He esperado a que se acabe el mundo y al otro lado de la línea
ha seguido comunicando, según parece tendré que seguir aguardando a mis expectativas como de costumbre. Tenía ganas de que todo terminara sin que yo tuviera que encontrar
un final. Por una vez la historia concluía sin que todo tuviera que casar de
alguna manera acorde para que funcionase todo el conjunto. Al igual que un
suicida con miedo a morir yo no podía pulsar el botón de autodestrucción de mi
vida. Pero era más cómodo que el propio mundo lo oprimiera por mí.
Sigue sin tener valor… ni existir la justicia cósmica.
Y yo, debo de olvidarme de tener suerte y quitarme las
cadenas de encima y eliminar de un plumazo a todo ser de carne y hueso que se
proclamase mi dueño por otorgarme un vulgar salario a cambio de mi trabajo. Se
acabo la idea de sobrevivir gastando otra vida más de gato, aunque fuese la
tercera… y de después seguir haciéndolo por vicio… como quien es adicto a pegar
y despegar un velcro con su característico sonido.
Me harte de esperar un cataclismo que despoblara la tierra
de todo animal inútil para reciclarlo separando cada una de sus piezas al sitio
más oportuno. Ni que decir cabe de que esta vez, no me encontrareis en el
infierno, ni en cielo tampoco. Pienso quedarme en la tierra a ver como todo
empieza desde el principio, sentado como un buen observador. Dejar que el error
se repita sin mediar acción. No soy quien para suprimir libertades.
Pero si soy quien debe de disculparse, por si todo va con
retraso para variar. Si esto se acaba… siento haber sido tan yo y tan cabrón.
De morder sobretodo a las personas de mí entorno íntimo, por esa rara costumbre
de dejar en paz a los desconocidos para así poder centrarme en destruir psíquicamente
a alguno de mis círculos. Lamento que cuando ya no entrase más mala ostia
dentro de mi finito estomago sangrante, al final pagase todas mis mierdas con
los de casa en vez de seguir tragando sin tomarme un almax o un omeprazol. En
fin, ya que nadie me calla, iré buscando el final a las seis de la mañana y después intentaré escarbar un par de sueños del techo.
Antes de volver a alimentar al hambriento a cambio de unas
cuantas monedas doradas. Pienso esperar a que el mundo se acabe con una sonrisa
y también dando los buenos días y por supuesto despidiéndome cortésmente por no
perder las maneras. La valentía es mirar a los ojos mientras se desarrolla el
desenlace. Yo nunca fui de esquivar a otro par de pupilas. Cuando todo empiece,
pienso sentarme a disfrutar de la única película en 3D que puede dañar al
espectador más allá de su butaca.
Yo tendré a mis fieles cuchillos al lado y muchos pares de zapatillas
para desgastar el mundo buscando las respuestas que en esta partida, porque permanecían
ocultas bajo el tablero de la mesa. Sin valores morales ni éticos… sin un ápice
de restricciones ni normas. Entonces quizás, si que conoceré el significado de
la palabra hombre y podré entender al fin el sistema la humanidad. Sin Dios ni
amo… será entonces cuando la libertad sea tan real como el aire incontenible o
el incomprensible agua. Puede que esta vez incluso respetemos a la naturaleza.
P.D. A los que se dejaron una pasta en alquilar en la montaña de Francia o a los de las fiestas en bunkers...
ResponderEliminarYa os vale... Pudiendo paliar el hambre en el mundo, haceis el gilipollas nuevamente.
¿Como quieres q se acabe el mundo en el aniversario del Nano? Con lo q a el le gustaba VIVIRRRRRRRRR.
ResponderEliminarEs cierto!!!
ResponderEliminarTendra que joderse el mundo y seguir adelante, gracias por recordarmelo hoy es el capicua helado.
Que bien escribes la espera del metro es mucho mas llevadera gracias
ResponderEliminarDe nada... Mis letras estan ahi, para el uso que se desee. Gracias a ti por pasar por aqui.
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