Si sigues haciendo lo que siempre has hecho, seguirás siendo
lo que siempre has sido. Nada cambia a no ser que tú hagas que cambie… a veces
tardas más y otras menos en darte cuenta. Quizás son demasiados años para
arreglar de golpe, puede que incluso sea tarde, pero no hay principio sin
final.
Hay ocasiones que percibes una señal de alarma, algo que te
dice que si sigues perderás todo lo que habías ganado con mayor o menor
esfuerzo. Las cosas fáciles se cree que son sencillas de perder, las desechas
porque no tienen ningún valor o ya carece de el. Pero a veces son las más difíciles
de eliminar porque sucedieron por si solas sin que nadie intercediera y están más
o menos relacionadas con tu persona.
Ayer fue un día trece con sus aciertos y sus percances, otro
día cualquiera o uno que sin avisar lo cambia todo poniéndolo patas arriba. En
fin esos días que ya no recuerdas, cuando sales a buscar un trozo del mundo, tú
pedazo que bien sea grande o pequeño, valioso o nimio como un pensamiento sin
plasmar. Pero al fin de cuentas algo que te pertenece a ti en exclusiva.
La suerte sigue brillando escondida en algún montón de la
historia, justo ahí donde la perdí y puede que la vuelva a encontrar o es
posible que nunca jamás vuelva a tenerla, pero cuando se ve lo que esconde el
final del túnel, es simple adivinar las respuestas. No se que deparará el
futuro… es algo que no puedo anticipar pero a veces hay que involucrarse en
algo y dejar de luchar contracorriente, observar las debilidades concienciarse
en superarlas y seguir hacia delante con la cabeza lo más firme que puedan dar
las circunstancias.
Deje deliberadamente la puerta de mi cabeza abierta y huyeron
todos mis demonios sembrando el caos por donde fueran, les siguieron las
bestias que arrasaron el mundo a su paso sin piedad ni compasión y al final de
todo escapo lo que poco que quedaba sin civilizar. De alguna forma se había
desatado el infierno en la tierra, pero en verdad una ciudad como Madrid amansa
hasta las fieras y cada una habrá sin esfuerzo encontrado su lugar de paz y
sosiego.
Las letras que sin dueño andaban revueltas retornaron
ocupando aquellos lugares donde sólo la sombra aventuraba a posarse. Con los
adjetivos y bellas palabras se fueron
zurciendo todas aquellas grietas que amenazaban con demoler hasta los cimientos
si soplaba tormenta. Sin rugidos ni llantos se escuchaba la silenciosa noche de
nuevo y las chispas resurgían al igual que luciérnagas centelleantes bajando el
cielo a la tierra. Ningún mensaje puede decir la pena que deja alguien al
marchar o lo que causa las cosas sin hacer.
La luna sigue llena de mil historias sin terminar ni
concluir, pero a pesar de todo nadie se olvida de soñar en volar hacia las
estrellas. La eterna amante llora mareas y se ilumina al ver al sol… cada noche
palidece en los ojos de quien la observa con el deseo puro, tanto como el de un
niño mirando el mostrador de una pastelería colmada de tesoros. Toda historia
tiene su momento, su contexto y su escenario, pero a veces sucede que hay que
cambiar… hasta la tinta enmudece entre trago y trago de alcohol.
Sólo las estrellas son jurado de lo que acontece en el mundo
de los segundos, pues la vida de un humano no son más que horas para un
planeta, algunas historias se convierten en días con el paso del tiempo pero el
agua dura tanto como un año o dos… pasa y sigue pasando sin que nadie se
percate, nos inunda, nos refresca incluso nos empapa a todos por igual.
Tú fuiste estrella caída sostenida por las manos de un
chicuelo sonriente. Remonta el vuelo como lo haría cualquier ave herida que al
final cierra sus heridas para volver al cielo. Yo vuelvo al infierno, pero esta
vez ya no voy a sufrir… sólo me quedan noches para bailar bajo la luna, sin
bestias ni demonios. Me retiro para ser ese otro niño que se comía el cielo a
bocados pequeñitos soñando despierto con alcanzar a las estrellas sin saber siquiera el significado que implicaba aquello.
quisiera ser un pez...
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