Va de huevos.

Cada uno de vosotros será otro hijo más de mi extensa familia.

A la mañana siguiente ya no quedará nada porque en las burbujas de mi pecera viven los monstruos que de pequeño no me dejaban soñar tranquilo. Ahora de mayor muerden, insultan y golpean, pero me dejan dormir porque mientras mantenga los ojos cerrados ellos podrían caminar descalzos por la tierra.

Pocos descendientes llegan a ver la luz del próximo día. Ya que cuando la oscuridad conquista hasta el ultimo rincón de la casa, todas mis bestias se encargan de que mi soledad siga acompañándome durante el tiempo que tarda la luna en ocultarse al alba.