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martes, 17 de julio de 2012

Revelaciones de un esclavo.

Siento comunicar, que yo ya no soy un simple humano. Evidentemente eso no me da las pretensiones suficientes para considerarme ningún Dios TodoPoderOso, pero a su vez me separa de la raza de los inmaculados, de los biológicamente sanos cuyos contenedores siguen impolutos años después de comenzar su propia partida.

Tampoco soy un monstruo, o al menos no considerarme completamente. Mis padres tuvieron la elección de fabricarme por el método convencional de la reproducción natural, aunque de haber sabido de que acabaría como la mezcla entre Frankestein y cualquier ciborg de un manga cualquiera, quizás se lo habrían pensando abordando el tema desde un principio más empresarial evaluando costes/beneficios.

Eso no quiere decir que ya no me sienta otro ser vivo más, sencillamente no me considero un puro… si no un híbrido evolucionado para mejorar su potencial. A la gente le sigue repugnando el dolor (bueno llegado a este punto los masocas y yo bailamos en la misma liga) pero al final con la experiencia llegas a clasificar cada daño en una escala que con el tiempo se ha expandido tanto. Que el último peldaño hay que trepar mucho para que el problema causante pueda alcanzarlo.

Aunque si sirve de consuelo sigo sangrando como los demás… pero cicatrizando rápidamente y necesito de aire, agua y alimentos para sobrevivir en la cadena, a veces puedo considerarme un depredador aspex otras una bacteria poco evolucionada. Siempre depende desde la posición desde que se aborde el sistema y de sus circunstancias, pero a pesar de todo sigo conservando la sonrisa original, la que me venía de nacimiento y alguna cosa más que oculto a los demás esclavos de las fábricas donde he trabajado.

Esa información podría convertirme directamente en la cabeza de la revolución de maquinas contra humanos y ese discúlpenme es un peso que no estoy dispuesto a cargar, sencillamente dos razones, porque no me interesa y porque eso no va conmigo… Yo no soy el líder de nada que no lleve mi nombre en su reverso y por lo tanto mi estilo de combate es la complicada guerra de guerrillas, donde se ataca provocando el mayor daño posible y acto seguido se desaparece como si no hubiese ocurrido nada que no sea la destrucción vigente.

Aún así, mañana por la mañana me enfundaré de nuevo el traje de trabajo y disimularé en mi puesto sin parecer demasiado especial. Seré eficiente pero sin alcanzar el máximo potencial porque nunca hay que sobrepasar los limites humanos. Hay una ley termodinámica que dicta que no existe la bomba de frío/calor que sea perfecta desarrollando el 100% de su efectividad. Puede que no sea bueno romper las normas naturales y todo ese rollo moral conservacionista.

A pesar de todo la superación se basa en el principio opuesto. Por lo que en ocasiones apreto el acelerador a fondo y justo antes de llegar a la meta con su record correspondiente tiro del freno de mano y llego con el tiempo estimado porque en ese momento antes de la victoria, a veces hay que saber disfrutar de la realidad y después elegir si secundarla y ser especial ó por el contrario ser uno más… a veces es bueno sentirse normal para variar.

2 comentarios:

  1. ;)
    Brutalmente genial...
    Me encanta!!!
    Un fuerte abrazo bestial.

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    Respuestas
    1. Gracias :D

      Otro abrazo para ti! y unas cuantas sonrisas

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