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sábado, 9 de mayo de 2009

Reallity Show


La voz de ella se concentraba en el fondo de su pecho para después salir como un huracán que lo arrasaba todo con la violencia de sus palabras. Calma y después los muebles volando por toda la casa y las puertas dando portazos marcaban el compás de sus chillidos estertóreos.

La tormenta se formaba después ocupando el espacio que quedaba a su paso con nubes negras como el carbón y esponjosas… eso pensaba mientras el tornado se abalanzaba sobre mi. Un salto hacia tras me mantuvo a una zarpa de distancia. Respire aliviado mientras seguía pensando en dar un pellizco a la nube hasta hacerla llorar la lluvia que lo limpiase todo.

Otro zarpazo me devolvió a la espantosa realidad. Fue entonces cuando mis pupilas se clavaron en el ojo del tornado que se volvía a dirigir contra mi figura.

Esta vez ni cintas sin artificios… agarre sus brazos en alto antes de que pudiera cometer cualquier estupidez y estos se frenaron en el momento que fueron interceptados… Los pulgares en contacto con los índices fundieron metamorfoseándose en unas presillas indestructibles ante los latigazos de la dama. Y un rugido que había aguantado escondido en las entrañas golpeo de lleno el cuerpo aun furioso.

Los aires que formaban su estela de destrucción cesaron y el cimbreo de sus brazos estuvo culebreando con una intensidad pasmosa hasta que sus fuerzas cayeron al vacío y se desmoronó como una marioneta dirigida por un gigante titiritero. La tormenta llegó y sus lágrimas empaparon sus mejillas en una riada torrencial.

El silencio había regresado y la calma se había transformado en una especie de paz relajante y liberadora. Los grilletes se abrieron y sus brazos cayeron inertes golpeando el parquet como dos martillos sordos a destiempo.

La estructura principal tardó mas en desmoronarse y fue como la caída de una columna romana, por fases a destiempo. Lo ultimo que golpeo el suelo de madera fue con su cabeza. Desplomada como una campana de oro. Un choque seco y sonoro… después ecos mientras las gotas salpicaban el suelo.

La melena de medusa reposaba tranquila dispersada por el duelo y su cuerpo hacia rato que había dejado de temblar compulsivamente. Los sollozos se convirtieron pronto en un silencio sepulcral y sus ojos perdidos ya no miraban a ninguna parte que estuviese en aquella habitación.

Mi voz sonó a trueno en el silencio absoluto partiéndolo en dos antes de iluminarla a ella. Uno mas rayo… la acaricio dándole algo de ánimos a levantase.

Las cuerdas tiraron de ella y la elevaron hasta dejarla sentada con su espalda apoyada a la pared. Sus lágrimas goteaban en solemnidad pero el caudal descendió hasta ser como un hilo de lana plateada constante. Sus ojos tardaron en encontrarse mi rostro amable como siempre.

Me enfocaron y después se alegraron cuando le tire una sonrisa. Una media mueca paso rauda por su semblante. Luego algo de dignidad se instauro en el mismo lugar por donde había pasado.
Sabias que ocurriría tarde o temprano… Era inevitable porque estaba escrito… También sabes que no me gusta verte llorar, es algo que me supera… Tenía que irme porque llevaba mucho tiempo parado en el mismo lugar. Sin dar un paso adelante sin preguntar. Estaba cansado de estar siempre colgado de la luna con una cadena invisible. Los barrotes de casa me han producido cáncer de hígado.

Y la limpieza y orden… hacen que pase de puntillas en el lugar que llamo hogar… eres muy buena chica, pero a veces necesito estar solo y tirarme de cabeza a un pozo para salir de él por mis propios medios.

A ti te gusta que te ayuden, yo en cambio pido lo contrario. Son dos cunas distintas que marcaron el estilo de nuestros pasos. A mi me dieron la libertad y yo la deje aquí aparcada. Era un aparcamiento cojonudo con sus paredes y su iluminación. Pero creo que es hora de que vuelva a la carretera.

La gasolina ha bajado y mi cuerpo quiere poner distancia entre la realidad y yo. Nunca te he pedido nada y te lo he dado todo. Pero cuando coloco los parámetros entre lo aceptable y no en la balanza. Siempre salgo perdiendo.

Necesito que comprendas que hay un mundo llamándome a gritos ahí fuera y tu estas en el tuyo apaciblemente. Lo tienes todo e incluso has conseguido las metas que te marcaste de niña… Sonríe porque en la vida has sacado matricula de honor… pero a mi me queda mi propio examen y es hora de que vaya a prepararlo.

Me voy con mi humo a otra parte, pero tranquila volveré a verte de vez en cuando… no es un adiós definitivo solo que ahora andamos en circunstancias distintas… y de todos es sabido que andar en dos direcciones opuestas termina por alejar todo del punto de inicio.

Quizás nos volvamos a cruzar en el mismo punto… tan sólo puede que quizás.

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