Seguidores

jueves, 31 de enero de 2013

Con la muerte en los talones.



Desde pequeño busco el poder absoluto mediante la venganza, parecía una tarea fácil, Comía odio y cagaba ira… su mirada se había vuelto tan vacía como mirar al espacio desde la luna. Su corazón ya era de metal y su voz se había escondido en lo profundo de su garganta, las pocas veces que hablaba, parecía que lo hacia desde una tumba escavada en las entrañas de la tierra.

Pero con el tiempo fue aprendiendo cosas. Una de ellas fue que conforme avanzaba por su camino, iba perdiendo otras cualidades que le convertían en persona. Cosas que no podía volver a recuperar y que en fondo no le importaban mientras se dirigía al preciado destino. Extravió el amor… por supuesto, ni siquiera miró atrás. Lo dejo desangrándose en una cuneta alejada de la mano de Dios. Se alimento de su piedad hasta que fue lo suficientemente inocente como para exterminar a los débiles.

Se decía que al alcanzar el poder, se lograba de alguna manera la paz. Pero entonces no sabía que sembrando muerte y destrucción. Las flores que nacían de todo aquello eran de sangre y como tal anunciaban la misma venganza que el proclamaba sumiéndose en un ciclo sin fin, donde la paz eran todos esos momentos donde no sonaba la guerra. Aun así siguió su destino de manera milimetrada. Hasta lograr su objetivo.

La cosa es que una vez arriba no hay nadie que se pueda bajar sin defender lo obtenido, así que sigo subiendo y bajando su espiral de violencia injustificada. Abandonando y retomando su reino contra todo aquel que se pusiera delante. La locura y la sed le poseyeron por completo y lentamente fue vertiendo tanta sangre y vidas por su andadura.

Que finalmente le nombraron la muerte de este siglo y al igual que la parca su nombre comenzaba con una m, como el miedo o la mentira. Pero ya no sentía nada porque su cuerpo mortal se había convertido en un espíritu y transformado en moneda ocupaba todo los bolsillos envidiosos y coléricos. Encendía y trastornaba a quien le portaba continuando el ciclo de los que condenan su destino por no cultivar lo más preciado del planeta. La simple vida en paz y como riego no sirve nada más que el amor de la justicia.

martes, 29 de enero de 2013

Surgen flores de las esquinas.



Hoy es un buen día, he descubierto que hay otra posada de las palabras que naturalmente empezó después de la mía y cuyo nombre de titulo a la vez es el del blog. Pertenece al departamento de literatura de algún lugar de españa y en verdad no deja de ser como esta casa, un lugar donde la palabra se expresa y enseña con sus historias a leer algo más de la cuenta.

En el fondo me alegro de la competencia y aunque más viejo pero no tan sabio, me falta por aprender a dar la bienvenida a esta nube a otro rayo de sol entre tanta tormenta. Sea pues tu posada otro establecimiento diferente al mío, con distintos dueños pero repleta de palabras. Y que no nos enseñe la lengua a escribir con tinta, lo que los dedos no puedan robar de las imágenes que cuentan en silencio y que nosotros narramos con la voz baja de un teclado iluminado.

Just do it.



Yo digo que todo niño se le da bien parecer un adulto cuando tiene que representar ese papel. Lo hacen lo mejor que pueden con sus manos pequeñas y sin tener pelo facial ni las facciones. Pero pide a un adulto que se comporte como un niño o que se relacione con ellos y casi siempre parecerá un gilipollas hablando diferente a su tono normal o haciendo tonterías sin importar que lo piensen los niños o otros adultos que también le estén mirando. Evidentemente existen muchos viejos que ya son como niños, pero en todo experimento hay un grupo que se sale de los parámetros.

Soy como ellos, bueno como un niño… porque todavía no me considero viejo y bueno… aunque tenga cuerpo de hombre, quizás siempre haya tenido un pequeño defecto igual que Peter Pan. Bueno, puede que tenga varios, pero comportarme como un niño, no es uno de ellos. Son personas con sus pensamientos y sus sentimientos… que la mayoría de las veces son ignorados o  infravalorados. Pero en verdad… a todos nos costaría ser unos niños de nuevo.

