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martes, 2 de marzo de 2010

San Gabriel.

Pasa una noche más conmigo. Una de esas en que las estrellas dejaban de gotear en el firmamento del cielo. ¿Recuerdas?... El tiempo paraba para darnos una oportunidad. Confía en mí de nuevo, agarra mi mano y salgamos a bailar hasta que las aceras se cansen de nuestros pasos desgastadas por tantos giros y el día comience de nuevo echándonos del mundo a los gatos.

Volvamos a la cama cuando ya no quede nadie dormido y podamos quedarnos con el calor de todas las habitaciones abandonadas por el camino. No tengas prisa porque el tiempo habrá vuelto a estar a nuestro lado. Le conozco hace tiempo, tú; quizas un poco más, pero a los dos nos trata por igual.

Pídele de nuevo permiso para que nos deje libertad suficiente para vivir diez años más con el recuerdo de un sueño fabricado en la realidad. Siento haberme perdido todo este tiempo deambulando por la ciudad sin encontrar tu rastro. El olor ya no es el mismo y he tardado una vida en comprender que lo que en verdad seguía era tus pasos.

Cuando me di cuenta, todo estaba señalado y cualquier sendero me remitía. Llevaba tiempo mandando mensajes a domicilio sin conocer siquiera la dirección pero algunos de ellos se que han llegado. Tú puedes hacerlo porque aunque nada esta escrito, también se sabe que algunas cosas son inevitables.

Demasiadas vueltas de campana que contar con caricias en mi cara, permiteme presenciar el tacto tangible de tu presencia y así será algo nuevo para un personaje conocido. Vuelve a contar las manchas de tinta que dibujaste en mi piel mientras gastábamos una tarde en la estación de mi regreso. Yo quería volver y puede que desde ese día nunca lo haya logrado quedando en el limbo entre aquella y esta realidad. Aparcado del suceder del tiempo dejando a mi cuerpo ser un autómata descontrolado.

Quiero pensar que es un sueño, pero duele tanto que comprendo que sigo siendo un insomne más nacido de la luna y el fuego del sol. No me daba miedo nada hasta que conocí tu existencia. Entonces en cada cruce el mundo me comías de un bocado por debajo de los pies para dejar a tus pies un trozo de mi esencia perdida.

No he pedido nunca nada que no fuese volver a sentir la sensación de dejar escapar el alma por los labios y aun sabiéndolo despedirme de ti sin guardarte ningún rencor. Una dulce perdida digna de la perdida de la cordura. Para algunos un gran precio… para mí una excelente inversión. Y es que la justicia es ciega a partes iguales pero sus policías pegan duro con la suya propia.

Se que el tiempo no puede regresar. Lo he intentado y hasta la fecha solo he conseguido que vaya hacia delante… salgo un par de ocasiones en que desconozco en que sentido iba. Puede que mi viaje se parase en ese instante, pero al final siempre he conseguido pagarme un billete nuevo de alguna forma.

Lo que mas echo de menos es aquello que nunca tuve y que no se si lograré tener porque la incertidumbre es un niño con un helado en mitad del verano. Tú puedes decir misa que lo que ocurrirá solo depende de una persona y en cualquiera de los casos no te pertenece esa elección.

Y es que contigo deje de apostar. Deje de ejecutar la laboriosa tarea de interpretar tus acciones a tiempo real porque siempre acababas quejándote que no te prestaba suficiente atención debido a que andaba como ausente.

Se que no soy nada sencillo de tratar. Ando siempre demasiado lejos allí donde a cualquiera le cuesta llegar. Se que es jodidamente extraño y te cuesta a rabiar, pero llevas tantos años haciéndolo que al final has terminado por acostumbrarte al ciclo de mis mareas. Tú puedes asegurarme que has cruzado océanos de tiempo para encontrarme y simplemente te digo que he estado esperándote y que para ello tuve que atravesar cada uno de los nueve infiernos a los que me condenarán.

Lo hago porque desde hace tiempo descubrí que tu eres el significado de la única ecuación que no tiene explicación, porque es como ver el resultado a algo que no se puede explicar. Simplemente se hacerlo y solo funciona cuando tu estas al otro lado. Sellas el instante de oro y es cuando el mundo se para.

Y nosotros continuamos. Ven sígueme, te llevare a tus deseos si me coges de la mano.

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