcohol.

Sólo las estrellas son jurado de lo que acontece en el mundo de los segundos, pues la vida de un humano no son más que horas para un planeta, algunas historias se convierten en días con el paso del tiempo pero el agua dura tanto como un año o dos… pasa y sigue pasando sin que nadie se percate, nos inunda, nos refresca incluso nos empapa a todos por igual.

Tú fuiste estrella caída sostenida por las manos de un chicuelo sonriente. Remonta el vuelo como lo haría cualquier ave herida que al final cierra sus heridas para volver al cielo. Yo vuelvo al infierno, pero esta vez ya no voy a sufrir… sólo me quedan noches para bailar bajo la luna, sin bestias ni demonios. Me retiro para ser ese otro niño que se comía el cielo a bocados pequeñitos soñando despierto con alcanzar a las estrellas sin saber siquiera el significado que implicaba aquello.


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