Entreno a diario. Si fuese ejercicio… podría decir que después de tanto tiempo ya debería ser un atleta de elite, a pesar de todo, no es esa practica, sino la de ser un niño, porque en esta época actual cuesta… antes teníamos espacio para correr, tranquilidad suficiente para hacerlo y sobretodo y mas importante… Tiempo. Ahora en cambio conforme crecen las ciudades y se multiplican las actividades de ocio para los adultos nos olvidamos de los niños encadenándolos a la tele y la consola. Olvidándose de hasta de los libros o del simple deporte.

El tiempo de un adulto parece ser más valioso que el de un joven. Pero dale la vida de un joven a un adulto y posiblemente este último estaría perdido por la moda, la jerga o incluso la tecnología. Y aun así, se creen mejores y mas preparados porque pagan facturas y tienen obligaciones que casi ejecutan automáticamente. Pero dales algo nuevo y tardarán en encontrarles la función… dáselo a un niño despierto y la encontrará casi al momento.

Todo necesita preparación y cuidado. Quizás en la infancia las cosas se hagan algo más impulsivamente. Pero si unes ambas lo viejo con lo nuevo, obtienes soluciones mejores y puede que más avanzadas desde otro punto de vista.

Cuando cae la noche y los adultos comienzan su trasiego hacia sus camas para descansar las horas suficientes que tienen estipuladas. Yo voy en camino contrario al común,  rejuveneciendo a cada paso hasta que llego al sofá casi desnudo de reglas y obligaciones. Me recuesto cómodamente con las piernas cruzadas y le doy al botón que me une a tantos universos como peajes haya comprado.

Es cierto que la tecnología puede quitar el sueño, pero debe de ser el de los adultos porque no son capaces de soñar con los ojos abiertos o meterse en la piel de otro personaje que no es tan real como sus problemas de la vida cotidiana. No son tan asertivos como para sentir sincronicidad y la adrenalina dispararse. Sus cabezas dicen eso no es real… pura ficción y sus cuerpos acompañan a ese mensaje llenándolos de aburrimiento y tedio, entrégaselo a un niño y obtendrás todo lo contrario. Alegría y chispas en los ojos… y el aburrimiento se irá a otro lado.

Puede haya que ser muy adulto para prosperar en la vida, pero a su vez hay que ser muy idiota para con el tiempo olvidar lo que era sentarse a sentir como lo hace un niño y no importa el juego… ya sea de cartas o de mesa, ni siquiera el formato. Sólo importa que durante un momento nada importe más que eso… en ser sencillamente felices y quizás ganar… o puede que perder, pero nunca el tiempo. Porque ya hacemos bastante por otras personas como para un momento no necesitar una crema antioxidante y tonificante para sonreír y disfrutar sin que el dinero no sea más que un papel en la caja del monopoly. Prueba a darte un respiro.

lunes, 28 de enero de 2013

No hay fronteras.



Los árboles tienen raíces, básicamente la mayoría de las plantas las tienen en cualquiera de sus versiones. Las personas tienen algo similar que aunque no están ni en sus bocas ni sus pies, en algún del lugar de su corazón el viajero guarda sus recuerdos y vivencias.
La tierra parece que sólo es eso arena y piedra erosionada pero en verdad guarda mucho más en sus partículas, guarda el clima, el agua, su flora y fauna… esconde hasta las historias sin importarle si son leyendas urbanas o sucedieron en realidad.

De donde eres es un libro que algún paisano escribirá y donde tu sólo apareces en los agradecimientos del atrezo. Aunque en verdad tú y todos los tuyos llevan su huella impresa como los colores de un pájaro tropical diverge de otro de su misma especie pero distinta región. Los manchegos para eso… son nobles y buenos como su vino y los culipardos en especial somos lo más parecido a los ángeles caídos que caminan por el infierno.

La zona te vuelve dura la piel y blando el corazón como toda carne marinada con alcohol. Lo de fuera solo es la apariencia del autentico continente aun por descubrir y explotar como esas extrañas cigarras que sólo salen cada diecisiete años para así burlar a los cazadores estacionales.

La vida es sorprendente, solo que a veces se deja de mirar y aún si cabe mas importante, de aprender. Mi abuelo nos clasificaba a los hombres según sus edades en hombres, hombrecillos, monicacos y monicaquillos y yo me partía de la risa porque por entonces estaba en el último grupo y yo quería ascender. Con el tiempo fui cogiendo responsabilidades y perdiendo sonrisas. Conforme me iba haciendo hombre iba perdiendo la alegría para ganar en seriedad.

