Seguidores

sábado, 11 de agosto de 2012

El primer circulo, la expiación.

Cuando entro en una cocina, se me olvidan las palabras y regresa el olfato del cerdo junto a sus orgasmos abusivos. Después cuando vuelvo a casa me queda el scrabble pero a pesar de todo, no me salen textos. Hay escasez de agua en el manantial en pleno verano, y aunque no fluye, sigo teniendo balas de ametralladora congeladas como para tumbar a un pequeño ejército.

Porciones de palabras en casa al caer el sol, iguales que las raciones de ingredientes que uso durante el día. Todo va etiquetado y medido buscando una balanza equilibrada de la que todos hablan, pero que yo nunca veo. Me paso el día entrando y saliendo en el infierno sin pasar por la casilla de salida ni cobrar lo que debería.

Aun así… cuando nadie me ve, fusilo a extraños desconocidos en un patio de recreo de color amarillo. La lluvia de palabras cae sin cesar y los niños gordos juegan con la cuchara convirtiendo las letras en la historia de su hambre. Pero luego vienen los otros, los que llevan chubasquero y botas de agua. Y sus partidas parecen creadas con semillas mágicas que germinan en varias direcciones. Sus balas son de escopeta. Un tiro… varias victimas y la verdad es que termino cansado de teclear esquivando perdigones mientras espero reunir la energía suficiente con la fricción para mandarle un rayo que parta su parabólica partida.

La felicidad es un concepto tan extraño como el polvo perfecto, nunca es suficiente y en cada casa es diferente. La verdad es que es difícil saber donde te encuentras en las cosas sin medida, pero mientras me queden sonrisas inquebrantables hasta un negro encadenado en las entrañas de un barco sabe de lo que le hablo. Su mirada puede estar vacía, pero dentro de su cabeza su historia sigue latiendo en el pasado o en ese momento en que nada le faltaba y todo le sobraba.

Pago mis pecados a base de las sonrisas que me brindan y los que no, los borro con ácido de cocina. Me encanta cuando la grasa se funde y chorrea como los cuadros de pintura derretida. Los míos son cada jornada igual, todos diferentes. Las mejores obras solo las conocemos yo y mi memoria fotográfica.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...