Hace poco descubrí en el blog de un compañero un documental
sobre Charles Bukowski (CB) donde tiene una entrevista con una chica (I). Y visionándolo
llegue a este pequeño tesoro que me encanto especialmente.
En el fondo, gracias padre.
En el fondo, gracias padre.
I. Has definido tu infancia como una historia de horror.
CB. Si
I. ¿Fue una historia de horror?
CB. Oh si, fue una edad importante
I. ¿Por qué?
CB. ¿Por qué?, ¿Te han pegado alguna vez con una correa de
barbero, tres veces por semana desde los 6
a los 11? ¿Sabes cuantas palizas son esas?
I. ¿Quién fue, tu padre?
CB. Si. Se puede decir que ese fue un buen entrenamiento
para mí en literatura. Cuando me pegaba con aquella correa me enseñaba algo.
I. ¿Qué te enseño?
CB. A escribir.
I. ¿Cual es el enlace?
CB. La relación es que… cuando aguantas esa mierda tanto,
tanto, tanto, tanto tiempo, adquieres la tenacidad suficiente para decir lo que
realmente quieres dar a entender. Conoces las palabras necesarias para sacarte
de encima todas esas palizas. Pero mi padre fue un gran maestro de literatura
me enseñó el significado del dolor, del dolor sin sentido.
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