Mucho tiempo viviendo en la confortable y mullida paz,
demasiado sin dar guerra. Un día te levantas y todo tu cuerpo clama por
regresar a ese sitio donde nadie quiere acudir por temor a la muerte, pero en
tu caso es diferente… luchas por vivir y no lo contrario y ese miedo se refleja
en las pupilas de los adversarios como pequeñas velas de cumpleaños que
indiferentemente te da por apagar entre rugidos y sangre.
Esta claro que nadie es culpable de enfrentarse a un
engendro, en parte por desconocimiento y otra por falta de imaginación mientras
en la batalla otea el horizonte buscando para variar a los más fuertes de la
contienda. Es complicado dar a una bestia lo que busca a zarpazos, las presas
son cualquier trofeo al que se le puedan dar más de dos bocados y así avanza
talando vidas y hombres a pasadas con sus dos espadas hasta encontrar su próxima
victima entre los estertores y los gritos de dolor.
No se encomienda a cualquier Dios normal, sino a Ares
poniendo su meta en el mismísimo Valhalla. Su futuro esta acompañado de ataúdes
que aún no ocupará y su destino no es otro que alcanzar la gloria. Declina las
condecoraciones y las continuas pretensiones de subirle de categoría en las jerarquías
de combate. Siempre dice lo mismo… prefiere estar en la base y no en la pirámide
donde a pesar de tener mejor perspectiva posee menos oportunidades de masacrar
desde el inicio.
Por lo que sigue acudiendo el primero y terminando el último
cuando sin piedad acaba con todo enemigo para evitar sufrimiento innecesario. Cuando
no esta en mitad de algo afila sus espadas una contra la otra para que no
pierdan nada de ese excelente filo que durante días les da en su propia forja.
Su trabajo no se basa en exterminar sino en alcanzar la excelencia sin importar
el coste personal que pudiera resultarle. Su cuerpo es un muestrario de
cicatrices a las que siempre alega lo mismo. Ellas son mi historia y yo el
personaje principal que sobrevive a todo. Dice la leyenda que en el fragor de
la disputa, entre los choques, las lagrimas y los gritos se escucha la risa de
un demonio que baila la danza de muerte al que nada teme y que a todos asusta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario