Puede que en mi vida haya tenido muchos hermanos de todas
las edades y nacionalidades, es posible que algunos sigan siéndolo y que otros
hayan desaparecido, es algo normal en cualquier familia. Pero en verdad yo sólo
he tenido un hermano.
Es de esas personas de las que cualquiera se sentiría
orgulloso y en mi caso, es de mi sangre. Es como yo… aunque haya repetido hasta
la saciedad de que no nos parecemos y a la vez es totalmente diferente a mí.
Suena ambiguo pero es real. Yo siempre fui su escolta a donde fuera que fuese,
a veces por voluntad y otras por imposición. Eso da igual, porque a fin de
cuentas casi siempre estaba ahí por si a mi me daba por estrenar lo de pedir
ayuda a alguien.
Nunca hemos hablado demasiado, al igual que una sombra no
dice mucho a su dueño. Compartíamos el camino pero divergíamos en el estilo. En
el fondo siempre le he envidiado de alguna forma sana, salvo que luego hacía
justo lo contrario para no imitarlo. Si nos juntásemos en un cuarto seguramente
tendríamos la solución a casi todos los problemas del mundo, pero tampoco nos
molesta en absoluto que siga reinando el caos así que lo dejamos como esta.
Es un piscis a punto de cumplir otro año, y sigue siendo el
mismo chico que conocía en los veranos en la playa. Es de los pocos que si
cierro los ojos le veo en las fotografías. Debe de ser porque durante nuestra infancia
compartíamos cuarto y recuerdos. Supongo que el que se alejo fui yo, es lo más
probable… pero a fin de cuentas tampoco nos hemos ido a otro sitio.
Sigue conservando la energía y también la capacidad de
dormir. La concentración es de las pocas cosas que él siempre tuvo y que yo
siempre anhele, pero debe de ser cierto que aún habiéndola tenido, posiblemente
no hubiese sabido utilizarla. Él en cambio como muchas otras cosas rozaba la
excelencia. Yo para variar iba siguiéndole como la sombra al alero. Él las
concluía, yo las dejaba a medias… o no iría con mi estilo. Mi hermano se llama
Pedro, como mi padre… a ambos les acompaña un segundo nombre, como a todos los
de casa, pero yo le llamo Peri y ese es mi hermano.
Jamás olvidaré ese viña juntos, ni tampoco que siempre
puedes contar conmigo y aunque sea un gruñón y un voceras, si hay algo que
respete en esa ciudad donde nacimos es a ti por encima de todo, porque de
alguna manera me salvaste de mi mismo cuando todavía no tenia armas para
valerme sólo y hasta estos días mantienes lo de intentar cuidarme encauzándome
hacia el bien pero sin pisar lo religioso, eso siempre con la mejor forma de
enseñarlo, tu propio ejemplo. Así que gracias por haber aguantado tanto toda mi
historia con sus complementos. Eres buen tipo… eso nunca ha cambiado ni podrá
hacerlo.
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