Sabe que tiene un problema, lo sabe porque al menos reconoce
tenerlo, aunque no le sirva de mucho porque no puede hacerle frente. Si fuese
el único que tuviera… podría. Pero tiene tantos que confrontarse uno a uno
contra ellos es según dice una tarea titánica a la vez que improbable.
El mayor de los que posee, es que tiene un hambre que nunca
se agota, siempre quiere más porque no tiene hartura ni forma de conseguirlo.
Todo el mundo dice come hasta que vayas a reventar y entonces al menos estarás
un buen rato sin llevarte nada a la boca, no por ganas… sino por imposibilidad.
El dice: ¿Puedo repetir?
Conozco cocineros que se han cortado las venas con su
cuchillo más afilado al verle asomar por los umbrales de sus casas. Es como el
niño de la basura… otros le prefieren llamar el agujero negro. Ya sea uno u
otro. Todo debe acabar en el mismo sitio de vez en cuando. Supongo que es una
de esas citas obligadas como los antiguos matrimonios de conveniencia. A nadie
le gusta pensar en ese final.
Por suerte ese vacío hay veces que sólo lo llena con comida,
otras ocasiones más acordes la moderación le hace alimentarse de varias cosas.
Comida y textos… de información… de novedades… o ponerse al día con sus
conocidos. Pero sigue dando miedo cuando deja de enseñar su sonrisa y se dirige
a su calvario personal, una cocina.
Cuando entra, es mejor huir sin demora ni echar la vista
atrás… si entra en el bucle del famélico muchos hemos llegado a apostar que
podría comerse un buey entero, que haría con una persona en el caso de la ausencia
de ganado. Primero sientes que se acerca, el sonido de sus pasos suenan como
los tambores graves que proferiría los pasos de un T-Rex. Después le ves asomar
la nariz por la puerta como haría cualquier depredador de la sabana. A
continuación si no has huido no queda nada. Viene uno, pero le podrías a llegar
a considerar como legión.
Es tan buen tío, que nadie se olvida de él en cada momento
del día. Aunque con el tiempo todo el mundo ha llegado a la conclusión gracias
a la experiencia que es mejor invitarlo a una fiesta que a una barbacoa. Bebe
igual que come… y lo mejor es que cuando lo hace en grandes cantidades pierde
de alguna manera extraña el hambre hasta horas después. En verdad a todo el
mundo le gusta apostar a su favor cuando se establecen retos de devoradores de
comida.
Es un gigante que contiene miles de limas en su estomago. No
se si de las que desgastan o de las que actúan como ácido. Sea cualquiera sal
de su paso cuando le veas salivar, piensa rápido y actúa aún más deprisa. He
visto lentejas saltar del plato e intentar iniciar una escapada a modo de motín
carcelario. También le he visto a él coger su cuchara favorita (la de gran
calado) e ir en post de sus tránsfugas diciendo.
En esta casa no se deja nada en el plato. Según parece no es
una frase… sino más bien tradición o devoción personal. Bueno en verdad no lo se.
Pero no querría ser tubería de sus desagües. Porque sino bien todo lo que
empieza tiene que acabar. Todo lo que entra, tarde o temprano tendría que salir
por el ano. A no… quizás sea él el precursor de la materia oscura y no Zwicky.
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