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lunes, 21 de septiembre de 2009

Go

Últimos momentos… las palpitaciones son terribles mientras me aferro a algún paquete desperdigado por mis bolsillos… Rebusco hasta que consigo tantas cosas mono necesito tanteando a la gallinita ciega hasta que la combinación hace florecer una sonrisa en la desesperación.

Quedan horas sencillamente para lo que se había vuelto normalidad incluso rutina desaparezca debajo de una masa de agua uniforme que sepulte todo lo que era yo dentro de la isla. La isla me llama pero yo llevo ya un tiempo comunicando.

Me ido apagando mis funciones hasta reducirlas al mínimo aceptable y ni siquiera la simbiosis con la tierra funciona ya. El problema se ha ido resolviendo poco a poco y ahora que no hay nada que solucionar mi presencia es tan innecesaria como un salvavidas en una piscina de plástico.

Demasiadas normas y reglas que saltarse a la torera con un par de cervezas bailando en mi estomago. Un trago mas y todo se ilumina junto a la pista de despegue. Me aferro a mi asiento como un pulpo que le cuesta desprenderse del fondo marino.

Todo va a ir mejor a partir de ahora, pero no deja de aferrarse inútilmente a lo que había sido su existencia últimamente, me abrocho el cinturón mientras otros intentan levantarse de sus asientos y dejar el avión. Las azafatas cierran las puertas rápidamente para evitar que los remordimientos hagan que medio pasaje se arrepienta de su salida.

Doy al play para que todo continúe de esa molesta e indigesta situación de gente que no tiene claras las prioridades. Unos intentan huir… otros se quedan, no solo por que no tengan nada que perder sino porque no tienen algo que ganar con todo eso.

Todo sube y el peso baja para no perderse en un mar de sensaciones… El equipaje esta lleno de recuerdos e imagines que no perder en el olvido… algunos dicen que no lograría salir de aquí… aunque realmente ellos son los que no consiguen hacerlo porque piensan que sus circunstancias aun les ligan a seguir en la brecha.

Mi reloj ha terminado por volverse a 0. Y cuando eso ocurre ya nada importa porque todo ha concluido… lo que me mantenía condenado en la casa de las hojas ha terminado por ceder y ya no mantiene ninguna cadena que me vincule a continuar.

A pesar de todo no me olvido de despedirme uno a uno a todas las personas que han intervenido en la historia de cualquier personaje principal que estuviese en la obra. Los aplausos siguen sonando en el eco del pasado… es un clamor apaciguado y relajante que va escapando.

Todos quieren que me quede en sus vidas… a seguir iluminándolas con sonrisas y historias sumergidas en la sinrazón de la locura. Le pido disculpas para que sus voces cesen de resonar… Exigen que pague mis deudas…

Les devuelvo el polvo que había quedado agarrado al fondo de mis bolsillos. Reparto los granos a partes iguales. No hay diferencias entre los personajes que se agolpan a los meses de mi estancia. Todos tienen el mismo valor, sólo cambian los rostros y las maneras de expresarse conmigo cuando el silencio llegaba a mis días.

Ahora todo vuelve a empezar con la facilidad del que construye un mundo con trozos de barro… solo necesitas una buena mesa vacía y una imaginación desbordante con la que dar a algo vida de la nada.

Despega el avión y mis historias se quedan enredadas en la pista… se despiden esperando a que algún día regrese… Sonrío porque las bocas del pasado no son capaces de recordar lo suficiente cuando llega el futuro y se pierden en el silencio del que espera sin certeza.

1 comentario:

  1. Ahora sólo necesitas una hoja en blanco sobre la que empezar a plasmar una nueva historia. Y ésa, como siempre, será sólo tuya. Adelante, deja que tu imaginación vuele, porque sólo lo harán aquellos que crean tener alas...

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