Después del pecado viene el perdón. Aunque cuando no ha sido
más que una buena turcia a base de todos los alcoholes del mundo superando la
del compañero de derecha e izquierda, no hay mucho que disculpar y si muchos
abrazos.
Ahora toca recuperarse de un fin de semana largo lleno de
barbacoas y vasos dobles con hielo, pero también toca colocar cada recuerdo en
su sitio adecuado con unos días de retraso en todos sus aspectos. Se echaba de
menos una reunión de esas en la hasta se acabo pescando a las seis de la mañana
el domingo, pero como los peces no pican cuando uno va borracho, porque
sencillamente les da vergüenza caer tan bajo. Cazamos en cuatro horas unas diez
ranitas en el lago para pasar el rato.
Unas se escaparon otras con mejor suerte recibieron la
libertad no mucho después pues nada se podía hacer con anfibios tan enanos,
pero al menos mantuvieron a dos colgados con falda saltando de uno a otro lado detrás
de una presa tan pequeña que acertar al punto medio de sus gemelos era bastante
complicado.
Pero en fin, de que se va a quejar un niño que dispuso de
tantas piscinas en un finde tan ameno. No faltaron las cartas ni por supuesto
las putadas de madrugada a ritmo de almirez hasta el amanecer, ni tampoco los
desnudos que para variar siempre eran de los mismos. Sólo se echo en falta al
señor del tres con sus dados porque con una afición tan grande como la que demostraron
lo asistentes no necesitaban un juego para beber sino que lo hacían por propia
voluntad.
Matamos a tiros al dragón que vino después de liquidar la
botella de absenta rojo y exterminamos a la legión de moscas que durante tres días
con sus noches nos asaltaron mediante la cámara de gas selectiva proporcionado
por un aerosol. En el cielo las golondrinas nos ayudaban con los refuerzos y no
eran otras que una decena de grandes gecos los que nos ayudaban desde los
techos y las paredes como ejército pseudo terrestre.
Un billar, un futbolín, una mesa grande rodeada de sofás y
la de pimpon que nunca se quedo sola, además de una piscina sin reglas hicieron
las delicias de diecisiete treitañeros sin sombra ni culpa alguna.
Pues claro que tenían sombra pensareis en voz en off…
Pero siento llevaros la contraría porque muchos no vieron el
sol y otros tantos de tan doblados que iban colapsaban a sus sombras
continuamente. Pero no les convierte en seres de goma, sino a la raza de las
esponjas andantes que vagan por el fondo del mar. Sólo que una manada de
manchegos de pura cepa optan por otras formas de cumplir su función.
Y es que… los novios se lo pasaron como dos niños incluso
yendo esposados a base de bridas por ser ilegal adquirir unas esposas buenas de
metal. Sus trajes de flamenca se ajustaban a la perfección a sus sinuosas
siluetas y el resto con nuestra falta roja escocesa y una camiseta verde a
juego con la ocasión, hicimos de un buen escuadrón de bebedores que ayudaban en
lo que se necesitase. Sigo intentando colocar cada ficha en su posición, pero
siguen sin encajar muchas piezas. Ahora con la llegada de las fotografías
empiezan a visualizarse mejor el rompecabezas, pero en todas salimos sonrientes,
así que por lo menos deduzco que fue genial la despedida.
P.D. Mi hermano Peri no sale porque esta haciendo la foto. Muchas Gracias!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario