Leares namicos

Puede que todo estuviese mal... que nada fuese lo que pareciese, pero le daba miedo preguntar si aquellas cosas que veía existían de verdad. No conocía a nadie y no cualquiera reunía la suficiente confianza como para poder cuestionar la realidad.

Pasaba los días con dudas y las noches en vela planeando como hacerlo, como dejar de ser como era y de una vez volver a la realidad. Ser consciente de los problemas para poder solucionarlos. Aquel tipo dorado no decía nada, puede que estuviese en otra parte, pero no dejo que se marchara.

¿Adonde crees que vas?, ¿Acaso no vas a hacerme la pregunta?

- ¿Que pregunta?

La que llevas atravesada tanto tiempo...

- No tengo ni idea de que me estas hablando.

No diré 42...

- Ah! tu también has visto la película eh!, lo mejor es lo del dedo gordo...

No te evadas del asunto.

- ¿Que asunto?

No se, esperaba que me lo dijeras tu... llevas un rato ahí parado mirándome. No suelo decir mucho, pero es que tenia curiosidad.

- No deberías excitarte tanto, ya moriste una vez... dos no creo que sea muy bueno. La verdad es que no tengo demasiadas preguntas. Pero es que sinceramente ni te conozco, así que no tampoco debías esperar que fuese a decirte demasiado.

Ya lo sabía, pero a veces espero poder equivocarme... por cierto...

- Si, va a llover...

¿Como demonios lo has sabido?

- Lo he notado en el aire... hay un fresco olor a húmedo y las nubes se están acumulando para romper a llorar... Puede ser que tenga preguntas... si es la realidad el lugar donde vivo ó directamente estoy en otro mundo como tu.

- De todas formas de ti no me puedo fiar...

¿Por que dices eso?

- Porque eres una estatua en una pagoda en mitad de un parque enorme y esta a punto de llover. Podría ser mi consciencia buscando techo donde res guardarme, pero no me importa, a mi otro yo, le gusta caminar bajo la lluvia.

- ¿Para que necesito escuchar tu respuesta a mi pregunta, si ni siquiera se quien va a escucharte?. Normalmente todo va bien, pero como no duermo demasiado, puede que entre tanto humo haya perdido la cordura.

Mantener eso es importante.

- No creo que sea para tanto, últimamente esta muy desprestigiada, por desgracia llevas fuera de linea mucho tiempo. Tu parece que predigas con el ejemplo, te lo explicaré... Necesitaba equilibrar la balanza con las cosas de las que me desprendía, supongo que roce los limites pero entre tanta basura tuve que quemar algo bueno, aunque sin demasiado uso.

También perdiste mucho mas...

- Lo se, recuerdo todo aquello, pero no voy a preguntarte que cosas fueron, no quiero ponerme a enumerarlas porque se avecina una buena tormenta.

Tienes razón.

- Entonces baja y vámonos de aquí. Ese policía empieza a cansarme demasiado, no me fío un madero sin pistola.