Que no siente ni tampoco obedece
cuando algún cualquiera la lanza al aire
y decide al azar por el cobarde
que no tuvo valor para enfrentarse.
Dirá
lo que quiera que tenga decir
pues
no conoce la palabra mentir
y
sin miedo a represarías sonreír
porque
dudando nadie es buen mártir.
Así que vuela y en tu caída decide
por mi la opción que más te guste
y no es que esto en absoluto me importe
tan sólo es la forma de que otro hierre.
Ya
que el frío metal es el más sabio
que
con sus campanas en silencio
decide
en su parabola el destino
de
aquel que puso la cuenta en su mano.
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