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viernes, 5 de agosto de 2011

Galletitas de la fortuna.

Adoro la forma que tienes de calmarme como una calida manta en un invierno frío o puede que sea la manera de mantenerme relajado bajando el fuego de mis venas hasta dejarme justo por debajo de la temperatura de ebullición.

Por supuesto me encantan tus largas piernas a las que aferrarme como un koala a ver películas en el sofá… la suavidad de tu piel y como con el paso del tiempo acabé por acostumbrarme a la compañía. No puedo olvidarme tampoco de la silueta de tu boca color a rosa y con más pecado que la manzana maldita, pues la morderías con todo el cariño y ternura que aquel que da un simple bocado lleno de delito.

También la furtiva forma que tienes de escurrirte de la cama sin despertarme para desayunar en el salón y antes de irte a trabajar notar tu boca besando cada una de mis pesadillas… yo nunca me entero dentro del profundo pozo de la inconsciencia, pero cada mañana siembras con esperanzas mi vida de alegría.

O al menos de algún deseo productivo que no este basado en algún vicio escondido en el sombrero de ningún mago. Ya que con la edad y tras conocer a Mery Poppins cualquier chistera puede contener un mundo inagotable en su interior… o puede que en el fondo no dejemos de ser una canica mas en la bolsa de juegos de algún ser superior.

Todo depende de cuan lejos mires el sistema o puede que sea mejor quedarse tan cerca que un susurro siembre de gallinas tu piel hasta erizarte el pelo y entonces gastar horas en volver a bajarlo a base de lentas caricias.

Quizás ahora que ya no fumo, parece que ando sumergido en un mar de penas y desdichas… pero ahora soy capaz de bucear como un pez y si, sonrío por dentro y por fuera. Aunque tardaré tiempo en salir de las tinieblas que dejaron años de humo y niebla.

No importa, vuelvo a correr y a pesar de que ya no vuele… sigo pudiéndolo hacer si cierro los ojos y recuerdo como se hacía. Tiempo al tiempo rezaba aquel proverbio, y de todas maneras llegará el día en que vuelvan a brotar las sonrisas por si solas. Cuando te haces mayor te olvidas pero sigue estando ahí escondido en la cabeza.

En cambio de niño eran tan espontáneas como la felicidad y la alegría, y aunque este camino a ninguna parte sentado sobre una interrogación de veinte metros. El punto esta en haber llegado hasta aquí arriba.

Bajar ya será otro problema que solucionar algún día de mañana. Siempre hay una salida para cada ecuación… solamente hay que buscarla. También se puede saltar, pero aun estoy esperando a que suba la marea y se lleve todo lo que no necesite, puede que tenga que aguardar bastante. Pero alguien me enseño a que el estoicismo no es sólo cosa de héroes.

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