Toda la historia del mundo se puede leer sobre un lecho de
polvo, desde los dinosaurios hasta el día de ayer, que ya esta grabado en algún
sitio, guardado, protegido y por supuesto olvidado… por lo que pasar a ser un fósil
conservado solo es cuestión de tiempo.
La mayoría de las cosas cumplen de la misma manera con su
ciclo interno, las caídas, las roturas y hasta las rupturas, incluso de las que
el daño es tanto físico como psicológico. Yo he tenido de esas, bueno para ser
sincero supongo que al menos todo el mundo ha tenido de esas. Nada me hace
especial a mí y no al resto o viceversa… Tan solo cambian los actores y las
situaciones, algunas sensaciones serán calcadas entre las escenas o puede que
el dolor tenga tantas escalas como la torre Eiffel.
Pero la verdad es que cada uno las interioriza de diferentes
formas. Recuerdo lo que era sentirse un agujero negro como si fuese un
sumidero, tragar sin protestar… bueno alguna burbuja se puede llegar a escapar
a destiempo. No es fácil intentar ser de metal siendo tan solo de carne, hueso
y sangre.
Dicen que la vida es fácil, pero no recuerdan avisarte que
para ello no debes de sentir. Si abres esa puerta ya es complicado volver a
cerrarla o hacer algo con ella. He conocido tantas personas huecas, como vacías
por dentro. Una marea de corazas andantes… caparazones inertes que siguen
avanzando con las venas llenas de todos los peores sentimientos negativos que
se puedan licuar a baja temperatura.
Por mi parte recuerdo el veneno y lo que era vivir con ácido
en vez de sangre. Lo que escocían los latidos que se escapaban por las fisuras
de un corazón tan fragmentado como mi propio cerebro. Y aunque suelo intentar
borrarlo de mi memoria, siempre terminan apareciendo debajo de alguna capa de polvo
de esta o cualquier ciudad.
Los sucesos pasados son como minas escondidas en un
siniestro juego parecido al escondite donde su dueño realmente es el único
perdedor ya que son tan personales como el documento de identidad. Sólo
estallan en tu presencia y que demonios.
Al final de todo te acostumbras, si…
Reafirmo… te acostumbras. Porque cuando acabas por
comprender que las cosas tienen su momento y su razón, vuelves a comenzar y de
nuevo te agradan las sorpresas y lo diferente… Las cicatrices se cierran y se
quedan almacenadas en el archivo destinadas a contar cada vez una historia
distinta según precise la circunstancia.
No soy perfecto, en el fondo ninguno lo deja de ser. Sólo se
necesita tiempo para acabar encajando en ese calificativo, quizás en años o
puede que nunca. Nadie sabe la respuesta más que el polvo y el tiempo. El
segundo no dice nada el otro dice mucho en silencio… sólo tienes que atender a
las capas y entre alguna de ellas encontraras lo que buscabas.
Hay muchas frases en esta cadena que me hacen ver un reflejo en el espejo, que supongo es la vida. Cambia el actor, en este caso la actriz.
ResponderEliminarPero siento.
Yo me obceco en no ser un trozo hueco. Huyo de ese ácido que joda mi piel más de lo debido, mis actos, míos. Y las consecuencias también. Nada más. Pero siempre sobre una mente, más o menos inteligente, pero capaz de pensar, aunque sólo sea para equivocarme, mientras busco esa capa.