Es la hora H del día D. Suena a película bélica de domingo
por la tarde, pero es aquí y ahora donde se desarrolla la trama.
La caja de las hostias se ha abierto apenas poniendo cuidado
y por supuesto sin leer las advertencias, ni seguir las señales. Otro ha venido
a expoliar mis recursos mientras que el horizonte una reacción cósmica empezaba
a fraguar la tormenta.
Veinticuatro horas después el chaparrón empieza a salpicar
la madrugada sin que se den cuenta de que el problema avanza inexorable hacia
su destino.
A veces sucede que el grande se piensa serlo porque lo es,
pero todos conocemos la historia de David contra Goliat, su inicio y su final…
Y no hay que ser muy inteligente para saber que cuando se le toca los huevos a
un tigre con un palo, posiblemente no quede ni palo ni hostigador.
Puede que ayer el que a la ligera repartió sus cartas nunca pensó
que el rayo iría dirigido hacia la cúpula de su poder. Porque en la oscuridad
de la madrugada siempre puede albergar un furia nocturno escondido entre las
sombras de un castillo, esperando a que alguien comenta el error de morder la
manzana incorrecta.
Esta noche alguien se fue a dormir pensándose a salvo de
todo mal…
No sabía quizás que el dueño de las pesadillas no es Morpheo
ni ninguno de sus camaradas. Su señor es aquel que desterrado del sueño y su
descanso, maquina como vengarse mientras la luna se apaga y amanece el sol que
le devolverá sin duda a impulsar a moverse como hace con las lagartijas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario