Dispara, gira y continúa haciéndolo hasta que se acaben las
cosas que lanzar
después no te rindas, sigue luchando incluso cuando no quede
sangre en las venas
ni aliento que derramar, pelea contra la mismísima muerte en
duelo.
Para llegar al infierno… ó cualquier destino escogido.
La guerra empieza el martes y termina el domingo por la
madrugada
mientras tanto cada día te encuentras entre el barro y la
escalera a la gloria
no llores, ni sufras… tampoco te compadezcas ni busques la
razón absoluta
la mayoría de tus problemas se irán como vinieron… los que
no
siempre tienen solución, sólo hay que encontrarla entre la
maraña posible.
Nunca desfallezcas y sonríe cual inmortal que baila en mitad
de la batalla
esquiva, miente y mata para que el beso de la muerte sea el último
que recibas
y si acaso la ves enfrente tuya, huye hasta que puedas
entregarle a otro en sustitución
porque tu boca tiene dueña y la poseerá mientras tu mundo
siga siendo este planeta.
Demonio de la sonrisa naciste y en la adolescencia mutaste a
un grado mayor
cola, garras y colmillos son herencia de tu paso por el
infierno junto a tus hijos
con cuerpo de metal, carne de tu sangre y alma nacida del
mismo fuego que te riega.
No hay historia sin final, ni leyenda sin principio,
mientras haya estrellas en el firmamento oscuro de la noche
las calles permanecerán dormidas entre el otoño frío y el
invierno helado
esperando a que todo cambie mientras la tierra da vueltas
hasta vomitar el presente
viciado por las mil y una noches de insomnio que te soltaron
desnudo en mundo vacío
y sin más futuro que repetir cada día la misma condena que desempeñas
desde siempre.
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