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sábado, 5 de febrero de 2011

Tiburones en la arena.


Salta al agua y se ahoga, se hunde en las profundidades de su pasado, el agua pasa de cristalina a turbia en lo que se tarda en dar unos buenos días agradables, pero no le preocupa en absoluto. Tiene que rescatar a su fantasma de las oscuras aguas donde le abandonó hace años. Le duelen los pulmones conforme continúa el descenso, la locura se le introduce por los poros y con ella ensoñaciones que se vuelven pesadillas.

El cuerpo le duele a horrores aunque mantiene la confianza, él sigue ahí abajo y se mantiene vivo, porque cuando le dejó allí, sus pulmones sólo contenían oxigeno, entonces si era un pez, uno de esos que se pasaban el día corriendo por dentro del agua sin que nada pudiese preocuparle. Sin tiburones en las piscinas, todo eran sonrisas mirases donde mirases, pero ahora… que los peligros han vuelto, tiene que rescatar a Cousteau y pedirle algo de ayuda.

Su pecho cruje y sisea como un tronco a punto de partirse en cientos de ascuas humeantes. El crudo lodo que atora sus venas ha vuelto granate la sangre y embarra todos los músculos que suplican anhelantes una bocanada mas de oxigeno. El humo se ríe a carcajada dentro de los pulmones y pasa a su siguiente diversión… explota uno a uno los alvéolos con una aguja. Para el son sólo burbujas en papel de embalar. A cada regalo se pierde la vida de un niño y cuando termine con todos ellos el niño no volverá a pintar ninguna sonrisa encima de sus labios.

El pasado es un asesino paciente que se enrosca como un pulpo en sus aguas de tinta hasta asfixiar a su victima… su fin esta cerca y ni siquiera ha podido rescatarse a si mismo… el aire se le escapa entre los labios que de tanto apretarse han acabado por volverse violeta como su silencio… el descanso viene por fin a su encuentro, lentamente… hasta que algo rompe su sueño… una bala dorada le golpea en la frente y al abrir los ojos le encuentra a el sonriendo.

Némesis ha vuelto a salvarle pero no le queda mucho tiempo para hacerse preguntas… recuerda a sus peces nadando con sus aletas… todos sus pequeños queridos muertos vienen en su ayuda y le transportan hacia el fondo sosteniéndole sobre sus lomos, el aire que le da la vida se va agotando pero por un segundo se siente completo. Sigue el brillo que su pequeño amigo va desprendiendo de sus escamas… ilumina el suelo y encuentra a Jack durmiendo relajado, sus burbujas son tan perfectas que no se diferencian unas de otras… es un hilo infinito que le mantiene vivo. Besa su boca y abre los ojos… J le mira sorprendido, pensaba que ya no estaría vivo.

Sonríe y le dice que sabía que volvería, aunque también se sincera comentándole, que había perdido la esperanza… A J sigue sin importarle que su amigo comenzase a tragar humo. Bueno… ¿es la hora, no?. ¿Si no para que has venido?

Jack le coge de una mano y arrastra su cuerpo hasta la superficie… nada tan deprisa como un delfín que cruza la oscuridad como un rayo blanco… todo se vuelve más claro cuando la primera bocanada de aire entra fresca de nuevo. Los dos sonríen aliviados, pero uno disfruta del sol mientras que el otro vomita y esputa kilos y kilos de humo y hollín polvorientos.

Parece un gato escupiendo bolas de pelo, pero mucho más divertido porque cada vez que le da un aspaviento, traga agua de mar y todo comienza de nuevo… En un rato el agua que le rodea esta tan negra como el techo del infierno… Jack le saca de allí.

La sal le cicatrizará por dentro, únicamente necesita tiempo, saca su cuchillo y realiza cortes en sus manos, la sangre comienza a fluir viscosa mezclándose con el océano. Y aunque eso atraerá a los depredadores, le importa un pimiento, le necesita entero. Drena su cuerpo por fuera y por dentro. Ha vuelto a por él, se merece al menos un intento.

2 comentarios:

  1. J no debe preocuparse, en ese viaje a las profundidades Costeau acudirá en su ayuda, porque se lo ha ganado, a pulso. Y Jack y J se harán uno, siendo a la vez dos, discordes pero compatibles. Me ha encantado, un beso y suerte en el viaje.

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  2. Jajaja J, Jack y Cousteau son la misma persona... el otro es el nada-dor :D

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