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miércoles, 25 de julio de 2012

El error, siempre acaba por llegar.

Si fuese la lotería, no me importaría que me tocara más a menudo, pero para algo tan extraño como implica la palabra error… resulta que aparece demasiado. Y es que nada se salva y hasta las maquinas más sencillas pueden imprimir con los símbolos básicos que forman un 8 digital, saben escribir un fallo de alguna manera.

La verdad es que la historia se remonta demasiado si giras la cabeza y enumeras las ocasiones en las que el desacierto ha llegado a tu vida en cualquier momento y ciudad… muchas veces viene acompañado de un pitidito estridente, pero todo depende del aparato.

Todo empieza con unos padres continuamente corrigiendo todos tus yerros… que para ellos son equivocaciones y para ti, simple estadística avanzada de prueba y error, luego llegan enseguida las faltas de los profesores con sus castigos y en cuanto consigues tu primera calculadora científica, esa palabra viene a inscribirse en tu vocabulario habitual… después con los ordenadores estaba casi cantado.

No es en absoluto porque no entienda de informática, si no por la experiencia en formateos y de que nada finito consigue llegar al final de sus días en perfecto estado sin causar antes un problema, o varios… o en fin como la normalidad muchos. Si encima practicas lenguaje de programación… aprendes que hay errores normales y bucles… y que te pueden decir de muchas maneras tonto, que si no encuentras el fallo… va a seguir estando mal.

Ahora, tengo una vitro que anda bien cuando quiere y a su modo cuando se calienta y ¿por que no?. Ahora también tengo un jefe que se equivoca y en mi usual afición de dar sin recibir nada a cambio, se le ha ocurrido la genial idea de darle una vuelta más a la tuerca y pedirme algo extra. Y si fuese tiempo puede que se lo diese… Pero nunca me han gustado las tareas de llevarse uno a su casa, por eso escogí la cocina, porque cuando sales de ella, no tienes que volver a pensar en el trabajo… por lo mismo siempre he esquivado todos los liderazgos, que conllevasen un papeleo más administrativo que un simple control de inventario.

Pero como decía mi padre, ante la vicio de pedir esta la virtud de no dar… y si soy el mejor haciendo la comida de la familia, es por el amor y los años que he tardado en perfeccionar mis propias recetas económicas. Ese arte no se puede pedir, porque se tarda mucho tiempo en perfeccionar y lo siento mucho, pero no tengo mucho tiempo como para explicar cuanto amor, tiempo y esfuerzo pongo en esos platos que siempre me felicitan, porque sencillamente es mi secreto.

No puedo poner en tu absurdo manual, que necesito música que tenga guitarras eléctricas para funcionar… que aunque uso lo recortes de los vegetales destinados al servicio, así como del pescado y la carne. Si le pones el suficiente amor y cuidado, consigues un plato exquisito a bajo coste. Que los ingredientes que añado a modo de condimentación dependen de mi estado de animo y que básicamente cocino lo que a mi me apetece cada día, tal y como si lo hiciera en mi casa.

Así que pídeme, que te cambie una bombilla, que te monte una estantería o que lave la cocina entera… por supuesto no te olvides de exigirme que me ponga tu uniforme ni que llegue y me vaya a mi hora… o que simplemente cure a los heridos, firme a los proveedores, coloque el inventario o le de un manguerazo de vez en cuando a la terraza de atrás del local. De que todo este a su hora e higiénicamente correcto, que intente no cortarme los dedos, ni quemarme en demasía. Ni tampoco de sonreír aunque mis listas lleven 15 min de retraso en mi propio planning y tenga que salir de apoyo a la barra principal con cosas cocinándose en la otra cocina. O de sacar la basura o abrir el local.

Pero olvídate de mis recetas porque si bien en mi contrato aparezco sin estudios habiendo cursado demasiadas cosas durante mucho tiempo. La experiencia se lleva con los años y mis secretos valen mucho más dinero del que me puedas dar y lo peor es que no se venden. Puedes descubrirlos y anotarlos… puedes intentar reproducirlo y por supuesto lograr un desaguisado imperfecto. Porque el orden de las matemáticas no se explica si no lo has practicado y no es que sea único, pero he bailado con los mejores funambulistas de sacar tiempo de donde no lo hay corriendo más rápido que el viento, pero he colocado cada cosa sobre los principios del álgebra y sus matrices y las normas del cálculo.

Mis recetas se han convertido en formulas para un exloco de las matemáticas que dejo la ingeniería porque no sería capaz de pasar ocho horas sentado con corbata en su respectiva silla delante de un ordenador. La composición de mis comidas se basa en la pura química mezclada con un corrupto índice de durezas donde el diamante fue sustituido por la zanahoria y el nabo… y el yeso por sal maldon o un simple ajo en el caso del sofrito. Por supuesto no puedo explicar porque un poco de canela mejora el estofado o el pedro ximenez resucita la vida de un pisto o cualquier plato que lleve asociado la acidez del tomate. Porque mis platos con vino salen tan ricos viene de que soy manchego criando en su tierra hasta que se fue de casa por propio pie.

Tampoco necesitas la explicación de porque el kirsch y la lima realzan el sabor del coulisse de frutos rojos… o porque hago cosas que yo sólo hago. Pero aunque te escribiese el maldito manual, las cifras son lo importante, las recetas de los clientes a no ser mías van medidas y yo las elaboro respecto a pesos ejecutándolas al milímetro… en cambio las mías las conozco a ojo y mi muñeca sabe echar las cantidades… el olfato me dice que le falta de esto y aquello y la lengua hasta que no sonríe necesita algo más. Puedo escribirte lo que quieras sobre lo que opino de tu encargo… pero sólo serán palabras, puesto que lo que se yo, vive en mi cerebro y en ningún lado firme yo que cediera mis datos. Presto mi cuerpo el tiempo que sea justo y necesario, pero para cocinar lo que yo como a diario debes practicar durante 15 años al menos, si no… ya puedes ir empezando.

