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miércoles, 13 de mayo de 2009

Dissaor


La noche caía a plomo sobre nuestras cabezas dispersadas… un viejo loco se había escondido debajo de un camión temiendo que el cielo cayese sobre nosotros… mientras tanto otro grupo de jóvenes bailaba alrededor de la hoguera con sus ácidos brillando en sus paladares… gritaban que la luna les quería comer, pero aun así seguían bailando sin mas temor que el aparente.

Sonrisas entre los cómplices que mirábamos y uno que iba caminando sin ir puesto de nada les dijo que la luna se había acercado desde que estaban allí… salieron corriendo como si el diablo les persiguiese. Un guiño y unos cuantos le rodeamos para enseñarle que en ese mundo no se debía engañar a la gente de una manera tan vil.

Se fue corriendo con la cara partida amenazándonos con el dedo que acababa de recuperar de su culo. Algunos rodaban sobre si mismos riéndose a carcajadas entre mofas y otros tanto habían desaparecido barajados con las riadas de gente sin mas mascara que una sonrisa formidable de anuncio de dentífrico.

Le di un par de caladas que sabiéndome a gloria me transportaron a otro sitio donde nadie pudiera reconocerme. El maldito capullo había cobrado y era hora de ir a salvar a otros mas estropeados. Como un pastor cariñoso fui agrupando de nuevo a los esquivos moradores de la química… y con pastillas de colores agrupe a los más reacios a volver a su redil de sabores chisporroteantes.

Sus ojos se volvieron como agujeros negros antes de que me despidiese de esos seres amables que iban de la mano. Los deje a cargo del anciano del camión prometiéndole que esos enanos le protegerían en su cueva. Cuando me fui el tocado ya estaba chupándose un dedo amargo como su vida que le devolvería la alegría perdida y a continuación bebió de la locura de unos jóvenes que no querían otra cosa que no fuese bailar.

El adulto se volvió un niño y los niños simplemente siguieron siendo lo que eran cuando todo aquello se cruzo en sus vidas. Tache a los que sufrían por la luna y al anciano abandonado de la lista y fui a buscar al que el amarillo había transformado el sudor en agua fría.

Vi un cuerpo de mármol antes que su palidez me dijese en silencio que era quien estaba buscando. Estaba tan solo como un bebe en la barriga de su madre. Todos pensaban que allí estaría protegido, pero las cosas no se hacen solas.

Me metí en su tienda y estime su estado por los gemidos de delirio. Comencé a incorporarle lentamente cuando se despertó. Me miro extrañado entre la niebla de su mirada y se movió exaltado… con mi voz le susurre que todo pasaría y la calma le fue devuelta. Le di de beber zumo de naranja dopado con miel. Su sed me lo agradeció con una sonrisa de aprobación. Aquel muchacho hubiese seguido a un cojo hacia la guerra si se lo hubiese pedido. Por lo que premie su bondad con una gran onza de dulce chocolate que fue chupando lentamente como oso apunto de hibernar.

Le deje justo cuando se engancho al tren de los sueños… el ultimo vagón se le escapaba cuando saco fuerzas y se encaramo de un salto. Sus mejillas estaban sonrojadas cuando la marca tacho su nombre y su historia se difumino en el pasado. Se despidió con su mano al aire camino de algún sitio mejor donde poderse recuperar.

Una chica apremiaba por una dosis de insulina al otro lado del campamento… me fundí con las sombras y antes de poder pensarlo ya estaba allí… el bajón del azúcar había sido tan brusco caída sobre su tienda de campaña me esperaba. Su peso pluma la mantenía sentada y apoyada totalmente en la tienda. Aun era consciente de todo pero necesitaba ayuda.

Mientras la cuenta atrás terminaba, mis manos iban preparando su dosis cogida directamente de su bolso sin preguntar ni siquiera mi nombre. Me miro… lo abrió y allí apareció la respuesta. Cuando el tiempo concluyó las cifras dijeron adelante y mi mano bajando su pantalón hizo lo siguiente. En ese preciso instante tuve que desaparecer… ella continuo mientras que yoooo…

Caía del cielo.

Directamente sobre el pecho de un jockey comatoso por su caballo dorado. La adrenalina entro como un flash en sus venas y el impacto de su reacción me arrojó contra un árbol cercano. Su boca dibujo un círculo mientras el sol amanecía con sus primeros rayos tiñendo el cielo de anaranjado.

Robe su adictiva montura y sus enseres… su rabia se vio agarrarse al borde de sus pupilas y enseñarme los dientes… Saque la guadaña y di un par de golpecitos en mi mano izquierda… la rabia se calmo y termino desalojando la claraboya… Levante levemente la barbilla y el miedo le lleno sus pantalones de pavor. De un tajo cercene al mono en dos y con una palmada me apoye en su hombro maltrecho.

No olvido una cara… y no quiero volver a verte en esta situación… sonó a venganza.

Un trago de reseca saliva dejo clara su confirmación cayendo por su garganta. Cerré el cuaderno. Y lo guarde en la mochila junto a la guadaña. Sonreí al hombre y le pedí que se cuidara.

Repartí unos cuantos Bloody Merys por las casas de los que se habían portado bien… y otros tantos de gazpacho anti-resaca.

Las hadas sonrieron al cruzarse conmigo camino a su labor de curar las heridas abiertas en la noche. El sol me llevaba a mi siguiente destino nocturno en dirección contraria. Pero ellas me encontrarían a la mañana siguiente. Helios era el faro que me orientaba en mi trabajo… No era uno muy bien pagado, pero de siempre me gusto ayudar a los que estuviesen más destrozados y acabados.

Básicamente lo único que tenia que hacer era escucharles mientras que sus historias me contaban lo sucedido. Sin darse cuenta salían del pozo sin fin donde estaban cayendo, por la misma razón de que las moscas vayan a la luz. Porque en la oscuridad… cualquier destello puede significar que no estas solo.

2 comentarios:

  1. Mi niñito rebelde, andas haciendo de las tuyas por lo que veo ;)
    Sublime, como siempre.
    Un beso.

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  2. Creo que nunca lo he hecho, pero dentro de un rato me dormiré intentando invocar a las hadas que indican el camino hacia la luz.

    El puzzle me está volviendo loca...

    Casi había olvidado lo bien que te acogen en la posada de palabras.

    Un beso

    ResponderEliminar

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