Vendo mis letras al mejor postor. Todas ellas, incluyendo
los puntos y hasta incluso las comas, porque inevitablemente. Mañana cuando me
levante tendré un saco que nunca se vacía repleto de ellas y estarán de nuevo
dispuestas a que las vuelva a vomitar sobre cualquier superficie donde puedan
quedar adheridas.
Hay gente que vive de sus palabras. Se hacen llamar
escritores y basan su vida en leer y escribir… en escribir y vivir. En el fondo
les envidio porque mis palabras tienen un valor cero en este instante, y no
estoy seguro de que eso vaya a cambiar en mucho tiempo. Yo vivo de mis manos,
no de mis paginas, podría llegar a ser bueno, pero prefiero quedarme donde estoy
siendo yo mismo con mis vicios y virtudes.
No tengo una mala vida en absoluto. Se dice que un buen
novelista usa al menos parte de su vida real mezclándola con otra de la
imaginada y en verdad me alegro de haber vivido tanto en tantos lugares
diferentes, porque cuando miro atrás no puedo mas que sentirme orgulloso de
todo mi camino con sus baches y descalabros. Cualquier existencia más mezquina
por mi parte me hubiese aburrido tanto que puede que ya no estuviera ni
siquiera aquí. En cambio quien puede parar cuando se tiene un futuro tan
repleto de opciones que cuesta escoger entre ellas una en exclusiva.
Hasta la muerte me deja notas escritas en mi piel a modo de
apuesta. Creen que no lograré tachar la mayoría de las cosas de mi lista. Pero
a pesar de ser el eslabón más bajo de la cadena, sigo aquí dando guerra sin
poder apagarme por las noches y bailando el resto del día. Puede que tenga que
ser el que vaya a trabajar el 1 mientras la mayoría de la legión de zombis
guardan cama hasta bien pasado el mediodía, pero yo escogí hacer lo que hago
con sus consecuencias y privilegios.
Sigo mandando sobre mi vida y también esperando a esa señal
que me haga volver a darle finalidad. No debo ningún favor, pero como buen
caballo nunca supe decir no a alguien que me necesita. Así que podéis quedaros
mis letras y sus palabras, las que quieran volverán a escribirse bajo la yema
de mis dedos, las que no puede que nunca me perteneciesen y sea donde fueren
les deseo buen servicio, como a cada uno de mis hermanos, o las demás personas.
Porque sentirse sin valor debe de ser tan frustrante como lo sería no llevar
las riendas de tu propio camino.
Puede que mañana tenga que trabajar, las fiestas para mi
gremio es lo que se encuentra un vulgar martes por la noche, cuando todos
descansan y nosotros tenemos que rellenar los huecos de las cosas que pueden
hacerse con la herencia de los que matan un día y le dan la bienvenida al
siguiente sin pasar por la casilla de salida. Por ahora, la puja sigue siendo
de cero, siempre quedan esperanzas mientras no se vuelva negativa la cuenta.
Bueno se supone que encima deberías dar las gracias por eso de tener trabajo en época de mentira y pobreza.
ResponderEliminarMe encanta volver y entrar en la posada :)
Un beso
Siempre has sido bienvenida tu y tus buenas palabras :D
EliminarMuak