Sangra la piel cada raja
que el cuchillo cercena
como el arco y su cuerda
hasta que el alma orada
y queda por fin expuesta.
La magia de
la cocina
es eterna
cual cuchara
que de
madera aguarda
en el cajón
de cada casa
hasta nadar
en la comida.
Vida
de perro con gato
sin
más hogar ni destino
que
el mismísimo averno
donde
a fuego muy lento
reduce
el volumen pecado
Como
un dulce castigo
que
ameniza el mundo
hasta
haberlo digerido
y
muy bien masticado
para
sentir algo de alivio.
Si
acaso te acaricia
con
su infinita finura
sonríe
con paciencia
pues
leche de la herida
ni
buena ni mala brota.
No
vaya a ser que arda
la
rabia que pace serena
entre
el olor a barbacoa
y
de la sangre su dulzura
sin
sublevarse si quiera.
Hubiera
sin duda alguna
más
guerra que en batalla
sin
más arma que blanca
blande
la muerte tranquila
mientras
sucumbe la locura
Mañana
sin falta arderá
hasta
la ultimísima gota
de
esta sangre tan seca
que
tose en cada vena
para
dar algo de una llama.
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