Seguidores

domingo, 21 de junio de 2009

La fuente mágica.


Yolanda era una chica como otra cualquiera… sonreía sin parar mientras consumía libros enteros en sus paseos por Barcelona… No era de allí de nacimiento, sino de algún pueblo pequeño escondido de la zona de la rioja… llevaba su tierra como vino tinto por sus venas… pero había olvidado como volver a otra casa que no fuera en la que ahora vivía.

Cambio un destino por otro en un cruce de cartas en una partida de póquer. Ganó una vida y perdido sus recuerdos… no todos pero si la mayoría, pero no había una noche en la semana que ella no recordase sus paseos por los bosques una vez caído el otoño con el sonido de las hojas crepitando secas en un manto de rojos, amarillos y marrones que hacían de sus escapadas al campo la delicia de los soñadores o puede que algún cuento de su abuela.

Y ella no había dejado de soñar, únicamente lo había aparcado… solo que ahora le gustaba el mar más que la montaña y una vez piso el mediterráneo en las costas catalanas. No pudo volver a sacarse la sal de las entrañas. Y es que esa ciudad que la había acogido con los brazos abiertos se había transformado poco a poco en su propio hogar.

Le gustaba mezclase con las gentes por las ramblas, pero ese no era su destino de hoy… sino que era otro distinto en esa mañana. Había pasado toda la noche recordando una historia que su abuela le contó una noche de invierno. Y no era otra que la del príncipe Rana.

A Yolanda le encantaba que su abuela Marisa le contase cuentos antes de irse a la cama… porque sencillamente era una labor a la que estaba destinada pues desde que fue madre por primera vez, se dedicó a recopilar tomos de cuentos para que cada noche sus hijos tuvieran una historia distinta antes de irse a la cama.

Y con la sabiduría que le daban sus 75 años y sus cinco hijos a las espaldas… siempre que la abuela dormía en casa prometía a sus nietos gratas experiencias. Pero a dia de hoy recordaba el cuento como si no hubieran pasado 20 años desde aquel instante…

Una vida entera que le permitía aun oír la voz arrugada de su abuela sosegando un colchón de sueños para que la pequeña chiquilla durmiese con los angelitos. Pues la cosa es que esa historia se le había aparecido en sueños en una de esas húmedas noches en las que las sabanas se pegan a la piel como una calcamonía… vueltas y más vueltas y Marisa narrando la historia del apuesto príncipe.

En fin que al despertarse después de haberse vuelvo a quedar dormida le asaltaba profundamente una duda existencial. ¿El amor verdadero era acaso una rana?

La historia a grandes rasgos, puesto que a ella no se de daba tan bien contar cuentos como su abuela… trataba de una princesa que harta de buscar el amor verdadero y no encontrarlo por ninguna parte se volvió loca… basaba su vida en la recopilación de datos de que era el amor y que debía experimentar al encontrar a la media naranja… y también le asaltaban las dudas de sobre cuanto duraría… o como seria de puro.

Consulto una bruja y jugando con su destino… le pidió a cambio de la posibilidad que nunca fuese feliz si no lograba comprender a su amado… que confinara a su príncipe deseado y perfecto en una forma que ella pudiera descubrir sin lugar a dudas.

La bruja que por hacer la vida peor a alguien no titubeo ni un segundo y consultando a los hilos del destino transformo al que el tiempo depararía a la princesa como su marido. Y lo convirtió en una rana especial… una peculiar y de exclusiva existencia… tenia la piel muy verde y la lengua violeta… sus ojos eran azules y en la cabeza le puso un par de cuernos colorados. En fin… le dio el dibujo de cómo sería y donde encontrarla.

Y la mujer paso un año buscándola hasta que la encontró… pero una vez hallada… no supo que hacer con ella… porque le daba mucho reparo hacer nada a su amado que pudiera perjudicarle, ya que según la bruja no contaría con ninguna herramienta que no fuera descubrirlo por ella misma y nunca se digno a dale el mismísimo beso que le sacaría de la condena por ella impuesta por el repelús que le daba.