Pero a veces llega un momento en que tienes que pararte y pensar… que no se va a acabar el mundo si sonríes cuando todo esta en la mierda y no es para faltar al respeto a lo critico del momento, al contrario lo haces para buscarle el lado positivo, porque de alguna manera siempre encuentras la solución tarde o temprano a los problemas si te concentras y que o bien viene la muerte en persona a recogerte o muy poco mal puede llegar a ocurrirte en la realidad que no sea un accidente fortuito. Al menos a mí para matarme hay que poner mucho empeño. Pero es que soy de la mancha y si los molinos resistieron el envite de Don Quijote y su lanza.

Nada podrá tumbarme si yo no me presto a tal resultado. Supongo que en castilla somos cabezones, nos criamos en un sitio que llueve tan poco que cuando llueve aunque sea con fuerza, se sale a la calle sin paraguas y no importa que no haya algún iluminado oportunista vendiéndolos. Nos gusta la lluvia como a los que les gusta la nieve, de esta última hemos tenido pocos relatos. Y es que hiela la tierra a diario durante los meses de invierno, pero no importa demasiado todo lo que tenga el calificativo seco asociado. Somos de secano y nos exportamos a todos los lugares del mundo dentro de cualquier persona, un veneno dentro del vino de españa.

Estamos en todas partes y a la vez en ninguna… llegamos a todos los sitios siendo tan finos que ni siquiera nos sigue la sombra y desaparecemos como la niebla cuando sale el sol en un cielo azul sin nubes. Escondidos miramos el mundo desde las líneas de Cervantes en las mejores bibliotecas de las casas más viejas. No somos León y sus murallas  pero nuestros galgos corren como flechas por mitad de los sembrados y nuestras liebres engordan del aire como nuestra extensa caza lo hace de la dureza de nuestros matorrales. No hay verde sino amarillos… y aunque repletos de piedras estamos llenos de arcilla que se amolda a cualquier lugar empapándose de todo lo que ocurre, esto es algo que lo saben hasta las viejas con sus ollas de barro.

domingo, 27 de enero de 2013

22,



A veces las cosas no funcionan porque nos empeñamos en ello, aunque parece que intentemos absolutamente todo lo contrario… Todo tiene su momento y su consecuencia y no sólo depende de una persona.

No podemos ser Dioses, sin conocer nuestra naturaleza humana.

.
.
.


Por otra parte, últimamente la posada se encuentra sufriendo cambios en la letra de los textos, la anterior ha sido sustituida al parecer por se afeminada y difícil de leer, por lo que me gustaría saber si esta opción es más acorde con vuestros ojos, ya que cuando yo escribo realmente utilizo una más clásica y fácil de asimilar.

Gracias por vuestras visitas y por darle vida a mis historias fuera del alcance de mis dedos. Me siento afortunado por escribir y que alguien me lea.
 

sábado, 26 de enero de 2013

La caza del zorro



Cuando deje de disparar ya nada quedaba en pie, por suerte para mi libertad, andaba lanzando sonrisas que no deja de ser nada inofensivo a no ser que como en mi caso me hubiese pasado la semana anterior sacándole filo en las comisuras. Ahora nadie podía detenerme por que ni siquiera los arcos de seguridad pitaban a mi paso. Yo caminaba y fulminaba… por allá donde pasaba caía la gente sin cabeza, otros quedaban  sin respiración abrumados por mi presencia o incluso los había que de alguna manera rara colocados por los efectos narcolépticos que tengo asociados.

En verdad era la peor maquina de guerra que ningún pacifista jamás hubiese elucubrado. Pero es que mi repulsión a las armas me había transformado lentamente en un experto en el cuerpo a cuerpo y aun más dañino en distancias cortas y habitaciones cerradas. La maniobra envolvente era mi táctica más utilizada así como el ataque de guerrilla usando el factor sorpresa. Todos andaban como hormiguitas que defendían su casa sin saber realmente quien ataca y ni por donde.

El caos cundía igual que una pandemia que contaminaba victima a victima propagando el desconcierto y la desorganización… Cuando alguien gritaba, esta por ahí, cogedle, yo ya andaba justo en el otro lado siguiendo sus pasos cual sombra a sus espaldas.

