No sabe leer el futuro, ni siquiera suele acertar los resultados en las apuestas. A veces atina con los pensamientos de las personas, pero su clarividencia no va más allá de ese talento. Pero algo le sucede, huele el aire sabe que habrá cambios.
Las cosas malas viene en paquetes de tres unidades, el portátil ha muerto, su actividad laboral pende de un fino hilo y algún mal anda agazapado al acecho. Algunos se quedarían encerrados en sus casa, pero a él no le importa en absoluto, sabe que tiene que encontrar la tercera desgracia para por fin descubrir una alegría entre tanta tristeza.
Lo siente en todas sus células, el viento esta girando y cuando sople a su favor… correrá como nunca lo ha hecho para así salir volando hasta su siguiente destino. Esta preparado, ha esperado años a que todo estuviese listo y por fin la calma puede irse a freír espárragos. Vuelve la adrenalina y la velocidad.
Dominar de nuevo su tiempo como si hubiese perdido las cadenas de su esclavitud hacia el fuego. Es hora de que despierte de su letargo y haga algo con las riendas de su vida, algo que le haga sentir mejor, vivo.
Después todo volverá a recolocarse como las cartas en una mesa de casino… Todos los ciclos vuelven a empezar es inevitable, pero esta vez, no quiere dejar las cosas a medias, o todo o nada… se acabo las medias tintas y el equilibrismo. Toca coger al toro por los cuernos y dejarse de tonterías.
La prueba esta a punto de comenzar y la sangre comienza a hervir en las venas. Queman todo las impurezas que se han acumulado en estos años de hibernación. El invierno será duro… mas que otras veces, pero esta vez, al menos hay una meta al final de la carrera. Hay que hacerlo… No le queda otra. La moneda ya ha sido lanzada y gira en el aire sin prisa alguna por dar la salida.
Arde el fuego dentro de su pecho quemando la ceniza de tanto humo acumulada. Los músculos se contraen y se estiran dando las últimas comprobaciones de funcionamiento. Regresa el caballo y no hay cuadra que pueda pararlo ni contenerlo. La bestia despierta y quiere conquistar el mundo. Tan solo es un combate más hasta la guerra final.
Piensa por una vez estar preparado para cualquier cosa, tiene un trozo de queso y pocas intenciones de que le pillen desprevenido, sabe más que los ratones porque en todos estos años esperando ha conseguido encontrar el camino a la victoria.
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