Seguidores

lunes, 3 de mayo de 2010

Incompatibilidades del sistema.


Se ha convertido en una odisea el poder hablar contigo. Si antes ya era difícil hacerlo por tu horario de gata… ahora que te has convertido en adulta, es imposible. Y no es uno de esos de que si lo intentas igual lo consigues como era costumbre cuando éramos mas jóvenes… No, este es de los complicados porque se basa en sumar dos vidas y en ellas no hay ni rastro de ningún conjunto común, salvo algún día al azar en el cual el último pensamiento por supuesto, es quedarse en casa encerrado.

Por fin has conocido al amigo trabajo y su rigidez de entrada/salida… el resto es todo tuyo, pero ahora tienes que condensar todo lo que hacías a lo largo del día en esas horas que te quedan a modo de migajas de pan. Es como jugar al tetris con prisas de no malgastar ninguna vida y hacerlo bien a la primera. Pero Madrid es de las típicas ciudades que va comiéndose el tiempo a bocados. Al principio imperceptibles, pero cuando te quieres dar cuenta hay mucho demora de moverse de un punto a otro.

Así que la resignación ha venido a hacer acampada en el felpudo de casa. Se pasa las horas muertas allí tirada y cuando pasas por encima… Zas se pega como un jodido chicle hasta que vuelves a casa al final de todo. Por lo que el remedio ha sido acostumbrarme a tu ausencia prolongada. He terminado por comprar un bote de vaselina para que todo resbale si cabe todavía más. Al final dejaré de considerarme “humano” y acabare siendo ese bicho por el que tantas veces han referido a mi persona.

Por suerte aun no me han dicho Quita y lo demás que continua…!. Respiro aliviado mientras siga siendo tan inquieto. Pero echo de menos cruzarme contigo y dejarte un beso colgado de una oreja. Sigues teniendo después de tanto tiempo, esa magia tan especial que me hace sonreír y que parece no agotarse como las cosas buenas. Aunque te tenga alergia, también eres la síntesis destilada de la causa de mi existencia y como aliciente el equilibrio a tu presencia. Motivo por el cual sigo manteniendo vicios como el de respirar y lavarme las manos. Si!. Conservo muchos más… pero ahora mismo no voy a enumerarlos.

Prefiero seguir esperando como hasta hora. Tanto tiempo haciéndolo que en parte es la rutina del suicida de palo. Ese tipo que tacha los días con una cruz… y se promete que mañana morirá… Es divertido verle tan convencido por la noche y al llegar la mañana haberse olvidado por completo de sus prioridades. Cumple una extraña monotonía autodestructiva sin cuenta atrás. Disfruta de la vida porque antes de fallecer, todo parece mejor.

Lleva tanto tiempo posponiendo su futuro que vive aparcado en doble fila. Acude a todos los eventos porque mañana no podrá… gasta las suelas de los zapatos hasta que los dedos aparecen por abajo. Sencillamente nunca tiene tiempo para ir a comprar algo que a la presupone que a siguiente vez tirará a la basura… Tiene una vida cómoda y estructurada que caduca cada día bajo la punta gorda de un rotulador negro.
Marca los días vividos y aguarda a que el próximo alguien le salve. Yo creo que me pasa igual, incluso puede ser que calce sus zapatillas de andar por casa. El por el día y yo por la noche. De esta manera se evita que se enfríen demasiado y queden inútiles guardando polvo debajo de la cama.

Fumo y espero… te veo desaparecer poco a poco y desespero porque sin causa ni tarea pendiente, la vida sigue siendo una partida de ruleta rusa con el revólver de un estúpido que sólo quita una bala del tambor y que cede amablemente su puesto al de la derecha con una sonrisa complaciente. Ya que con esa cara… cualquiera no muestra cortesía. Creo que por esa simple causa no tiene muchos conocidos que sigan vivos. Un asesino sin cabeza y un suicida que aun la conserva. Es como un dúo cómico con buena banda sonora.

Estaré aquí colgado por si acaso te da por volver a mi vida de puntillas y sin hacer ruido, no te preocupes, no cobrare los besos que debes de intereses. Porque un idiota simplemente se consuela con tu presencia.

Pero nada dura eternamente y ya no me quedan dosis de tu veneno surcando el torrente sanguíneo. Ni rastro de las cicatrices de tus arañazos en la espalda ni recuerdo del sabor de tu último beso. Como todo el tiempo transcurre como el agua del mar que come y vomita trozos de arena en un baile constante que marea.

Algún día regresaras y yo me habré cansado… No digo arrepentido, ni mucho menos hastiado o siquiera vencido y derrotado… Ninguna de esas acepciones significan la realidad, que es todo está sumido dentro de un equilibrio dinámico entre el dar y recibir. Si uno no da… alguien se encarga de mostrarte la realidad. Y me niego a ser el final de tu carrera de fracasos estrepitosos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...