Era una tortura en toda regla… un enemigo invisible que se movía sin ser detectado. Las chicas suspiraban al reconocerme y sus parejas me buscaban golpeándose entre ellos ante el desconocimiento de quien provocaba tanto jaleo. Por doquier se escuchaban tanto suspiros desangelados como blasfemias descabelladas. Intentaban capturarme pero igual que el aire no podían agarrar algo que se les escapaba entre los dedos.

Cuando el bullicio paro de sonar. Andaba ya entremezclado entre la multitud, un lobo disimulando entre una manada de borregos que andaban olfateando el miedo, solo que estaba tan extendido que era difícil distinguirme entre amigo y enemigo… me movía de grupo en grupo sin levantar sospechas…las escaramuzas que había producido antes, me habían vuelto de alguna forma hasta familiar junto que al no quedarme aislado me convertía en un virus de proximidad que iba contaminado con su mirada.

Ellas sonreían y ellos sospechaban mientras que yo iba aguantándome la risa bajo una fachada que se mimetizaba con el entorno. Simulaba resentimiento mientras me escurría entre sus filas buscando a quien me había obligado a meterme en la boca del lobo, allí donde nadie quiere mirar… Hasta que la encontré bien al fondo.

Empujando un armario empotrado contra un grupo de atentos vigías, monte un revuelo que aproveche para avanzar en sentido contrario y colocarme junto a ella.

-         Creo que deberíamos marcharnos antes de que se den cuenta de lo que esta ocurriendo… le dije susurrando
-         No veo yo que eso vaya a ocurrir muy pronto.
-         Da igual, tu coge las cosas y larguémonos.

Eh tú! ¿ donde vas con la chica del jefe. ? - Suena a nuestra espalda

-         A tomar el aire… El jefe me ha dicho que la saque fuera mientras que se solucionan los problemas.
-         ¿Necesitas ayuda?
-         No tranquilo, creo que me puedo con ella yo sólo. Además creo que era ese mastodonte de ahí quien montaba tanto alboroto.
-         Gracias, ponla a salvo.
-         Sin problemas… Le digo mientras aceleramos el paso hacia la salida.

Todos los hombres saben mentir a la luz de la luna cuando el asunto que se traen entre manos trata de una estrella. A veces los planes funcionan y otras tantas las ganancias no compensan las perdidas. Pero mientras que quede un corazón latiendo en el frío invierno, siempre quedará esperanza que las cosas mejoren en primavera.

viernes, 25 de enero de 2013

21.



No te compadezcas cuando caigas, aprende de ello y levántate al momento aunque vuelvas a caerte a continuación. Sigue haciéndolo todo el tiempo que sea necesario para que logres la satisfacción necesaria o pierdas la vergüenza de tus propios errores.

Toda persona es un ser humano hasta que se demuestre lo contrario, al igual que el alegato de inocencia.

jueves, 24 de enero de 2013

Retroceso...



Perdí mi aniñada caligrafía bajo el peso de las teclas de una fría maquina de escribir, ya no fluye como cuando llenaba folios completamente con tinta o lapicero… se fundieron las curvas suaves de las vocales y se perdió la verticalidad de las consonantes amplias e incomprensiblemente me olvide del sentido que tenia dibujar sobre el papel cada historia que se fabricaba dentro de mi cabeza.

Digamos que cambie los libros por una nube donde meter mis palabras antes de que llovieran de nuevo. Pero ya nadie las saca de allí y lo que antes era inofensivo con el goteo del tiempo se ha convertido en una tormenta peligrosa. Sus gotas son tan ácidas que corroerían cualquier cosa que tocaran sembrando las calles de dichosa muerte que no es sino el silencio de las palabras.

Cada día se esfuma el recuerdo de un cuento de mi infancia, ahora mi libro se llamaría las ciento una noches después de tantos años de insomnio que devora pizca a pizca mi memoria. Deje de regar mi cerebro con las tardes de literatura tumbado en una cama y ahora el barbecho sólo esta lleno de mala hierba. Miro los guantes y me da hasta pena empezar a desbrozar la parcela.