La princesa murió infeliz y sola, mientras que el principie termino siendo feliz por tener una charca verdaderamente magnifica llena de alimento donde nada pudiera molestarle o hacer mal alguno y murió de viejo cuando mueren las ranas sin descubrir nunca si era un príncipe o una simple rana.

La moraleja según su abuela era que una vez encontrado al amor verdadero… solamente hay que dejarse llevar… porque sino acabas perdida sin saber que hacer con el corazón lleno de dudas.

Así que Yolanda esa mañana se puso sus zapatillas cómodas de andar y se fue a pasear por Barcelona, en su deambular pensaba en todos los príncipes rana que habían pasado por su vida… y como todos la habían decepcionado estrepitosamente, pues una rana no lo es tanto si destiñe bajo el agua de una ducha, aun así tenia dudas de que aquel sueño pudiera llevarle a alguna parte…

Por lo que visitó la plaza de España y bajo por la av. Maria cristina hasta llegar a la fuente magia de Montjuïc. Una fuente en la que se hacen juegos de luces y agua… realmente un espectáculo delicioso de noche, pero una simple fuente circular de agua de día. Pero esta vez… el sitio tenia un aura especial… escuchaba un ruido proveniente de la charca… un ligero croar… y hacia el fue caminando despacio… pero cuando llego no encontró nada.

Salvo una dulce sensación de haber seguido sus instintos hasta aquel lugar… se sentó allí con los pies dentro de la fuente a escuchar sus pensamientos… cuando buscando por la superficie del agua encontró el reflejo de un chico de su edad al otro lado… El también la estaba mirando a ella y en el cruce de miradas soltaron chispas que hicieron sonrojarse ambas mejillas…

Todo parecía mentira y en verdad estaba ocurriendo… aquel chico tenia los ojos azules y en su camiseta violeta tenia una rana muy verde con cuernos de color rojo… se acerco corriendo a él y respiro el aroma a flores que le acompañaba… su sonrisa no se borro cuando el paso media naranja que acababa de pelar.

Pasaron el día besándose como dos adolescentes por todas las esquinas… con la manos cogidas sin soltarse como los niños que nunca habían dejado de correr alegres por el campo… después comieron todas las cosas que les encantaban para conocer a sus respectivos estómagos… coincidiendo en tantos platos que se acabaron peleándose por los mejor bocados de sus sabores preferidos entre risas y abrazos…

La música que llevaban sus pies eran las mismas melodías desde habitaciones diferentes… tenían que acercarse demasiado para que no se confundieran sus propios pasos, pero no les importaba nada, agarrados con sus brazos el aire solamente oxigenaba la mezcla dándoles mas intensidad… así que seguían bailando pegados el uno al otro cuando la noche caía detrás del sol.

Nunca dejo de besarle porque no quería que se transformara otra vez en un sapo pudiéndole perder en la amnesia de los recuerdos… y es que una fuente mágica solo lo es cuando los que la están viendo desean encontrar lo mismo por separado... Ella nunca volvió a tener dudas de los cuentos de su abuela no se pudiesen hacer realidad si así lo deseaba. Y comenzó a recuperarlos a trozos de gominota y pastel desde las historias de su infancia

Porque sabia que Marisa con su pelo blanco como la luna… tenía mas de meiga que de bruja… por lo que se paso la vida entera cumpliendo los sueños que su abuela le había destinado desde su mas tierna infancia junto al príncipe rana.

1 comentario:

  1. Fenomenal Kramen!!!
    Has dado paso a la luz más blanca en tu escritura, descubriendo estos textos tan llenos de esperanza e ilusión...Te confieso, querido amigo, que todos deseamos que los cuentos de nuestra infancia, con príncipes, princesas, ranas, castillos y brujas...se hagan realidad, y para eso, solo cabe seguir soñando y con textos como éste,hacer soñar a los demás.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...