como hace el hierro caliente
partiendo en dos su esencia
tripas y razón, dos a uno,
y uno solo para siempre.
Las letras salaron heridas
lamidas por labios ardientes
de cien almas distintas,
historias de las mil lunas,
en una colección indecente.
Niño de los sueños de fuego,
corazón de páramo helado
y manos incandescentes,
demonio desangelado,
noble de una sola serpiente.
Seductor como perfume,
letal como el veneno,
tenaz cual legionario,
salvaje como sarraceno.
Si lo sueña todo es posible,
con ganas todo lo puede
incluso un pirata sin parche
leyendo la tabla de Wecker.
Su sonrisa detiene el mundo
en mitad de su jodido eje
cada vida dura un segundo
y sabe que no existe cura
una vez que te muerde.
Gracias Sara, me ha encantado...
No hay comentarios:
Publicar un comentario