Llama al maldito caballo
todavía no es tarde, hazlo
conságrate bajo su mando
vuelve a ser ese del pasado.
Quemando todo el asfalto
como Genghis Khan a su paso
replegando sobre si mismo
al rey del mundo, el tiempo.
Retoma el tortuoso camino
del incesante gran calvario
de correr y no estar cansado
ni harto, ni tampoco hastiado.
Gira mundo, giro a tu entorno
rodeándote igual que rescoldo
como tibia manta en otoño
escribiendo las hojas con polvo.
Se acabó el verano con su infierno
encendido, comienza la lluvia y el frío
que vengan los días duros y el invierno
un caballo no tiene miedo al hielo
sus pezuñas son de puro fuego
y su corazón palpita como
el del mismo demonio
mi casa es el averno
y yo su leal siervo
de él y del caballo
purasangres
eternos.
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