Ha pasado tiempo desde que los monstruos se separaron
tomando cada cual su propio camino. Todavía resuenan aquellos días donde
jugaban juntos en el mismo equipo, todos como una piña hasta que se volvieron
una familia que se mimetiza hasta en la sangre.
Demasiado tiempo bajo un calor sofocante moldea hasta el más
duro metal, añade una condena que parece no tener fin y al final obtienes de
alguna extraña forma pequeños diamantes como estrellas en el firmamento.
Eso sólo es sudor! Grita uno desde el infierno.
En parte es cierto, pero por otro lado sucede que hasta el más
tonto de la cocina sabe que eso significa la señal de que muchas cosas pueden
haber cuajado… o peor… haberse malogrado hasta fermentarse.
Pero eso no sucede con las personas. Falta poco para que
vuelvan a juntarse de nuevo el demonio, un hechicero y el mejor pirata, por
supuesto también regresa el brujo del otro lado del océano. No habrá victimas
ni sacrificios, pero seguro que brindan y bailan. Porque el tiempo es únicamente
una línea curva entre dos puntos separados.
Algunas veces, sin cambiar el escenario todo transcurre como
si la última vez hubiese sido el mes pasado, Llorará el cielo la próxima
ruptura y las fichas se volverán a repartir por el tablero. Hasta el siguiente
cruce se dibuje en el destino de los planos superpuestos que forman sus distintas
historias que convergen en el origen de sus sueños.
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