Al principio era fácil… en verdad lo sigue siendo pero el trabajo se ha acumulado de tal manera que visto desde cerca parece inabordable. Sólo hay que comenzar y continuar sin que nada te distraiga. La tierra sigue siendo buena y agarrará lo que caiga, tanto tiempo en baldío ha logrado que al menos haya materia donde labrar y al igual que quien trabaja con barro no sea demasiado tarde como para volverse temprano, antes de que ya no valga de nada ni los reproches, ni tampoco arrepentirse. Porque a veces tu escribes sobre la vida y otras la vida escribe sobre ti.

Cuando recuerde lo que era llenar paginas y paginas con el surco de las palabras sobre el papel y la caligrafía vuelva a ser nítida y continua puede que entonces sea el momento de alternar maquina y papel hasta encontrar el equilibrio necesario para que las palabras vuelvan a hacer funambulismo sobre el hilo de plata que une cada universo a través del secreto que contiene la tinta ensangrentada, palpitante y viva.

viernes, 18 de enero de 2013

No hay más puñaladas disponibles, por favor vuelva en otro momento.



Se acabaron las buenas noticias, ya no quedan mas de esas… algunos dicen que se han extinguido bajo el peso de la cruda realidad y otros que tenga precaución porque hay un niño que va pinchando burbujas con la ayuda de un alfiler. Cualquiera de las dos vertientes van en contra mía para variar y cada vez me quedan menos escondrijos donde encontrarme un poco seguro y llamarlo hogar.

No existe futuro para aquel que no tiene un objetivo definido en la vida, comenta mascullando… tras de esto me clava un cuchillo en la espalda y le intercambia la posición al siguiente sublevado del motín…

Eres buen tío de verdad, pero no te necesitamos por ahora. - dice mientras clava otro justo al lado.

Y así siguen ronda a ronda mientras mi tronco empieza a parecerse un muestrario de cuchillos. Cada uno una casa… todos de un inmejorable filo.

A veces me gustaría darme por vencido y darle al botón de apagar. Pero la vida es tan puta que se encargo de maquillar excelentemente ese sitio y ya es casi imposible de encontrar. Nueva York ha dejado de ser una opción viable a ponerse en la cola. Han deportando a mi jefe del país hasta que se solucione su visado. Sobre el mío, no quiero ni preguntar porque sencillamente lo veo tan poco plausible como ganar la Green Card en su sorteo anual.

Todas las cosas se ponen de punta y yo sigo sin empezar a temblar. Aun mantengo firme esa jodida virtud de no preocuparme por nada del mundo… Me importa una mierda tener los bolsillos vacíos y que mi nombre no aparezca a pie de pagina de ninguna carta de restaurante. Por supuesto me suda la polla aceite de trufa negra ser tan sincero que mis jefes me consideren alguien conflictivo, porque cuando necesitan ganar una guerra bien que cuentan conmigo.

Me sigue sin causar pena la panda de matados que dicen ser humanos cuando ni siquiera ganarían a una ameba puesta hasta las cejas de crack pues tal su parsimonia que la sangre se les congela de su lento procesar. En cambio la mía hierve a diario manteniéndome caliente en camiseta de manga corta en mitad del invierno. Y es que me da igual que todo hijo de vecino se sienta superior a mi porque llevan mas tiempo desempeñando no se que puesto por encima de mi en eso llamado antigüedad.

En cambio si se que a la pregunta de has sido feliz en tu vida. Tengo mil y una historias buenas que contar… y por supuesto no me arrepiento de ninguna de ellas.

Se que no llegaré a ser un escritor decente aunque me muera de sobredosis sobre un charco inmenso de esperma. Ni tampoco importante ni a pesar de que fuera primera pagina de titular con algún morboso enunciado del tipo, le estalla la cabeza igual que un tintero de vidrio salpicando la estancia de ríos de tinta. Porque de alguna forma macabra saldría en otro lugar. Desgraciado muere sin ser capaz de dejar una coherente nota de suicidio.

Así entre tantos avatares que sonrío y me rasco la espalda mientras las heridas se cierran sobre los cuchillos, devorando el acero porque por suerte ya no necesito ni comer lentejas de esas que te comes o las dejas. Cuando me pregunten el secreto… les mirare extrañado y les preguntare ¿Qué? No por nada… solo es que a veces me olvido de por donde iba, no donde estaba.

lunes, 14 de enero de 2013

Buenas noticias.



