Saco el revolver y empiezo a cargar bala a bala. Hoy
despierto aquí pero dormiré en mi casa, en la de toda mi vida. Mañana será un
gran día pues todos los hermanos nos reuniremos alrededor de la hoguera, a
beber nuevos tiempos y quemar los recuerdos que nos sobren. Siempre falta alguien,
ahora más que nunca pero de alguna forma todo saldrá bien.
Esta claro que en el jardín de Dios lo que no faltará son
las mejores de sus bestias, algunas con piernas, otras con patas y las demás no
saben o no contestan. No importa en la parcela del sonido hay algo que no
sobra, ni personas ni historia. Así que la tropa empieza a emigrar poco a poco
rumbo al inicio de todo, a ese lugar donde hemos pasado media infancia viendo
como cambiaban los tiempos.
Los más inquietos ya estamos listos tachando desde nuestra
atalaya los segundos que falten hasta el inicio de una salvación tan irreal y efímera
como un sueño, pero igual de confortable. Nuestra era sólo cultiva buenos
recuerdos en ese lugar donde alguna vez hemos logrado despegar el cuerpo del
alma, sembrándola de nuestros propios cuerpos hasta fusionarnos lentamente con
ella. Los árboles nos reconocen y arriba el Dios del Infierno caldeara nuestra
piel hasta otorgarnos la piel del lagarto.
Vuelven a su campamento los soldados, cada uno con sus
cicatrices y heridas a recomponernos todos juntos, como una gran familia de
monos se cuidan entre ellos. Uno provee, otro cocina… unos miran, algunos
escuchan y el resto cuenta, o baila o simplemente alegra el encuentro. Hasta
los perros dicen algo a través de sus pupilas. Allí las salamandras opinan
subidas seguras a los techos, eliminando todo bicho que no tenga invitación.
Me visto en Madrid para bajar en Ciudad Real y olvidarme de
quien soy para ser quien era, porque al contrario no me dejarían pasar. Saco mi
sonrisa ajustándomela de nuevo, pantalones cortos y camiseta, son mis los únicos
complementos junto a mis zapatillas, escojo las más equilibradas entre tierra y
asfalto para no perder agarre. Y me olvido el parte del cerebro y casi todas
las obligaciones, también lo que no necesite para pasar un buen día y mejor
mañana. El lunes ya llegará vomitando con su aburrido despertador hasta
entonces prometo estar fuera de cobertura.
Pues parece un buen viaje... no hay nada como reencontrarse.
ResponderEliminarUn besote