Nunca terminaba ninguno de sus objetivos porque a su
conclusión no le era sencillo encontrar el adecuado y por supuesto no el
definitivo, pero si replantaba su bosque con subobjetivos secundarios que daban
aventura a un camino abandonado por falta de tiempo.
El poder habitaba dentro de su cuerpo de alguna forma
inaudita, bebía de el y compartía su mismo oxigeno… a cambio le daba siempre un
extra de algo, para que en los momentos difíciles el trago fuese menos amargo.
La vida le golpeo varias veces y sigo levantándose con una sonrisa anclada en
las mejillas. Sabía buscarle el lado amable a las cosas y a las perdidas las
llamaba futuros reencuentros felices y a las dificultades… simplemente
entretenimientos.
Porque se puede salir del mismo entuerto de cien formas
distintas sólo interfiere el grado de implicación que merece al respecto. A
mayor grado… mejores resultados pero eso, no es ningún misterio. Pero a veces
ocurre que la gente se olvida de prestar atención y es entonces cuando pierde
el interés por mantenerse firme en seguir progresando o simplificándolo
continuar creciendo.
Pensar que a la llegada de la madurez, la sabiduría le
acompaña… es creer que todo el monte es orégano sin ni siquiera haber plantado
un pie allí ni conocerlo. La historia de cada uno se realiza caminando y no quedándose
parado. Y ese todo ese camino conglomerado de buenas, malas y peores
experiencias lo que da sentido a las preguntar que aún puedas llegar a
cuestionarte.
No hay final hasta que el telón baja y los espectadores que
han ido sumándose a la obra de teatro se levantan y se acercan a saludarte y a
darte la enhorabuena porque sin entrar en detalles ha sido buena entre
comillas, pero a su vez hasta ellos saben más de ti mismo de lo que tu sabes
hasta ahora. Algunos percibían cosas en ti y sigues pensando que eras capaz de
ocultarles tus maldades sin saber de tu ignorancia… al ellos haber pasado por
esa edad muchísimo antes.
Así que a punto de llegar a su spring final toca resarcirse
e incluso mejorar la carrera que comenzó a solas, se ha convertido en una
competición a la que se le han añadido aficionados. A veces uno es evoluciona
conforme aprende que la compañía es una fortaleza y que la experiencia
compartida suele ser una herramienta tan útil o más que la mejor guía escrita
por alguien que actúa para y por su propio ombligo.
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