Pulso un botón y todo el inframundo implosiona mientras las
mazmorras se colapsan una a una para dejar paso a la ruina de los escombros.
Mucho sudor invertido para destrozarlo todo en un segundo. Un hueco es lo único
que queda como vestigio y para el otro simplemente nada porque esos mundos no
eran la mina de oro de otros, solamente era el paraíso donde gastar las
vacaciones.
Ahora ya no hay nada donde antes vivían todas las bestias
alistadas al ejército del caos. No hay despedidas, como todo ronin el oro era más
que suficiente… lo demás que lo decidían cosas como la sangre o el valor. Llego
la paz inundándolo todo de sosiego y tranquilidad. No volverán a escucharse las
pisadas de una legión caminando por las entrañas de la montaña hasta encontrar
a su enemigo ni se oirán los llantos de las victimas después del saqueo.
Dormirán los tambores sin su repicar antes de cada batalla y
las espadas envejecerán en sus vainas cultivando el sueño de los justos velando
por guarecer a las armaduras sin que nada mas que el tiempo les dañe. Cesaran
los picos de golpear la piedra de sus diferentes minas y los duendes y trasgos
regresarán a sus antiguos quehaceres sin que ningún amo les azote con sus
guantes de acero.
Toda una pena por tanta vida perdida y una alegría a modo de
silenciosa venganza del que aún habiendo perdido gana orgullosamente la guerra.
No son pies en polvorosa sino la voluntad del que aniquila a sus hombres sin
ninguna piedad. Descansad en paz mis queridos muchachos, no tardare en volver
veros en el Valhalla. Cuando vaya será para quedarme una eternidad jugando con
vosotros al arte de la guerra. Mientras tanto seguiré acechando desde las
sombras en espera de volver a invocar la resurrección de todos esos nombres que
padre pronuncio una vez y de la tierra surgieron.
La muerte os sienta tan bien mis hermanos, que tantas vidas
remendadas con muchas otras no serán suficientes cuando la luna pida al lado
salvaje que os deje en libertad para que de nuevo arrasen sin piedad hasta la
conseguir esa victoria que nos lleve a cabalgar sobre una de las monturas
destinadas a transportar a los jinetes del Apocalipsis.
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