P es mi pez particular… compartíamos cuarto cuando éramos
pequeños y en verdad no se como sigue aguantándome, supongo que será porque es y
siempre será mi compañero. Siempre le idolatre, aunque rara vez le hacia caso a
la primera, no era por desobediencia ni tampoco por rebeldía.
Nunca fui de hacer las cosas que se me mandaban, ni era dado
a pensarlas por mi mismo y ejecutarlas a posteriori. No hacia nada que no me
apeteciera… o no lo hacía por cumplir las normas, o los deberes. Siempre he
sido la oveja negra y en verdad no hubiese deseado de cualquiera de las maneras
ser una blanca más en esta partida.
Soy el mejor negativo de las fotos posibles que le hicieron
a mi hermano. Conozco todo lo bueno que le pertenece, pero practico todo lo
malo para equilibrar la balanza de ambos. Él supo concentrarse y yo me especialice
en dispersarme… Silencio para él, yo preferí que el termino cállate (el cual
odio) en cualquiera de sus conjugaciones fuese el verbo más escuchado
reiterativamente hacia mi persona. La paciencia su pasado conmigo.
En la altura, poco más y menos parecido, y a la par en peso.
El pelo se lo quedo él, para mi la parte fresca del apellido. Las acciones
buenas sus preferidas, las canallescas y malvadas, mis delicatesen favoritas.
Como eterno segundón suyo, en el colegio ni siquiera me llamaban por mi nombre,
sólo por el Moreno… por el contrario siempre escuchaba, suspiros hacia PJ por
mis profesores, arrepentidos de que fuese yo quien les tocase.
Las virtudes atléticas las llevábamos con meticuloso
equilibrio y en pocos años coincidíamos por la separación de 21 meses entre su
pez y mi caballo. Aunque bien colocados en nuestros respectivos meses sólo nos llevábamos
un curso escolar. Mis libros siempre estaban bien subrayados, los míos al año
siguiente mucho mejor decorados. Sus resúmenes eran pura belleza estructurada,
yo creo que sólo hice cuatro en toda mi vida.
A mi me bullía el culo en una silla, me entraban diez mil dolores
y la frente me ardía al contacto con el flexo, por el contrarío el debió
adquirir la cualidad de zen absoluto a tierna edad. Porque lo suyo con su silla
y escritorio tiene más capítulos que la historia interminable. A el le ponían
dieces a mi depende de lo que atendiera en clase.
En fin. Mi hermano Peri es el único que tengo, podría tener
más, pero seguro que serían peores en algo… aunque sólo fuera porque vinieran
por detrás, yo siempre seré el pequeño de la familia por muy irónico que
parezca. Yo soy el morillo… el mi copia inversa. Pronto ampliaré mi familia,
pero no pierdo a un hermano… sólo gano alguien que cuidará de mi otro yo, como
nunca pude lograrlo, en el fondo soy ese electrón adicto a excitar a átomos
equilibrados. Cada uno tiene una función… yo sigo buscando.
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