Sigo teniendo un problema
en el interior de mi cabeza
esta encerrado en una habitación
escondida que no tiene salida
intento entrar y ella me mantiene
alejado sin que yo pueda hacer
nada por sacarla.
Lleva allí tantos años que lo demás
se ha vuelto una simple guarnición
sin importancia ni gusto ni aroma
tan solo un recuerdo con fecha
un nombre grabado en la memoria
un placebo que sustituye la verdad
anestesia para el alma.
A veces deseo no haberla conocido
aunque nunca hubiese aprendido
a sensación que es sentirse completo
ni importaría… casi lo prefiero
por la sencilla razón de no sentirme
impotente, frustrado… roto por dentro
tan hueco como vacío.
Y todo esta aparcado, esperando
maldita enfermedad de la lista
de tareas pendientes perdida en medio
del infinito espacio – tiempo
una cola tan larga como la de un dragón
que se difumina en el horizonte
la suerte cayendo en picado.
Tu ausencia es la realidad plausible
y aunque entendible, sigue siendo
una putada, digna de cobardes
estas encerrada en un castillo rodeada
de alambre de espino envenenado
y mi curiosidad sigue siendo tan
morbosa como hurgar con un bisturí
dentro de tu propia herida.
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