Por fin esta en camino…

Después de una espera interminable como mi anterior condena, aguardo sin obligación alguna sobre mis hombros ni cadena en mis tobillos la llegada de mi otra mitad del espejo. En breve iniciará el salto para que yo pueda encontrarme con él en este lado del planeta.

Tres meses han pasado en un abrir y cerrar de ojos, pero sigo estando en este país que le sobra ya hasta la ñ. Ya no es lo que era antaño y cada día va a peor. Es como la maqueta de un mundo apuntalado con palillos, cuando el primero de ellos quiebre, todo se vendrá abajo. Lo único que queda a mano es sobrevivir hasta que pueda irme a la siguiente pantalla.

En mi burbuja reina la calma y la paz, el ruido se queda fuera de la membrana y dentro sólo habita el silencio del que reúne fuerzas antes del siguiente combate. Hoy el ánimo esta desbordado porque en unas horas desembarcará mi otro hermano, ese que aún sin tener la misma sangre, comparte casi todas características. Y aunque es aciago una parte de su propio viaje personal, para mi se abre la puerta a una oportunidad que no puedo ni debo dejar escapar.

Preparo una a una las balas de mi fusil y afilo la bayoneta. Doy lustre a mis botas para después continuar adecentando mi uniforme. Regresa el general y ha convocado a sus mejores tropas. Durante los próximos días se decidirá quien vale y quien no para la guerra que se avecina. Y yo, pienso estar preparado para servir no a una bandera, sino a un hombre con una convicción. Cuando de la orden, apretaré el gatillo y sólo rezo porque nadie indebido se ponga delante. La batalla esta a punto de comenzar y en el ocaso del horizonte brillan las estrellas parpadeantes.

domingo, 13 de enero de 2013

Tinta desaparecida



Siempre he sabido seguir un rastro. No necesitaba flechas que me indicaran la dirección adecuada a seguir. Solamente había que buscar esos puntos invisibles a primera vista que me llevasen al siguiente y así hasta encontrar el final.

Supongo que esa afición la adquirí de pequeño dibujando o rellenando juegos. Luego crecí y continué haciéndolo con otros instrumentos. Pero llevo tiempo sin pistas del rompecabezas. No queda rastro ninguno que seguir o que buscar. El mundo ha quedado limpio de toda presencia como si la mano de un cirujano hubiese intervenido en el asunto y seccionado su presencia.

Que hacer… en estos momentos ni tiene sentido. Es un callejón sin salida algo raro, porque ni siquiera hay muro, ni callejón, ni nada. Encontrar algo siempre es entretenido y delicado, porque hay infinidad de interferencias que harán que lo que te interesa llegue casi hasta perderse. Y aunque esos otros rastros te llevarán a otras múltiples opciones. Cuando buscas el rastro de una estrella. Lo demás simplemente son planetas muertos, fríos e inertes.

Volverás a repasar los anteriores pasos buscando cualquier cosa que pueda guiarte de nuevo al buen camino. A veces las búsquedas no te llevan a nada, otras a donde querías estar en ese preciso momento. Pero lo importante no es lo conseguido, sino lo hayas aprendido y aun mejor, lo que puedas asimilar. Echo de menos el rastro de tus trozos de cristal, tanto como encontrarlos, porque cuando pienso que quizás cortabas demasiado sonrío porque todas hasta las rosas tienen espinas.

sábado, 12 de enero de 2013

Poesía licuada.


Se desangra mi palabra
fluyendo de cada herida,
mana reptando la bañera
hasta el sumidero llega viva,
allí es donde se coagula.

Veo caer por la cañería
fragmentos de mi vida
sabor a metálica poesía,
se pierde sin decir nada
ni una despedida absurda.

Tan sólo me abandona
porque ya no aguanta
en mi pecho encerrada.
Por dentro me acuchilla
para brotar cual hiedra.

A esta ciudad inunda
envenenándola hasta
la última gota de agua
que sus entrañas corra
como silencio sin pausa.

domingo, 6 de enero de 2013

Una de las Gorgonas.



No fue Perseo, o todavía ni siquiera el tiempo quien mato a Medusa… en verdad fue su propia curiosidad la que la condeno a ser una estatua de piedra cedida entre museos que desconocen su real procedencia. Nadie sabe lo que ocurrió a ciencia cierta, salvo que fue un simple espejo como el usado por la mala de Blancanieves la causa de sus males.

Debió ser por eso de la edad y la feminidad asociada pero sucede que se miro en un espejo y ella misma se volvió de piedra logrando el sueño eterno de cualquier mujer de carne y hueso, la inmortalidad imperecedera.

Se olvido de una sola cosa por el camino, el movimiento.

viernes, 4 de enero de 2013

El ejecutor del Fénix.



Y entre las múltiples pesadillas que reinaban sus madrugadas encontró la manera de matar a la bestia.

Que no era otra tan simple como mearse sobre ella.

Porque si el Fénix era un ser de fuego que renacía de sus cenizas una vez muerto… que podría hacer un ser mágico como tal, si un desalmado cualquiera las convertía en barro mezclándola con la orina de una melodía silbada.

La ley de la calma absoluta.



Y no hablo siquiera del 0ºK… cuando hasta dicha letra pierde su significado y nada se mueve. En absoluto me refiero a ese lugar donde ni los átomos tienen vida. Allí, no se puede vivir sencillamente y aquí, a veces tampoco.

Entre mis primeras enseñanzas vivía una que rezaba: No pierdas la nunca la calma…

Como todas esas frases que tienen un nunca en su afirmación supuse rápidamente que si la calma era perdida por mi, posiblemente no volviera a encontrarla como todas aquellas cosas que una vez extraviadas no logran hallarse de nuevo, también logre vislumbrar que la calma era algo unipersonal como un carné, si yo no tenía la mía a nadie le valdría. Así que como la práctica lleva a la experiencia me dedique a aprender lo que realmente pretendía dar a entender aquella sentencia. Y no perdí la cabeza en tal propósito.

Me mantuve frío y continué durante tanto tiempo, que cuando quise regresar a la realidad había pasado los últimos años congelado. El tiempo no hizo estragos en mi piel, sólo alrededor mío. La ciudad había cambiado en un inquietante baile de disfraces y de transformaciones. Algunas cosas no estaban y otras habían sido reemplazadas por nuevas totalmente diferentes a las anteriores.

A su vez hubo de las que siendo exactamente las mismas habían dejado de serlo por dentro y eso venía a ser lo mismo que si lo hubiesen hecho por fuera. Mantuve mi calma a mi lado como si con toda esa espera se hubiese convertido en una especie de montura sobre la que iba. Ahora simplemente era más sencillo no perderla de vista ya que lo mismo que un colosal problema es visible desde la distancia, ahora que había sufrido un temple parecido al del acero, todo era más resistente.

Pero todo elemento rígido puede llegar a ser frágil e incluso fracturable por lo que seguí cultivando la calma con esmero, deshaciéndome de todas aquellas preocupaciones que pudieran ser mala hierba o un caldo donde pudiera incubarse todo lo que no necesitaba.

Pase años aireando todos mis pensamientos, sentimientos e incluso la memoria, el trabajo de campo siempre es compaginable con otras tareas siempre que sepas organizarlas conforme los momentos lo precisen. Sacaba, limpiaba y después devolvía lo útil colocándolo en ese caos auto mantenido que es no es otro que el que reina en un cerebro fracturado.

Limpie tanto las impurezas que vivían dentro de mi que de nuevo se había logrado un material aun más resistente ya que sus redes no contenían defectos escondidos y ya ni quedaban fracturas avanzando hasta su destino exterior.

La elasticidad hizo más llevadera la calma y ya nada importaba tanto como antes, ni siquiera una tercera parte y respirar era llevadero y en los hombros podría volver a posarse el sol el próximo verano, sin que todo lo cargado dejase marca cual tigre de bengala.

La calma se volvió paz, y la guerra se apago como un cigarro en un vaso lleno de destilaciones de noche. Sin nada que fuese tan apremiante como aguantar el planeta sobre mi espalda,  dedico la siguiente etapa en cimentar sus largos pies con todas aquellas enseñanzas positivas de las que mantienen la torre inclinada sin caer otros tantos años. Nada deja de ser tener el sosiego como para construir un castillo de naipes al aire libre, cada piso es un triunfo que nadie podrá arrebatarte de la memoria.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...