Mi recomendación es que menos pedir y dar más… que si no la balanza se inclina demasiado de mi lado y todos mis amigos saben, que yo soy de los que saltan del barco cuando quiere, no soy una rata, pero sigo pensando que el trabajo en el infierno, sigue estando mal remunerado.

8 comentarios:

  1. Así que cocinero y encima has mentido con lo de la barba jajaja es broma.

    Me alegra que seas de los que no cederán nunca sus recetas privadas por mucha pasta que te ofrezca. Aunque hagas tu trabajo y el de otros, y valgas igual para un roto que para un descosido.

    Irreemplazables e irrepetibles los errores que nuestros padres no entendieron, a fuerza de intentar formatearnos.
    Volamos del nido como Agustín, porque a pesar de la tiranía, aún somos más o menos libres.

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    Respuestas
    1. Jajaja, que va... esa foto es de cuando empece los estudios de restauración... hace ya 6 años. Una con barba... o al menos una mezcla esta en...

      http://kramen-kramen.blogspot.com.es/2011/01/buenos-dias.html

      Jajaja... cuando empiezo a trabajar ya no me afeito...

      Y como el gusto por comer es propio de cada uno, nunca cederé mis recetas propias, sin antes embrutecerlas jajaja.

      Respecto a Agustín... me envio una postal el otro dia... anda volando de un lado para otro, pero dice que igual un dia se pasa ajaja

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    2. Dile a Agustín que después se pase por aquí... que desde que no vivo con mamá en el campo recibo pocas visitas de los pájaros.

      Oye si tan bien se te da, pasa alguna receta, aunque te guardes tu truco secreto, a mí también se me da bien, pero en eso seguro que me ganas.

      La barba mola.

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    3. The beard rules!!!

      Y nada... yo se lo dejaré escrito a Agustín, aunque como esta que no para... pues ya se pasará cuando le venga en gana para variar.

      Respecto a las recetas, estas en una posada y aunque sea de las palabras, tu dime que platos te inquietan o te gustan y yo te pasaré alguna que puedas elaborar.

      Incluso si vale la pena, instauraré un nuevo apartado de cocina jajaja

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    4. Oh sí! Se podría titular: Cocinando con Kramen o... El posadero-cocinero-sabrosón XDDD

      No, en serio apoyo esa idea.
      A mí me gusta casi todo no suelo ser quejica. Me encanta el queso, la carne, el pescado (salmón en todos sus procesos), casi todas las verduras, la pasta ummm Las tostadas con tomate jajaja eso lo que más. Y aunque soy más de saldado que de dulce, me encanta la crema. Aunque aún no le he pillado el truco para tostarla jeje.

      Sobretodo me gusta mezclar, normalmente acierto con mis mezclas raras, otras no mucho. Y aunque cocinar me relaja a veces la he liado de tal forma que mi cocina parecía un tsunami.
      A ver si das alguna idea buena que practique en vacaciones.

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    5. Jjajaj Me quedo con Cocinando con Kramen... la empezaré cualquier dia de estos...

      Respecto a tus dudas...

      Sobre el tomate del pantumac... es bueno que lo partas a la mitad, despepites y lo ralles con un rallador hasta que quede solo la piel, despues el producto obtenido lo cuelas para quitarle el agua y le añades sal, pimienta y aceite y listo un comboy para tostadas.

      Respecto a la crema... el truco esta en moverlo con varilla como si fuera una bechamel, si lo quieres tostar más, tienes dos formas, lo mantienes mas tiempo en fuego controlando la dureza que tome, o... sustituyes un huevo entero, por dos yemas, por lo que tomará un color más amarillo y al tener menos parte liquida tostará mejor.

      La cocina siempre será mezclar, puede que a veces encuentres algo único otras no tanto. Y siempre relaja, con buena musica, porque sencillamente es de las pocas cosas que engloban todos los sentidos en una sola función.

      Supongo que empezaré por una leccion basica de amasado de pan, pero se admiten peticiones.

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    6. Vale, pero piensa lo del cocinero sabrosón que tiene más miga.

      A lo de dorar la crema me refiero, a hacerla tostada. Pero que se quede crujiente encima de lo blando sin que parezca algo chamuscado.
      Las tostadas sí que las controlo, las hago a la sartén con un chorro de aceite o mantequilla, según apetezcan y las chafo con un plato, como hacía mi abuela. Las llamaba "tostadas a la francesa" pero porque quería ella, que era muy de poner títulos al tum tum.

      Hay alguna que otra cosa más que englobe todos los sentidos, pero la cocina se adapta bien.

      Y como petición, pues algo sencillo, ensaladas ahora para el verano, que lleven muchas cosas y mezclen dulce con salado jeje

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    7. Sobre lo de cocinero sabrosón, ni soy cubano ni vacilón... asi que no...

      Lo de dorar la crema es facil, lo que quieres sólo se logra con un soplete, cuesta en torno a 30€ en cualquier ferreteria y lo puedes usar en un postre mejor, la crema catalana jajaja.

      Si, hay muchas más cosas que utilizan todos los sentidos, pero pocas se hacen en solitario jajaja.

      A tu petición, puedes probar meterle manzana verde en dado y nueces, pero lo bueno es la vinagreta: limón, aceite y miel... tambien puedes ponerle mostaza antigua... pero esta ultima pega más con ensaladas de remolacha, col y lombarda...

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