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miércoles, 16 de febrero de 2011

En medio de la nada.


No hay dulce ni amargo cuando la acidez entra en escena… no hay victoria, ni derrota cuando pierdes aquello que hacia especial ese momento. La lastima del tiempo es que sólo él sabe dar marcha atrás… el resto comemos a cucharadas nuestros errores.

Todo iba bien, hasta que dejó de funcionar espontáneamente. Nadie quería eso y mucho menos lo pretendía, pero la presión siempre ha sido demasiado para el bambú y todo termina por rajarse antes de estallar.

Lo bonito de ello es ver como se comba como quien abre un paraguas… lo peligroso es que cada esquirla corta como un bisturí mal intencionado. Esta vez… las pérdidas superan a las ganancias dejándome colgado del tedio, abandonado a mi suerte, sin oportunidad de resarcirme a alguna forma… engullo glotonamente chocolate y escupo sangre… el espino me raja por dentro como una serpiente macabra que le gusta rozarse con las paredes.

Cuando el día acabe, posiblemente ya no quede nada que salvar de mí y solo quede la opción de tirarme a la taza del retrete y esperar que el agua pueda conmigo en terrible espiral absorbente. Ya no me importa desaparecer en silencio, sin prisas ni pausas. Incumplí la única norma que me alejaba del pasado de mis bestias. No dañar a ningún inocente con el ácido de mi saliva.

Siento tanto ser yo mismo, que a veces cambiaria todo por ser una piedra, al menos los dos somos igual de fríos, pero ella no puede hacer ningún daño si nadie la lanza antes. Permanecer en silencio hasta que el viento me erosione, haciéndome desaparecer en soledad.

No merezco piedad, ni lastima, ni pena… he muerto tantas veces que los sentimientos no arraigan en terreno podrido, la descomposición hace que todo sea tan peligroso como bailar flamenco sobre una fina capa de hielo en mitad del estrecho de Bering. Por eso los rusos cambian el vodka por el baile y yo, me mantengo alejado de las chispas desafortunadas que me prenden fuego.

Debería avisar con carteles que anunciasen mis múltiples desequilibrios, pero que más da… la próxima vez, me prenderé fuego a mi mismo, para que al menos el mundo este a salvo de el único Nerón que sigue queriendo quemar el mundo. No es por tocar el arpa después… sencillamente es porque el fuego es lo único que me salvará de ser yo mismo.

El brownie sigue siendo igual de dulce que siempre, sólo que entre los remordimientos de las lágrimas derramadas, todo tiene un sabor parecido a la turba mojada y ahumada. No hay salvación para las minas, sólo victimas desafortunadas en su camino.

3 comentarios:

  1. Pues querido Nerón, avisame para tener preparado el extintor, ese fuego puede ser colosal ;-P. Y aún sigo queriendo probar el brownie :).
    Besos allende el canal de la mancha.

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  2. jo tio, yo como ruso sinceramente deberia amar el alcohol pero en cambio lo detesto asiq no sabria q responderte a eso, lo demás... las rimas le dan un toque genial... carbonizarse a sí mismo, purificación mediante el fuego? me da que algo no funciona, carbono eres y carbono serás! pero en ese estado me da que serías incapaz de realizar cosas semejantes a esta asique ya sabes. Lo de la musa bueno, me da que te vas a tener que inclinar hasta el sol, con los pies en plutón porque tengo bastante más solo que no conmigo que es lo que me duele. Quién podría no resistirse a una cosa como esa¿? sentimiento en estado puro ;) las palabras son un simple medio de relatarlo por eso creo que las sopas de palabras serán solo comida y entretenimiento, esto, esto será poesía... A San Valentín que le den por el culín por que será incapaz de tocarnos un pelín, me temo que la flecha me la clavó muy en el fondo hace ya largos meses. Espero que tengas la misma suerte y quizá algun dia comprendas el sentimiento, que es al fin lo que busco dejar ahí, ahora subiré prosa, un relato corto miralo a ver si te gusta, menos amoroso bastante menos...

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  3. ah y perdona mi ego, es incontrolable cuando lo dejo suelto ;)

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