Sigue lloviendo hasta dentro de las habitaciones, el cielo
ha empezado a llorar hace una semana y sigue regando sus penas por donde quiera
que pase. A la tormenta no le da por irse a otro lado… Pero a mi sigue dándome
la calma aunque no se vaya. Los niños del infierno necesitan vapor de vez en
cuando para sentirse en casa aún fuera de ella.
El hollín sigue cubriendo mi piel como una coraza que me
convierte en un ángel negro, por la noche es un camuflaje fenomenal, en cambio
a la luz del día no dejo de ser un salteador de sombras que pasa desapercibido
al igual que lo hacen los agentes de paisano. Soy la sonrisa del gato del país
de las maravillas. Una boca blanca en medio de la oscuridad. El fuego sigue
rugiendo por dentro mientras la lluvia crepita en mi piel antes de gotear cual
manantial.
Si bebes de mí… recibes una dulce locura sin condena ni
lamento. Un bombón liquido que esconde su interior de miradas y paladares que
no están dispuestos a arriesgarse, el pasado es la letanía de los que no
olvidan. Babel era la mejor escuela de idiomas… y echo de menos las fiestas en
Sodoma y Gomorra. A pesar de todo… siguen habiendo fiestas igual todavía en la
tierra. Meto mis manos en los bolsillos y palpo su contenido hasta tocar el
perfil de las entradas donde hasta aparece mi nombre. Solamente resta un
suspiro prolongado y aparecerá la luz entre la paleta de grises que reina sobre
nuestras cabezas. Cuando llegue el momento quemaré hasta el asfalto que queda
bajo mis huellas.
Lo quemarás si deja de llover.
ResponderEliminarPor aquí sólo cae calor.
Todo acaba por llegar, dicen.
Un beso
Si... eso dicen, por mi parte seguro que lo quemo, no me importa la lluvia, asi es más facil quebrar el pavimento por la diferencia de temperaturas.
EliminarQue poco me gusta el gris y la tormenta sólo trae eso.
ResponderEliminarAcabarán las lluvias, si no... piraguas para todos jajaja
Eliminar