Búscale el sentido a cada cosa que realices sin cesar en tu empeño hasta que tras muchos años de práctica continuada la vida se vuelva tan sencilla y placida como untar mantequilla en una rebanada de pan tostado, aunque no haya nadie en verdad que sea capaz de anticiparse a las sorpresas e infortunios.
Disfruta por adelantado de las cosas simples y tan sutiles como lo pueda ser el sembrar semillas removiendo la tierra húmeda con las manos para que cuando dejes de hacerlas en el fondo las eches en falta, no por el deber de devolverle algo al mundo y cumplir el primer principio de la alquimia… sino por tener tiempo para ese acontecimiento.
Saborea cada bocado que puedas llevarte a la boca y por supuesto no olvides de intentar deleitarte con los múltiples y agradables aromas que cada día pueda brindarte, sin que por supuesto todos aquellos olores discordantes puedan estropearte lo bueno conseguido. A veces hay que aguantar la respiración otras contener el aliento, pero siempre llega un trozo de recuerdo al cruzar alguna esquina. Ese es un buen entretenimiento… aunque verídico es que echo de menos el olor del campo y de la tierra mojada, a veces incluso el sonido del viento, del mar… su lamento y su voz grave contra los otros elementos, pero sigo sin necesitar la humedad, aunque si a veces el silencio.
Desconéctate del mundo al menos una vez al día, pueden ser unos minutos o algo superior, pero hazlo porque en algún momento tienes que poner el contador a cero y olvidarte de todo lo que no pueda estar en una habitación vacía… escápate de lo innecesario y lo superfluo… apaga todo lo que pueda llevar un avanzado zumbido eléctrico y busca de donde viene la nada más pura… que se afloje el ritmo del corazón junto al pensamiento y la respiración se vuelva tan efímera como el paso del tiempo y entonces acuérdate de los que deben de ser recordados e igual que un coleccionista de sellos, cuida esa memoria rememorando sus buenos momentos.
Búscale sentido hasta que encuentres aquello que te haga sentir vivo y en paz con el mundo… esperando a que los demás días salgan en positivo y si al menos el balance global es favorable, felicita a tus padres porque en el fondo has sabido darte una buena educación porque cada cosa te enseña algo, sólo el individuo lo cataloga como bueno ó malo… El resentimiento es un lastre cualquiera, como pueda serlo el odio, la envidia o incluso la hipocresía, contra menos peso tengamos… puede que más alto volemos. A los pájaros no les va tan mal en el cielo tanto solos como en bandadas, cierto es que sus nidos son mucho más baratos pero aun no llevo tan claro lo de comer bichos. Volar siempre he querido, aun sigo intentándolo en sueños.
Disfruta por adelantado de las cosas simples y tan sutiles como lo pueda ser el sembrar semillas removiendo la tierra húmeda con las manos para que cuando dejes de hacerlas en el fondo las eches en falta, no por el deber de devolverle algo al mundo y cumplir el primer principio de la alquimia… sino por tener tiempo para ese acontecimiento.
Saborea cada bocado que puedas llevarte a la boca y por supuesto no olvides de intentar deleitarte con los múltiples y agradables aromas que cada día pueda brindarte, sin que por supuesto todos aquellos olores discordantes puedan estropearte lo bueno conseguido. A veces hay que aguantar la respiración otras contener el aliento, pero siempre llega un trozo de recuerdo al cruzar alguna esquina. Ese es un buen entretenimiento… aunque verídico es que echo de menos el olor del campo y de la tierra mojada, a veces incluso el sonido del viento, del mar… su lamento y su voz grave contra los otros elementos, pero sigo sin necesitar la humedad, aunque si a veces el silencio.
Desconéctate del mundo al menos una vez al día, pueden ser unos minutos o algo superior, pero hazlo porque en algún momento tienes que poner el contador a cero y olvidarte de todo lo que no pueda estar en una habitación vacía… escápate de lo innecesario y lo superfluo… apaga todo lo que pueda llevar un avanzado zumbido eléctrico y busca de donde viene la nada más pura… que se afloje el ritmo del corazón junto al pensamiento y la respiración se vuelva tan efímera como el paso del tiempo y entonces acuérdate de los que deben de ser recordados e igual que un coleccionista de sellos, cuida esa memoria rememorando sus buenos momentos.
Búscale sentido hasta que encuentres aquello que te haga sentir vivo y en paz con el mundo… esperando a que los demás días salgan en positivo y si al menos el balance global es favorable, felicita a tus padres porque en el fondo has sabido darte una buena educación porque cada cosa te enseña algo, sólo el individuo lo cataloga como bueno ó malo… El resentimiento es un lastre cualquiera, como pueda serlo el odio, la envidia o incluso la hipocresía, contra menos peso tengamos… puede que más alto volemos. A los pájaros no les va tan mal en el cielo tanto solos como en bandadas, cierto es que sus nidos son mucho más baratos pero aun no llevo tan claro lo de comer bichos. Volar siempre he querido, aun sigo intentándolo en sueños.
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