Seguidores

miércoles, 9 de junio de 2010

Silencio...


Guardar silencio era su juego favorito... Tenía el talento de quedarse mudo todo el tiempo que quisiese ser como un árbol sin voz.

Su padre se olvidaba de hablar cuando quería causar daño psicológico, con el tiempo no obstante recibió de su propia medicina en su propio domicilio. En cambio él lo practicaba de forma natural desde su infancia y logrado perfeccionar en todos esos momentos ausentes de dialogo, al principio todo dolía más, luego entendió que hay silencios que deben de existir para no hacer mas heridas de las realizadas hasta llegar a ese punto.

Después voluntariamente encontró el modo de desenchufar a las personas de la realidad, lo hacia al igual que un técnico quita clavijas del panel de control del sonido. Seleccionaba las entradas y salidas que tenía que usar y arrancaba el resto con gran pericia.

Se disimulaba entre la vegetación de la naturaleza durante semanas enteras, sin que ni los animales se percatasen de su presencia, de alguna extraña manera todo lo que había aprendido le han transformado en una piedra andante.

Para cualquiera dejar de hablar es algo imposible, puedes hacerlo un rato... pero no eternamente. La diferencia radicaba en que él respetaba aquellos lapsus sobre ninguna cosa que le pudiera suceder. El silencio era una hermandad demasiado especial para romper sus reglas, por ello las acataba con férrea voluntad. La recompensa valía la pena superando al esfuerzo... Sólo entonces podía escuchar las respuestas a las preguntas sin respuesta dentro de su cabeza.

- Ves este día?... No me hables mas!.

En semblante de Rómulo se dibuja una sonrisa. Coge un rotulador y tacha ese día con una cruz. Ejecuta un breve salmo de despedida dentro de su cabeza y el personaje desaparece en un charco de tinta sin forma porque nadie le ha dado vida. El silencio viene a continuación como una niebla que devora los restos devolviéndolos al olvido.

Su petición ha sido concedida... porque en el fondo era un buen deseo, porque no dárselo y con ello la libertad. Sigue siendo un cabrón sin sentimientos ni por su propio hermano, exclusivamente mantiene un vinculo humano gracias a una condena impuesta a base de veneno que no consigue solucionar.

Pero cuando sus manos siembran silencio en terreno abonado... él que lo merece recoge su fruto. Los deseos pueden hacerse realidad, aunque lo irónico de todo es que una vez lanzas la piedra ya no hay marcha atrás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...