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viernes, 11 de septiembre de 2009

Cala Compte

Las cosas suceden solas… aspiro una calada mas mientras que la música sigue su curso… el bolsillo ha acabado por vaciarse y en cambio mi garganta no ha parado de ingerir cada vez mas cantidad de alcohol.

Un poco mas… y otro hasta que mis pies han dejado de tocar el suelo… ahora floto, pero no es como volar… sino sencillamente es como ir montado en una nube tratando de todas las maneras de no caerme al vacío. Las notas se chocan contra mi cuerpo y ya no recuerdo cuando deje de bailar por última vez.

Las camareras sonríen al verme llegar despistado como siempre y ya tienen preparada mi bebida favorita antes de que mi cabeza se organice para pedir una nueva bebida. El dinero cambia de manos y hace un par de rondas que ellas directamente me invitan con la condición de que me cuide un poco más.

Sonrío y agarro el cristal con tanta fuerza como aun le quede a mis dedos… el vidrio cruje bajo la presión pero la garra cede en su empeño y todo queda en una sensación extraña subyugada a la palma de mi mano.

La luna brilla a la mitad y en esta noche todo puede ocurrir si se le presta la suficiente atención. La chica de la esquina baila como si su cuerpo se desmembrase a cada movimiento, pero siempre acaba por encontrar todas sus piezas derramadas por el suelo de la discoteca…

El compás guía la manada de pies que intentan seguir el ritmo a pesar de que algunos siempre intenten ir a otro diferente… se encuentran perdidos en medio de una colmena con un centenar de zánganos bailando acordes hasta que salga el sol.

Ella sonríe y me trae otra copa… yo miro a todos lados esperando que algo termine por sorprenderme. Me la da junto con un beso en mejilla de recibo y desaparece entre mis sueños… intento averiguar donde ha ido, pero entre el denso humo de mi cabeza todas las quimeras desaparecen sin dejar huella.

Me doy la vuelta y me sumerjo en un mar de cuerpos cimbreándose hasta perder la conciencia… se siente el olor a salitre y allí nadie parara hasta que no le saquen con los pies por delante.

El hombre duende me mira con su nariz aguileña me hace una amable reverencia antes de llevarme al circulo de los japoneses… beben vino y cerveza… y todo eso lo mezclan a golpe de un xilum que tiene tonos a una hierba aromática que en su país consumen.

El humo empieza a hacer su efecto somnoliento… me transporta a una llanura verde rodeado de cañaverales que se pierden en el cielo azul… el viento mece el pasto y dibuja en letras chinas el futuro de mi historia…

Alguien corre hacia mi… mejor dicho algo… un animal de color canela que camina sobre el verde sin crear perturbación alguna… se lanza sobre mi hasta incrustarme en un lecho esponjoso...

Abro los ojos cuando la canción cambia de ritmo… los japoneses me miran atentos en el interior de su circulo de amistades… me he ido a otra parte y ya no saben quien esta peor si ellos o yo… miro hacia un lado y salgo huyendo con su llave de los mundo burbujas hacia el opuesto…

Me despido con una reverencia a buscar donde se ha metido ella… no pienso encontrarla… pero quiero tener algo de intimidad en mitad del océano. Cierro los ojos y pienso en su pelo…

El mar esta frío… y las olas van robándome la resaca… un susurro me llama desde el fondo… se que no voy a lograrlo, pero ayer cuando bailaba… no había mas futuro que un grano de arroz en un vaso de agua.

Ahora solo queda perderme a mi mismo…

2 comentarios:

  1. No te pierdas a ti mismo y sobretodo recuerda que en el primer vaso, el hombre bebe al licor, en el segundo el licor bebe al hombre y en el tercero el licor bebe al licor. Un gran abrazo.

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